"OCTAVIA ES LA REINA QUE TIENEN. TU ERES LA REINA QUE NECESITAN"
Lo que debieron ser cinco años, se volvieron seis. Seis años desde que Lyanna había formado su perfecta familia, seis años desde que se había despedido de su antigua familia y el amor...
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Tanto a Lyanna como a Clarke les habían despojado de sus armas, el hombre le había quitado a Balerion y alzo las cejas cuando vio los dos rubies y el mango de espada, y luego vio a Lyanna con una sonrisa. Todo el camino el hombre la habia visto con una mirada laciva, como no la habían visto hace muchos años y el odio y asco de las memorias pasadas volvieron a Lyanna. Además del miedo. El miedo de ser violada de nuevo. Sin embargo lo único en que podía pensar era en su pequeño hijo y Madi. Aunque Madi no habia salido de ella, Madi habia estado en el parto, Madi le había acariciado el cabello y Madi era indiscutiblemennte su hija, como Roan era el hijo de Clarke.
La chica pensó que las iban a llevar a su nave pero los desconocidos ya habían tomado posesión del valle. Así que ahora las estaban guiando a su hogar. Lyanna no pudo evitar que su sangre hirviera en rabia cuando vio a todas esas personas instaladas en su casa, donde dormia Madi, Clarke, donde dormia su hijo, donde Roan habia dado sus primeros pasos, su primera palabra, su primer cumpleaños...
El hombre que le decian Mcreary, el captor de ella, empujó a Lyanna al suelo haciéndola rodar y golpearse en su hombro herido por el disparo, haciéndola casi chillar de dolor. Dos hombres la agarraron y la separaron de Clarke, que vio a Lyanna con una mirada que la chica entendió muy bien, antes de que las llevaran a lugares distintos.
A Lyanna la llevaron a una de las cabañas, mas bien en el comedor, todavía se veían los platos del desayuno, la ataron a una silla mientras ella no decía nada.
—Algo callada...—uno de los delincuentes dijo, poniendo su mano en la barbilla de Lyanna bajándola lentamente—. No me importaría hacerte gritar.
Lyanna le dio una mirada de asco, pero...no pudo evitar recordar los cientos de hombres que le habían dicho eso cuando ella solo era una niña. Los recuerdos la empaparon en pánico.
—No—una mujer, parecia ser la jefa de estas personas, le comando al hombre, se veía más mayor que Lyanna tal vez más de 30, vio a Lyanna de pies a cabeza, se fijo en sus ropas, en sus pendientes de pelea que Neon le habia regalado, en el broche de dragón de tres cabezas y en su largo cabello peinado en varias trenzas—. Nadie las puede tocar, eres asqueroso, tienen que decirnos lo que queremos. Empezaremos con la chicaa rubia de cabello corto, despues con la princesa. Mcreary, vigílale por mientras, y nada de tocarla.
El hombre asintió pesadamente mientras tomaba una silla y se sentaba frente a Lyanna, viéndola de pies a cabezas. Lyanna recordó a Lincoln, recordó como antes los 100, bueno, Bellamy y otros lo habían capturado y lo habían tenido ahí encerrado, para después torturarlo en busca de información, y Lincoln, su amigo, no habló y fingió que no sabia hablar español.
Pensó en sus dos niños, Madi y Roan sabían mucho mejor este terreno que los otros, en ese momento podían haber ido a las cuevas, su mano izquierda se sentía vacia sin su anillo de dragon, inevitablemente vio su mano derecha donde estaba su anillo de casada. Miles de planes pasaron por su cabeza para escapar, incluso encerrar a los delincuentes y quemarlos, sin embargo, el valle era el único lugar con arboles, seria matar el único luagr habitable para el planeta, y quemar el hogar que habían construido con los niños.
