"OCTAVIA ES LA REINA QUE TIENEN. TU ERES LA REINA QUE NECESITAN"
Lo que debieron ser cinco años, se volvieron seis. Seis años desde que Lyanna había formado su perfecta familia, seis años desde que se había despedido de su antigua familia y el amor...
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Por unos segundos el mundo dejo de girar, el tiempo se congeló y solo fueron ellos dos. Los demás; Octavia, Cooper, Neon y Bellamy desaparecieron, solo eran ellos dos, Lyanna acarició la cicatriz sobre el corazón del hombre. Su pecho estaba tibio, podía sentir en las yemas de sus dedos los latidos del corazón del hombre.
—No estas muerto—ella murmuró, su voz jadeante, la visión nublada de lagrimas, no sabia si eran de felicidad o de lo abrumador que era todo esto. No se sentía asi desde que vio a Bellamy, aunque esto era muy diferente.
—Elaena...—él movió su mano y la puso sobre la de ella, sus dedos acariciando la mano de ella, Lyanna noto que tenia unas líneas blancas, cicatrices, en los dedos.
—Bloodreina ¿Cuáles son sus ordenes?— Cooper preguntó obedientemente, manteniendo el rifle apuntando al hombre recién despierto.
—¿Ryder?—Octavia preguntó sorprendida.
—¡Mami!—escucharon una voz y Lyanna se dio la vuelta alarmada para ver a Roan-Rhaegar quien había llegado con Clarke detrás de él. Fue corriendo hasta ella y se abrazó a sus piernas. Ryder se le quedo viendo con la boca abierta, viéndola a ella y luego al niño. El pequeño vio a Ryder con curiosidad, luego vio a un lado, a la nada, y lo vio de nuevo. Sus ojos brillando de la emoción.
—Mami, ¿este hombre es mi padre? ¡Los otros dicen que si
—Neon, toma a Roan—Lyanna, paralizada, le ordeno a su amigo quien tomo en brazos al pequeño. alejándolo un poco de su madre que seguía un poco en shock. Ryder se movió y se sentó. Sin embargo para la chica ver a su hijo la había traído de vuelta un poco a la realidad.
Ella acunó el rostro tan familiar de ese hombre frente a ella, todas las memorias y sueños que había tenido de él, las conversaciones que había tenido con el clan del dragón y con los ancianos que habían conocido a Ryder. Aquí estaba él, viéndola con amor, con un amor tan profundo que la hizo sentirse nerviosa porque sentía que debía corresponderle la mirada pero no podía.
—Cuando ella te hizo esto...—ella murmuró poniendo una mano en la cicatriz que tenia en el corazón, recordando la palabras que una vez ella dijo, el escenario de niños de 13 años en un conclave, siendo un joven Ryder y una chica los últimos de ellos—. Mi corazón dejo de latir, el mundo dejo de tener sentido.
—Elaena.
De verdad que Lyanna bajo la guardia cuando el la besó, y es que ella no lo pudo besar de vuelta. No solo porque la había tomado por sorpresa y Lyanna no podía besarse con cualquier. Su hijo, su marido que no había visto en seis años y padre de su hijo, su mejor amigo, la chica con la que tenia una relación complicada y que ayudaba a criar a sus dos hijos. Ryder, Bellamy y Clarke en la misma habitación. Solo faltaba el rey de Azgeda que se le insinuaba cada día hace seis años. Se alejo de él y vio con delicadeza, un poco abrumada por el repentino beso.
