Nuestro lugar

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Verónica

Después de que Calum se fue de mi casa me llamo por teléfono para decirme que se le había ocurrido el lugar perfecto para nosotros dos. Para escaparnos ahí cuando nos queramos ver.

No me dijo dónde era, la llamada fue corta y dulce. Simplemente conteste y lo escuche emocionado diciendo; Escucha tenga la idea perfecta para vernos a escondidas, te mandaré la dirección y mañana nos vemos ahí. Y termino la llamada.

Aun no me ha mandado la dirección, pero supongo que también lo hará mañana.

Después de cenar una rebanada del pastel de chocolate que Calum me regalo, me pongo la pijama y me recuesto en mi cama para dormir, mañana es día de escuela y me causa un poco de controversia la situación de Calum conmigo en la escuela.

Fingimos haber terminado, le dijimos a nuestros amigos que lo habíamos echo, para que la gente se fuera enterando de poco a poco. Cuando se lo dije a Beca me asegure de que las dos chicas a quienes anteriormente escuché hablando de mi, oyeran lo que le decía, que habíamos terminado.

Por un lado era raro e incómodo. Teníamos que evitar nuestras miradas y no dirigirnos la palabra, cuando realmente lo que queríamos hacer era precisamente lo contrario. Y por esa razón también era gracioso, los dos sabíamos que realmente no éramos ni estábamos así, que solo queríamos estar cerca el uno del otro y mostrárselo al mundo entero. Y aunque no podíamos, sabíamos que lo haríamos en algún momento.

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Me desperté y me tomo unos segundos reaccionar. Me paso lo típico de todas las mañanas, me senté en la cama y mientras me despabilaba me quede viendo hacia un rincón de la habitación pensando y viendo la nada. Solo viviendo.

Cuando reaccione ya se me estaba haciendo un poco tarde, tal vez me quede así un poco más de lo normal. Pero me aliste rápido y desayuné la última rebanada de pastel que quedaba, el pastel era pequeño, solo alcanzo para cuatro, dos yo, una mi hermana y otra mi mamá.

Salí en dirección a la escuela después de despedirme de mi mamá quien salió más tarde a su trabajo.

Las cosas en la escuela fueron como lo han estado siendo este último par de semanas, evitando a Calum, solo pasando el día con Beca y a veces su novio y sus amigos nos acompañaban.

Pero algo fue diferente hoy. No me di cuenta hasta que Beca me lo dijo.

-Ya se que sigues con Calum- se acercó a mí y susurró en mi oído.

Me quede algo pasmada y extrañada. ¿Como podría saberlo si nosotros ni nos hablamos enfrente de nadie?.

Tarde un segundo en reaccionar y por instinto lo negué.

-No es cierto, ya te dije que terminamos... Ya sabes, por lo de su manager- me moví en mi lugar.

-No tienes que fingir más conmigo- me dio toda su atención y se giró completamente hacia mí- se que lo deben estar haciendo para que le vaya bien. Y por eso no me enojo de que no me lo hayas dicho- parecía comprensiva, pero seguía sin saber cómo lo sabía.

-Okey, está bien. Si seguimos juntos- me rendí- pero, ¿cómo te diste cuenta? Ni siquiera nos volteamos a ver aquí.

-Revisa la primera bolsa pequeña de enfrente en tu mochila- dijo con una mirada de superioridad.

Hice lo que ella dijo y al abrir el pequeño compartimentó descubrí una nota pequeña, doblada dos veces por la mitad. La desdoble y parecía ser letra de hombre. Enseguida lo capte, era la letra de Calum, era una nota de él. Mi cerebro unió puntos y me di cuenta que así fue como lo descubrió Beca. Debió haber visto a Calum meter la nota en mi mochila.

El chico de la bandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora