"OCTAVIA ES LA REINA QUE TIENEN. TU ERES LA REINA QUE NECESITAN"
Lo que debieron ser cinco años, se volvieron seis. Seis años desde que Lyanna había formado su perfecta familia, seis años desde que se había despedido de su antigua familia y el amor...
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Rhaegar-Roan Blake creció en un ambiente lleno de amor. El niño estaba jugando con las mariposas, viéndolas cuando una se le poso en el brazo, luego otra y otra y otra. De lo que había sido un bebe llorando en el pecho de su madres se había vuelto un pequeño niño de seis años, su piel mas morena que la de su madre, sin embargo lleno de pecas que se marcaban bastante en su piel, su cabello color marrón revuelto en rizos excepto por una pequeña parte detrás. En la parte de atrás de su cabeza tenia una especie de gran mancha, donde en reliada su cabello era rubio platinado como el de su madre haciendo un gran contraste contra el resto de su pelo, su madre quien le cortaba el pelo le había dejado esa pequeña parte larga y él se emocionaba cada vez que su madre le trenzaba el pequeño mechón blanco que tenia, como los Dothraki. Ese pequeño detalle lo hacía feliz ya que tenia algo en común con su madre. Sin embargo además de eso le decían que era completamente igual a su padre; Bellamy Blake.
Dioses, Roan-Rhaegar lo detestaba.
Hace un año Bellamy Blake, su padre, había sido su héroe, siempre veía las estrellas, preguntándose si él lo estaría vigilando como simpre le decía su mami.
"Tu padre esta en las estrella, mi pequeño dragon, el te cuida y te ve desde allí"
Sin embargo por lo que había visto hace un año, él se habia rehusado a hablar de Bellamy Blake de nuevo, cuando su madre le hablaba de él, él solo cerraba los ojos y se negaba a escuchar. Sin embargo le sonreía a su madre por respeto. Vio a la mujer que estaba sentada en la piedra.
—¿Nyx, has visto a mi mami?
La chica levanto los ojos del suelo.
—Creo que viene aquí en aproximadamente tres segundos.
—Shekh Ma Shieraki Anni, es hora de comer, tu tía Clarke atrapo tus peces favoritos—apareció su madre con su sonrisa amable como siempre, para él; la mujer mas hermosa que existía. Su cabello rizado rubio platinado le caía hasta la cadera, ella le explico que no se lo cortaba desde hace 10 años, y no lo iba hacer, trenzado en diferentes trenzas como los Dothraki. Eso demostraba que no había perdido ninguna batalla. Porque los Dothraki se cortaban sus trenzas para que todo el mundo viera su deshonra.
—Si, mami—el niño asintió, dándole vuelta a su cuchillo de dragón, su madre lo vio con el ceño fruncido.
—¿Roan-Rhaegar que te he dicho de tu daga?
—Solo la puedo usar cuando tu o tía Clarke estén cerca—el murmuró, guardándosela en la cadera. Roan adoraba su daga con forma de dragón, su tío Neon se la había regalado antes de que naciera. Se la había dado a su madre; Lyanna, como regalo para su sobrino no nacido. Él a veces deseaba que su tío Neon fuera su padre, sin embargo lo había visto en los dibujos de su tía y no se parecían en nada, además su mami siempre le hablaba de su tío Neon como le hablaba de su tío Finn, como si fueran hermanos de sangre.
