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Cuando llegamos, bajo a toda prisa del coche pegando un portazo. La combinación del alcohol en mis venas y estos celos no son buena compañía.

-Madison, ¡espera! -Dice Ethan corriendo hacia mi. -¿Que pasa enana? 

-Nada, tu primo es un capullo. -Digo dirigiéndome hacia la puerta del edificio. 

-Madison para. -Me agarra del brazo de manera que quedo cara a cara con él.- ¿Qué te ha hecho?

-Nada, no me ha hecho nada. Olvídalo. 

-Me lo puedes contar, aunque sea mi primo. Tu eres una de mis mejores amigas. Sé que estas semanas habéis estado un poco más juntos de lo normal, no hace falta ser tonto para darse cuenta de vuestro tonteo. -Bajo la mirada a mis pies y Ethan se acerca más a mi para abrazarme.- Mira, no voy a meterme donde no me llaman, pero me preocupo por ti. Solo que Bryce es un poco alma libre con las chicas ... No debería de decirte esto, pero tuvo una novia al acabar el instituto y no estaban mucho tiempo, pero se pilló de ella y resulto que le estuvo engañando todo el tiempo con un amigo suyo. No habla nunca del tema, pero desde entonces siempre me ha dicho que el rollo de parejitas no le va. 

-No lo sabía. Ethan estoy bien, no pretendo que por dos veces que nos hemos besado pierda el culo por mi. No estoy segura de querer estar en esa situación. Me gustaría poder divertirme sin que me afecten este tipo de cosas. Estoy bien, solo que no hacía falta que presenciara la escena. Yo me siento libre de ver a otros chicos y él puede hacer lo mismo. No somos nada. 

-Vale, mientras te sientas realmente así, estará bien. Solo te pido que en el momento en el que sientas que puede hacerte daño, te alejes en ese aspecto de él. No me gustaría tener que partirle la cara y luego verle en las reuniones familiares. -Dice Ethan sacándome una sonrisa y no es para nada forzada.

-Estoy bien de verdad. Necesito descansar. Me duele demasiado la cabeza ... No sé que mierda llevaba ese alcohol. 

-Vale, nos vemos mañana. Me dijiste que vendrías a casa a entrenar juntos. No te arrepentirás ¿no? 

-Para nada. Estoy preparada para que me mates a abdominales. -Digo elevando mis pies del suelo para darle un beso en la mejilla. Tiene que agacharse un poco para permitir que llegue hasta él. 

-Hasta mañana preciosa. 

-¡Ethan! No le digas nada a Bryce por favor. Lo último que quiero es que se crea más importante de lo que es ... -Digo poniendo los ojos en blanco.

-Descuida. Descansa.

Kim se baja del coche, y entramos al apartamento. Me dirijo al baño y cierro la puerta detrás de mí. Abro el grifo y dejo correr el agua hasta que sale un poco de vapor, me esparzo jabón en la palma de la mano y me enjabono la cara para eliminar los restos del maquillaje. No importa lo cansada que esté, no he sido nunca capaz de irme a dormir con una sola gota de maquillaje en mi cara.
Cuando salgo le digo a Kim que me voy a dormir, le doy un beso, me cierro en mi habitación, cojo el pijama, y ​​me meto en la cama. Pongo a cargar el móvil y tengo un mensaje de Bryce, pero ahora no quiero leerlo.

Por la mañana, me despierta el ruido de una llave intentando entrar en la cerradura. Me levanto, y me encuentro a Shelby en el pasillo intentando cerrar la puerta sin hacer ruido.

-Buenos días Cenicienta. -Digo apoyándome en la pared del pasillo.

-¡Joder! Que susto me has dado. -Exclama Shelby y cuando me giro, Kim aparece a mis espaldas.

-¿Que tal esta Chad? -Dice Kim intentando contener la risa.

-Que petardas sois ... ¿Desayunamos? -Dice Shelby abriéndose paso hacia la cocina.

Abro la nevera y saco los huevos, la leche, la harina de avena de la despensa y empiezo a preparar la masa para hacer tortitas. Esta mañana he quedado con Ethan para entrenar, y primero necesito llenar un poco el estómago. Shelby nos cuenta cómo fue que acabó pasando la noche con Chad, y yo le cuento mi pequeño pero no importante drama con Bryce. Drama del que él no tiene ni idea, y por un momento recuerdo que tengo un mensaje suyo por leer. 
Me dirijo a la habitación, desenchufo el móvil del cargador, y abro los mensajes.

