Ahora si.. ¿Cómo has conseguido mi número?

Y nada más darle a enviar, sé que es ridícula mi pregunta, por que seguramente se lo habrá dado Ethan.

No puedo revelar mis fuentes.

Estoy debajo de vuestro apartamento, ¿te apetece dar un paseo?

Me guardo su número en la memoria, y cuando vuelvo a su chat, veo lo que ha escrito. Se me cae el móvil de las manos, y al cogerlo, vuelvo a leerlo.

Sabes qué son las cinco y media, ¿verdad?

Sí. Vienes, ¿o no?

Dame cinco minutos.

Me levanto de un salto, me lavo la cara, cojo del armario mi conjunto de chandal rosa pastel, con mis converse de plataforma blancas y decido dejarme el moño. Cojo el móvil y las llaves y decido bajar por las escaleras para despejarme un poco del sueño.

Cuando bajo el último escalón, le veo a través de la puerta de cristal, apoyado con una rodilla flexionada en la barandilla, y el otro en el suelo, mirando el móvil.

Por un momento, me pregunto que estoy haciendo, pero mis pies empiezan a caminar sin dejarme pensar.

Abro la puerta y no sé bien que hacer, así que me quedo quieta, hasta que rompe el silencio.

-¿Vas a quedarte ahí de pie? -Dice sonriendo.

-¿Dónde quieres ir a las cinco y media de la madrugada?- Digo acercándome a él.

-¿Siempre haces tantas preguntas? -Dice empezando a caminar.

-Cuando me despiertan en mitad de la noche, sí. -Respondo.

-Sígueme.

Lo sigo hasta que entramos en el edificio de los chicos. Tengo curiosidad, pero intento mantenerme callada. Subimos unas escaleras, y abre una puerta de metal pesada. Cuando atravieso la puerta, veo que estamos en la azotea. La vista desde aquí arriba es muy bonita.

-Ethan. -Dice subiéndose al borde del edificio para sentarse.

-¿Qué? -Respondo confusa apoyando los codos en el borde. Hay una especie de segundo suelo tras dónde estamos apoyados, así que no me inunda el pánico porque pueda caerse.

-Ethan me ha dado tu teléfono.

-¿Y por que se lo has pedido?

-Bueno, me ha sorprendido verte esta noche y al ver que te ibas, me he quedado con ganas de hablar contigo. No pensaba que os fuerais a ir tan pronto.

Me quedo callada, no sé qué responder ante esa confesión.

-¿Te has puesto celosa? -Pregunta

-¿Que? -Respondo soltando una carcajada nerviosa.

-Bueno, te he visto mirándome varias veces cuando estaba con Crystal, y al irte, me has dicho eso, y luego te has largado. -Dice girando la cabeza hacia mi. Vaya, así que la señorita morena tiene nombre.-pienso-.

-Celosa, ¿de qué? Si hace dos años que no sé nada de ti. Y además, tú también me mirabas a mi. Y, no deberías de mirar a otras chicas, cuando estás con otra tonteando. -Replico.

-Vaya, que sí.

-¿Sí, qué?

-Si te has puesto celosa.

-Piensa lo que quieras Bryce.

-Vale. -Dice sonriendo.

-Estás diferente al instituto. Más vacilón. -Digo cambiando de tema para no seguir hablando sobre mis celos.

-Y tú estás más tímida. Y replicona. -Añade.

-¡No estoy tímida!, y tampoco replicona, solo es que me estás provocando. Y no entiendo por qué me has dicho de salir a dar un paseo.

-Me apetecía hablar contigo, nada más.

-Bueno, pues no me has preguntado nada, solo me acusas de cosas inciertas. -Digo levantando una ceja.

-Es que sé bastantes cosas sobre ti, aunque no lo creas.

-¿Sí?, ¿Qué sabes? 

-Sé que estudias periodismo, que vives con tus amigas. Que eres una de las mejores amigas de mi primo, y que ahora me estás mirando los labios. -Dice sonriendo.

Me quedo helada cuando dice la última frase, y automáticamente, subo mi mirada hacia sus ojos.

Nos quedamos callados mirándonos.

-¿Vas a ir mañana a la playa? -Pregunto sin saber por qué saco el tema de la playa. En realidad quiero saber si va a ir.

-¿Te gustaría?

-Solo estoy preguntando. Ahora vives con los chicos, ¿no? Ethan ha dicho que serías uno más del grupo.

-Si quieres saber si nos vamos a volver a ver, la respuesta es sí. -Y automáticamente, noto como me pongo colorada porque ha captado mis intenciones. No sabía si iba a quedarse en alguna habitación del campus, así que en parte me alegra saber que le voy a ver a menudo.

-Eres un creído Miller. -Digo echando a caminar hacia la puerta. La verdad, no aguanto sentir que quedo en evidencia, y menos delante de él sabiendo lo que ocasiona en mi.

Se ríe en voz alta, y escucho que viene corriendo hasta colocarse delante de mí cortando el paso.

-No te enfades, es que me hace gracia ver que te pones nerviosa.

-No me pongo nerviosa. Me despiertas en mitad de la noche, me sacas a dar un paseo para hablar, pero no paras de intentar dejarme en evidencia. -Digo intentando abrirme paso.

-Vale, vale. Ya paro. -Dice en tono de disculpa, y yo relajo mi mirada de enfado. -¿Sabes que te salen unos hoyuelos muy bonitos cuando sonríes? -Y le doy un codazo para que deje de hacerme sonrojar.

-Será mejor que nos vayamos ya. Empieza a salir el sol. -Sin darme cuenta, son las seis y veinte de la mañana.

Asiente, y bajamos las escaleras en silencio hasta llegar a la puerta de mi edificio.

-Bueno, nos vemos mañana entonces. -Digo sacando las llaves de mis pantalones para abrir la puerta.

-Sí. Nos vemos mañana. -Y nos quedamos mirando.

-Bueno, me voy antes de que te eches encima a besarme no vaya a ser que luego vuelvas a salir corriendo. -Dice rompiendo nuevamente el silencio, y yo le miro con los ojos abiertos como platos.

-Hasta mañana Bryce. -Digo girándome y abriendo la puerta. Le oigo reírse a mis espaldas.

-¡Perdona! Es que la próxima vez que vayas a hacer esto, me gustaría poder devolvértelo.

Me giro para mirarle, y veo que hecha a caminar marcha atrás mientras me mira.

Después de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora