Después de ti.

4

Quedan tres días para volver a las clases, y la verdad es que la semana se me ha pasado bastante animada. He tenido mis momentos tristes, pero las chicas me han distraído bastante
He dudado varias veces en escribir a Alan, pero creo que es mejor no saber nada de él en un tiempo.
Hemos aprovechado los últimos días de playa, hemos ido de compras, hemos comprado algunos muebles nuevos para la pequeña terraza que tenemos, y mantenerme ocupada me ha ido bien.

-Bueno, ¿vamos a Cowboy o a Lights?-Dice Shelby mientras se tumba en el sofá a nuestro lado.
-Empezamos el curso con la tradición, ¿no? -Responde Kim
-¡Cowboy entonces! Me parece bien. -Digo levantándome del sofá.

Los viernes siempre solemos ir a Cowboy, y la verdad, es mi discoteca favorita, porque es un club lleno de mesas con sillones y una enorme pista de baile y es uno de los que está más cerca de nuestros apartamentos, así que no hace falta que vayamos en coche.

-Voy a llamar a los chicos, a ver si quieren venir. -Aunque ya sé la respuesta, nunca se pierden una.

Cojo el teléfono, y marcó el número de Ethan. Tenemos un grupo por el que hablamos todos, pero me apetece oír su voz, hace días que no hablamos y no le veo desde antes de verano.
   
-Vaya, hoy es mi día de suerte. -Contesta- ¡Estás en altavoz!
-Hola preciosa! -Dice Mason de fondo.
-¡Hola chicos! ¿Tenéis planes para esta noche?
-Los que tengáis vosotras, porque ya sabes que diremos que sí. -Dice Mason -Chad, vendrá directo, su vuelo se ha retrasado.
-Genial, pues quedamos a las nueve en Cowboy. -Cuelgo y abro el armario para decir que voy a ponerme.

Ethan, Mason y Chad son de esas personas que cuando están cerca, el tiempo se pasa demasiado rápido. Son simpáticos y están todo el día de cachondeo y tengo que reconocer que son guapísimos. Aunque eso a ellos no se lo digo, porque ya se lo tienen bastante creído. Mason y Chad son bastante parecidos, o al menos a mi me costaba distinguirlos, porque los dos son castaños y llevan el pelo de la misma forma, un poco largo y despeinado, a diferencia de Ethan, que siempre se lo peina para atrás y es rubio. 
Siempre suelen ir vestidos de sport con pantalones anchos y sudaderas, o camisetas básicas. Dicen que a las chicas nos vuelve locas, y bueno, tengo que reconocer que saben un poco porque entre el gimnasio y la manera de vestirse no les va mal para tenerlas a todas detrás de ellos.

Les conocí en la clase de Historia, cuando nos juntamos para hacer un trabajo. Y de ahí, les presenté a las chicas, y ellos ya se conocían porque vienen del mismo instituto. Siempre nos juntamos en su apartamento, pasando las tardes. Es nuestro punto de reunión, ya que es bastante grande.
De hecho, gracias a ellos, tenemos el nuestro propio, ya que el padre de Mason es agente inmobiliario así que enseguida que se quedó uno vacío, nos avisó a nosotras.
Todos los apartamentos tienen la misma distribución, cocina americana con una barra que da al comedor, y del comedor un pequeño pasillo que lleva directamente a las habitaciones y al cuarto de baño.
Claro que nuestro apartamento tiene un pequeño balcón, y ellos están en uno de los áticos, donde suelen pasar la parte del día, ya que se han montado ahí su propio gimnasio al aire libre.

-¡Shelby vamos!, ¡No quiero hacer toda la cola porque te hayas cambiado veinte veces de modelito! -Chilla Kim desde la puerta.
-Ya estoy lista. -Dice saliendo de su habitación con una sonrisa. Al final, se ha puesto unos tejanos negros, con una blusa de color crema de tirantes finos que le deja al descubierto la espalda.
-Esas botas. Simplemente son perfectas Madison, deberías de darme las gracias por haberte convencido de comprarlas.- He optado por ponerme unos vaqueros, con un top negro de cuello alto sin mangas y unas preciosas botas altas militares que llegan hasta la rodilla.
-Gracias Shel, y ahora vámonos, necesito beber.
-Vaya, ese modelito me suena. -Le dice Shelby a Kim mientras esta le saca la lengua.
-Lo que es tuyo, es nuestro. Código de compañeras de piso.
-¿Ah sí? Tomo nota señorita prisas.
Kim ha decidido ponerse unos pantalones de campana con un body de medias mangas. Cowboy es un club donde la gente suele ir bastante normal, por lo que cuando nos apetece arreglarnos, vamos a Lights.

Cuando llegamos, no hay mucha cola, nos gusta ir siempre pronto, porque pedimos algo para picar y estamos tranquilamente esperando a que se llene el local.
Cuando llevamos un rato, escuchamos barullo en la puerta, y ahí están, abriéndose paso entre la multitud nuestros escandalosos amigos.
    -Vaya, veo que empezamos fuerte la noche. No esperaba menos de mis chicas.- Dice Chad mirando la mesa.- La verdad es que no sé en qué momento hemos pedido tantas cervezas.
    -Hemos quedado a las nueve, ¡es que no tenéis reloj o que! -Digo haciéndole espacio a Ethan y Chad para sentarse a mi lado.
    -Yo también me alegro de verte enana. -Dice Ethan dándome un beso en la cabeza.
    -Venga, ¡ronda de chupitos!, -Grita Shelby, señalando al camarero para que se acerque a la mesa. Le pide seis chupitos de tequila, y el chico asiente sonriendo. Shelby es la más coqueta con los chicos, no le hace falta mucho esfuerzo para ligarse a cualquiera.
    -¡Por un año lleno de sexo, y alcohol! -Grita Chad guiñándole el ojo a Shelby, y pasando el vaso de chupito en la mesa para llevárselo a la boca.
Todos imitamos a Chad, y después nos llevamos el limón a la boca con la sal.
-Oye, ¿Qué con estos dos? -Me pregunta Ethan señalando con los ojos a Shelby y Chad.
    -¿Estás intentando sacarme información de mi mejor amiga? -Cuestiono inclinándome hacia atrás colocando la mano en mi pecho haciéndome la ofendida.
-Si, venga desembucha. Chad es un soso y yo creo que se quiere hacer el duro, pero le mola.
Shelby y Chad siempre se han estado echando los trastos a la cabeza, pero en el fondo se atraen, y no lo digo porque sea una opinión, sino porque una mañana mientras desayunaba, le vi salir de su dormitorio.
    -Nada, nos dijo que se enrollaron un par de veces, pero ya sabes que ni ella ni Chad quieren estar en una relación, así que supongo que son amigos.
    -Ya, no moraría que se enfadase y se fueran del grupo. Los dos molan bastante. -Dice llevándose la cerveza a los labios. Y al segundo, coge el teléfono que le está vibrando encima de la mesa.

    -Vale tío, nosotros estamos dentro. -Dice y cuelga.

Empezamos a hablar de cómo nos ha ido el verano a todos.
La primera de semana de verano, nos fuimos todos una semana a Nueva York, alquilamos dos habitaciones en un hotel cerca de Times Square, y nos dedicamos a hacer turismo toda la semana. Nadie había estado antes, excepto Shelby, así que nos hizo de guía, y es de agradecer, esa ciudad es enorme.
Después de eso, nos separamos, y hasta hoy.
Les cuento a los chicos que Alan y yo rompimos hace una semana, Chad nos cuenta cómo ha restaurado el viejo coche de su abuelo con su padre. Ethan estuvo ayudando a sus padres en el restaurante que tienen en Malibú al lado de la playa, y Mason nos cuenta que se fue de vacaciones con sus padres y su hermano Cuba.

-Bueno, con vuestro permiso, me llevo a mis amigas a bailar.-Señoritas, después de vosotras -Dice Shelby.

Hacía demasiado tiempo que no me lo pasaba tan bien, los efectos del alcohol me ayudan a no pensar, y a bailar. Hoy está lleno y se nota que la gente está aprovechando el último fin de semana antes de las clases, aunque no es que cambie mucho en época de clases.
En un momento me acerco a la barra a pedir una bebida, y me siento. Parece que van a tardar en atenderme.
Cuando por fin la camarera me hace caso, una voz a mi lado dice mi nombre.
    -¿Madison?
Cuando me vuelvo para ver quien me llama, mi mente se queda en blanco, y de golpe, sin saber por qué, me pongo nerviosa y vuelco la cerveza encima de la barra.