Por el silencio que ocupa la cocina durante unos segundos, deduzco que esperaban cualquier otra cosa antes que esa.
    -¿Qué?, ¿por qué? ¿Os habéis peleado?- Dice Kim con un tono elevado por la sorpresa.
-No -Aclaro-, Se marcha a Italia.

Alan me explicó muchas veces su pasión por Italia, que le encantaría recorrer algunos pueblos como Verona o Florencia, visitar los museos, aprender a hacer pasta...
Me fascinaba la idea, no para quedarnos a vivir, pero si para pasar unos años alejados de América, por lo que un día se convirtió en algo que haríamos juntos.
Me gustaba pensar que sería como una luna de miel después de la Universidad. Simplemente, me hacía feliz viéndonos haciendo las maletas juntos para empezar una vida nueva para los dos.

-No entiendo, ¿No era algo que haríais cuando tu acabaras la Universidad? -Vuelve a preguntar Kim.
-Sí. Dios, no sé si estar cabreada, o llorar, me siento patética ahora mismo. -Digo apoyando la cabeza entre mis manos. -Me ha dicho que empezó a curiosear como ha hecho siempre, y ahora que ha acabado la carrera miró anuncios de trabajo para ver qué ofrecían, por casualidad envió a una empresa que le llamó la atención y le han cogido.
-Le pagan un pequeño apartamento el primer año y la comida, y con lo que cobra puede mantenerse-.
-Cielo, si eso lo considera motivo para dejar vuestra relación.. Quiero decir, primero podéis intentar ver si os funciona a distancia, ¿no? -Dice Shelby.
-No, me niego. No quiero estar dependiendo de saber cuando va a volver, o de si va a conocer a otra chica y eso provoca celos en mí, inseguridades, y al final dejamos la relación estando a miles de kilómetros de distancia. Tampoco es algo que hayamos planteado, él me ha dicho que no quiere perderme, pero le he dicho que necesito espacio. No puedo evitar sentirme así.
-En un momento de la conversación me ha dicho que me fuera con él, que podía posponer la universidad, o buscarme alguna por Italia, -imagino que me lo ha dicho porque al soltar la bomba de que se iba, me he quedado callada unos cuantos minutos- pero ya les cuesta a mis padres asimilar que estoy fuera de casa, como para decirles que me voy con veinte años a Europa con Alan. -Sé que se pondrían hechos una furia. Todavía no aceptan que estoy haciéndome mayor y no me malinterpretéis, mis padres adoran a Alan.

Me acompañó varios fines de semana a visitar a mi familia, y en verano pasamos una semana en Monterrey, en casa de mis padres.
Tienen una casa bastante grande, toda mi infancia he sido muy feliz allí, sobre todo, porque desde pequeña me apasiona el surf, y en casa de mis padres, hay un pequeño camino que conduce hasta la playa. No es como si tuviéramos una playa delante de casa, solo que es un camino que hay en el pueblo que pasa por nuestra casa, y únicamente se puede acceder a pie. Ahora que lo pienso, tendré que decírselo a mis padres y a mi hermana. Ya les llamaré cuando hayan pasado unos días.

Empiezo a notar cómo fluyen las lágrimas por mi rostro por el vacío repentino que siento al pensar rápidamente en el año que hemos estado juntos, y en las cosas que hemos hecho.
Ellas me conocen mejor que nadie, pasamos juntas todo el día, y saben que no quiero seguir hablando del tema, por lo que Shelby me agarra de la mano, y Kim decide levantarse a abrazarme.

Alan es mi primer amor, le quiero muchísimo, y no quiero imaginarme un día sin él. Quiero ser egoísta, pedirle que se quede, que me espere, y rogarle que no me deje, pero ahora mismo es algo que no puedo hacer. Me siento decepcionada, y quiero enfadarme, pero hay algo en mi, que no me lo permite. Sé que en parte es su sueño, y me hace feliz que vaya a cumplirlo, solo que me destroza no poder compartir esa felicidad con él.

-Me voy a correr hasta la playa, vuelvo en una hora. -Digo levantándome de golpe.
-Mad, estarás bien, de verdad. -Me dice Kim agarrándome los hombros.
-Supongo, solo que, esta sensación es una mierda.
-¿Pedimos Sushi? -Sugiere
-Sabes que por nada del mundo te diría que no.

Voy a la habitación, cojo unos leggins del cajón, y me pongo un top, me recojo el pelo en una cola alta, me pongo las bambas y me dispongo a salir de casa. Correr siempre despeja mi mente, y ahora lo necesito.

Después de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora