"OCTAVIA ES LA REINA QUE TIENEN. TU ERES LA REINA QUE NECESITAN"
Lo que debieron ser cinco años, se volvieron seis. Seis años desde que Lyanna había formado su perfecta familia, seis años desde que se había despedido de su antigua familia y el amor...
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Resulta que mientras Lyanna, Clarke, Neon y los niños habían estado dentro del bunker, habían llegado regalos, bueno, era la mejor manera de decirlo . Lo que era comida y fruta fresca del valle. Básicamente Diyoza estaba ofreciendo paz, que se rindieran, que dejaran a Octavia y se unieran al valle, bajo sus términos obviamente. Lyanna no conocía muy bien a Diyoza pero esas palabras no podían ser de ella, debían ser de Kane o de Abby que estaban en el valle, y por lo que le habían dicho a los ojos de Octavia, ellos eran traidores.
Diyoza al parecer al igual que Lyanna sabia que la mejor manera de ganar era a traves de la persuasión, mostrar una mano amable y piadosa en contraste a la brutalidad y sangrienta de Octavia. Y era una buena manera, Lyanna lo reconocía, eso eran prisioneros, y necesitaban a Wonkru, donde habían ingenieros y granjeros, personas que sabían como cultivar y hacer prosperar la tierra.
Ahora Bellamy y Monty les estaban hablando sobre un plan, pero Lyanna no estaba poniendo mucha atención. Lo unico en lo que pensaba era en su hogar, como esos prisioneros lo estarían destruyendo, el lugar donde sus hijos estaban creciendo. Si esas personas hubieran venido a la tierra hace seis años cuando ella habia sido Nomondavra no hubieran durado mucho antes de que el ejercito de los 12 clanes y la manada de lobos los despedazara.
—Lya—Clarke le agarró la mano haciendo que se detuvieran—. ¿Estas bien?
—Yo...si, solo pienso en nuestro hogar, en Roan, en Madi...—Lyanna negó con la cabeza—. Ustedes adelántense, tengo que ir a hablar con Diago.
—Lya...—Clarke le dio una mirada preocupada—. Cuidate.
—Ustedes—ella respondió, viendo una ultima vez a sus amigos e ir en dirección contraria. Fue caminando por los pasillos, recordando como hace seis años se había paseado por estos pasillos, con una corona en su cabeza, guardias a su alrededor dispuestos a matar y a morir por ella mientras todos bajaban la cabeza en respeto.
Tan diferente ahora...todo era tan gris, la esperanza de sobrevivir se habia ido, era como estar en el Arca de nuevo de una manera mas primitiva.
Llegó a una especie de comedor donde nadie estaba comiendo, en realidad varios estaban curando sus heridas, otros comiendo pequeñas raciones de lo que debía venir de la hidrogranja, se toco el anillo de dragón.
—¡Ah mi hija!—Diago le exclamo y Lyanna sonrió yendo hasta él que estaba sentado en una mesa con distintos hombres y mujeres y algunos niños—. ¿Dónde esta mi nieto?
—Con su hermana, están viendo el bunker, de seguro Roan debe estar saltando de un lado al otro, adora saltar—ella sonrió. Sin embargo la sonrisa se le borro del rostro cuando vio a una mujer que se habia quemado con una lámpara, la lámpara de fuego casi cayo al suelo y hubiera comenzado un incendio de no ser por los rápidos reflejos de Lyanna que con la mano desnuda atrapó la lámpara. Lo bueno fue que nadie a excepción de los que estaban mas cerca la habían visto.