¿Ya te has ido?

-¿Te escribió ayer? -Dice Kim cuando me ve aparecer en la cocina con la mirada sumergida en la pantalla.

-Si. Lo vi ayer antes de irme a dormir, pero no me apetecía contestar.

-¿Vas a decirle algo? 

-No. Ya no tiene sentido que conteste a ese mensaje. Me preguntó si me había ido y está claro que me había marchado porque no me vio más. De todas formas, he quedado con Ethan para entrenar, así que supongo que le veré esta mañana en el apartamento. ¿Venís?

-No gracias. -Dicen las dos a la vez llenándose la boca de tortitas. Cómo van a venir si han puesto todos los toppings posibles. Chocolate, crema de cacahuete, mermelada de fresa ... 

-Vale. -Me termino el zumo de naranja que ha preparado Kim, y me dirijo a la habitación. Cojo un conjunto de leggins y top de color caqui, y me pongo encima una sudadera de color gris que me tapa prácticamente hasta el culo. Me hago un moño alto, y meto en una bolsa de gimnasio una toalla, una botella de agua y mis cintas para hacer glúteos. 

Cuando llego al apartamento de los chicos, me abre la puerta Mason con una toalla atada a la cintura. Me hubiera extrañado pero Mase se pasa el día sin camiseta por casa, así que ya estoy acostumbrada.

-Vaya, debes de ser la única que no tiene resaca. -Dice abriéndose paso y dándome un beso en la parte superior de la cabeza. Paso al salón y veo el hilito de agua que ha dejado por todo el pasillo hasta la puerta. Se debería de estar duchando y ha salido corriendo al escuchar el timbre.

-Perdón por sacarte de la ducha. ¿Ethan aún está durmiendo? -Digo dejando la bolsa del gimnasio encima del sofá.

-Si. Todos duermen. Puedes despertarle tu misma. Voy a acabar de ducharme, ahora salgo.

Mason desaparece por el pasillo de puntillas, y yo me dirijo hacía la puerta de Ethan. 
Abro con cuidado de no hacer ruido, y le veo durmiendo boca abajo, con medio brazo colgando de la cama, destapado. Solo lleva puesto un bóxer. Me acerco a su cama y me arrodillo la altura de su cara. Me deshago el moño, cojo un mechón de mi pelo, lo enrollo para que quede en un hilito fino, y se lo introduzco por uno de los agujeros de la nariz. 
Empieza a arrugar la nariz, porque debe de estar picándole y cuando no debe de soportar más el picor, abre los ojos mientras se rasca bruscamente la nariz. Cuando me ve, pega un bote que me hace caer de culo en el suelo mientras no puedo evitar reírme.

-¡Tú! Ven aquí. -Intento levantarme del suelo, pero sus brazos me cogen y me tiran encima de la cama de manera que quedo a su lado tendida. Empieza a hacerme cosquillas mientras me maldice por haberle despertado, y de golpe, se abre la puerta. 
Para mi sorpresa, aparece Bryce con cara de mal humor. La cara de sorpresa que se le queda, refleja que para nada esperaba verme tumbada en la cama de Ethan con él encima de mí, y cualquiera que no nos conociera, pensaría algo muy raro, pero Ethan y yo tenemos esta relación, siempre lo he considerado como si fuera mi hermano. Somos muy parecidos y nos entendemos siempre a la perfección. Puedo decir que es mi favorito, aunque adoro al resto de los chicos. 

-¿Podéis follar en otra parte? -Dice cerrando de un portazo. 

-Creo que está celoso. Luego se lo explico. -Dice mientras Ethan y yo nos miramos y estallamos en una carcajada. Nos quedamos mirando el techo tumbados en su cama, hasta que le regaño por hacerme madrugar.

-Si lo hubiera sabido, hubiera dormido más. -Digo cruzándome de brazos.

-Lo siento. Se me ha debido de quedar el teléfono sin batería y no ha sonado la alarma. Podemos quedarnos un rato más ¿no? -Dice tapándose la cara con la almohada.

-Son las nueve. Te dejo hasta las nueve y media. -Digo clavando los codos para levantarme.

-Las diez. Por favor. 

-Vale.



Después de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora