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Ayer por la noche, antes de acostarme, llamé a mis padres para ver si les iba bien que pasara este fin de semana con ellos, por supuesto la respuesta fue que sí, pero quería avisarles por si acaso tenían algún plan. Hope es una cabra loca, y si lo hubiera sabido, seguro se hubiera olvidado de decírmelo, porque ella es así, una despistada.
También recibí un mensaje de Liam, invitándome a cenar, porque también se iba a ir ese fin de semana a casa de sus padres, así que hemos quedado mañana. 
Liam es una persona agradable con la que poder desconectar y pasárselo bien.

-Vaya tienes donde escoger petarda. -Dijo Selby mientras meneaba las caderas al ritmo de la música.

-¿Está bien que no me sienta mal? -Dije llevándome el móvil a los labios intentando esconder una pequeña sonrisa.

-Cielo, ¿Qué te crees que hacen ellos todo el tiempo?, se sienten bien. Quedan con una, quedan con otra, hablan con tres... No pasa nada porque lo hagas tú también. No haces daño a nadie. 

-Ya, tienes razón. Ellos lo hacen todo el tiempo. Mira Chad. -Dije esperando a ver alguna reacción por su parte.

-Claro. -Su tono fue un poco desanimado. Sé que hay algo más entre esos dos. Kim y yo lo hemos comentado y coincidimos en el mismo pensamiento, pero Shelby no es de las que habla si la presionas. Ella siempre intenta que la gente la vea feliz, es alocada y siempre está sonriendo, así que si algo le pasa por la cabeza que le preocupa, no lo va a soltar así como así. -Bueno, venga, vamos a probar esta delicia. 

Estuvimos disfrutando de la cena que preparamos, y le dejamos un poco a Kim para que probase el manjar que preparamos. Nos pusimos a ver Riverdale y estuvimos hasta tarde enganchadas mientras íbamos comentando la serie.  

Después de habernos saltado ayer las clases todos, hoy toca madrugar, y ponerse las pilas, porque sino los trabajos que nos están enviando se me van a hacer eternos. 
Cuando me dirijo a una de las clases, veo al señor Smith y aprovecho para hacerle un par de preguntas del trabajo que nos ha enviado. Es un hombre un tanto peculiar, y a las chicas no les cae muy bien, pero yo me llevo bien con él. 
Después de todo el día para arriba y para abajo de una clase a otra, por fin llega la hora de comer, y Chad comentó que su tío ha abierto un restaurante nuevo dos calles más arriba del campus, así que le dijo que se pasara con nosotros que nos invitaría a comer.
Estamos esperando a que Chad y Mason salgan de clases en el aparcamiento, y aparecen Ethan y Bryce. 
Bryce llama mi atención tendiendo su mano mientras se apoya en el coche de Chad, de modo que quedo entre sus piernas mientras él me agarra de la cintura.

-¿Por qué me gusta tanto ese peinado que te haces? -Dice tocando mi moño deshecho. No soporto notar el pelo en la cara, a no ser que tenga que llevarlo suelto para arreglarme, por lo general, siempre me recojo el pelo entero en un moño, o en dos moños pequeños, en una cola alta... Manías tontas. 

-¿No será que la que te gusta soy yo? -Digo acercándome un poco más a él. 

-Ahí me has pillado. -Me mira fijamente a los ojos mientras me recoge un pequeño mechón que me cae en la frente para ponérmelo detrás de la oreja, pero vuelve a colocarse en el mismo sitio. 

-Es demasiado corto... No llega a la oreja. -Digo sonriendo.

-Ya lo veo, era una excusa para tocarte de todos modos. -Va subiendo poco a poco las manos por mi espalda con intensidad, y ese simple gesto hace que me tiemblen las piernas.

-Me han dicho que te vas este fin de semana. Yo que tenía planes para hacer.

-¿Qué planes?

-Si te lo digo ahora, no tiene gracia. Tendrás que esperar al fin de semana que viene. 

Después de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora