Capítulo 15

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Deuteros caminaba muy nervioso rumbo a la cena con Kardia.
No podía evitar jugar con sus manos, desconocía como lo trataría. Detuvo sus pasos al estar frente a la gran puerta de madera que daba paso al gran comedor.

Dejó escapar un gran suspiro, colocó sus palmas en aquellas puertas hechas de roble y comenzó a entre ese lugar.
En medio se podía ver una mesa muy grande, en el centro... Unas velas para iluminar el lugar. Por fortuna Kardia aún no se presentaba.

— Toma asiento Deuteros, Kardia no tarda... Está hablando con Albafica — Esa voz era de Asmita quien llegaba junto con Degel para estar presente en la cena.

— Degel — Se asombró el gemelo menor al verlo también en la cena.

— Todos fuimos llamados por Kardia, tiene algo muy importante que decirnos — Respondió Degel tomando asiento.

Asmita hizo lo mismo, tomando su lugar a lado de Deuteros.

El joven hechicero estaba por preguntar algo pero a lo lejos se escucharon los reclamos de Kardia caminando detrás de Albafica.

— Ya te lo expliqué mil veces... ¡No quiero hacer eso Albafica! — Gritó Kardia muy impaciente, esperando ser escuchado por su herbolario real, quien caminaba por delante tratando de alejarse de los gritos de su rey.

— ¡No tenemos opción Kardia! — Contestó el joven de cabellos celestes —  Lamentablemente aquí en este papel está escrito que debes de tomar como esposa a la princesa del reino del sur — Respondió Albafica perdiendo el control de sus palabras. No se había dado cuenta que estaban todos en el comedor, en especial Degel, que no comprendía todo eso.

— ¿Esposa? — Susurró Degel asombrado, no se esperaba aquella noticia.

— ¡No me voy a casar con ella... Si necesito unir mi vida con alguien más será con Degel!

Deuteros dirigió su mirada al joven hechicero, estaba completamente nervioso porque Kardia y Albafica seguían gritando sin darse cuenta que todos oían su plática incómoda.

Asmita se levantó de la silla para poner orden en ese lugar — ¡Ya basta, estamos oyendo todo lo que dicen!... Incluso Degel no se esperaba esas palabras repentinas de Kardia.

— ¡Menos mal escuchó, así sabe que será mío! — Al decir esto comenzó a mirar a Deuteros de manera intimidante, no dejaría que ese hombre le quitara a la persona que había cautivado su corazón.

— ¡Kardia ya siéntate por favor! —Gritó Albafica tomándolo de los hombros y obligándolo a sentarse en su lugar.

— Dejemos toda esta absurda plática... Mejor  comiencen a decirnos él porqué estamos aquí reunidos — Contestó Asmita tratando de mediar la situación en esa cena que se estaba tornando más caótica.

De inmediato comenzaron a llevar los cocineros varios platillos y los colocaron en medio de la mesa para que comenzaran a cenar.

— En tres días celebraremos mi cumpleaños, por lo tanto necesito que comiencen a idear los preparativos. Ya hablé con Degel para que sea mi acompañante... Ambos abriremos la fiesta con un baile, solo él y yo.

El joven hechicero comenzaba a sentirse incómodo, era un hecho que Kardia lo quería a su lado pero tampoco comprendía aquellas palabras que concierne al reino del sur.
Conocía ese lugar, algunas veces sus padres y él pasaban el verano por los bosques de aquella región.

— Todo lo que menciona Kardia, está bien... Pero ¿Qué hará con su consorte del Reino del Sur? — Preguntó Albafica tomando algunos alimentos.

— Mañana mismo iré al Reino del sur para llegar a un acuerdo... Porqué no pienso casarme con alguien que ni conozco — Respondió Kardia tomando su copa para darle un sorbo a su vino — Me llevaré a Radamanthys y también irás conmigo Deuteros, como mi fiel acompañante a partir de hoy, tu deber es estar a mi lado.

El gemelo menor no pudo evitar sentirse nervioso, no entendía como el resto de los demás toleraban la forma de ser de Kardia. Dejó escapar un suspiro y cerró sus ojos — De acuerdo su majestad... Mañana a primera hora partiremos.

Kardia no pudo evitar sonreír de lado — ¡Todos los que están aquí presentes conmigo, a partir de hoy solo díganme Kardia! Me llamarán su majestad cuando la situación lo requiera... He comprendido que no tengo a nadie más en esta vida y a ustedes ahora los considero como mi familia — Esto último lo dijo con una profunda sinceridad, jamás había sido así desde la pérdida de sus padres. Había perdido esa calidez de disfrutar estar rodeado de personas que realmente lo valoren por la persona que es y no por llevar un título superior en el reino.
Ahora lo entendía, la llegada de Degel lo había hecho cambiar de manera inconsciente.

— ¿Porqué esas palabras tan repentinas Kardia? ¿Te sientes bien? — Cuestionó el joven herbolario levantándose de su silla y acercándose a él para tomar su temperatura y revisar si estaba bien en su salud.

— Estoy bien, de verdad.

Los demás sonrieron al darse cuenta que Kardia se veía muy distinto. Asmita se levantó y alzó su copa frente a todos.

— ¡Por Kardia!

Los demás hicieron lo mismo y dijeron al unísono — ¡Por Kardia!

La cena se había alargado más de la cuenta, el reloj marcaba las once de la noche en punto y aquellos caballeros seguían platicando de varias anécdotas de su vida. Era muy extraño ver a Kardia muy motivado porqué siempre reflejaba lo contrario con sus actitudes.

— Ja, ja, ja y después de eso — Decía Asmita mientras seguía tomando más vino de su copa — Ahora Albafica tiene dos pretendientes, uno de ellos es Minos y ahora se le unió otro más que se llama Manigoldo.

— ¡Asmita! — Gritó el joven herbolario muy apenado con aquella plática incómoda.

— Jamás me la había pasado tan bien — Respondió Degel riéndose mientras Kardia lo observaba de reojo, sin que se diera cuenta, por él cambiaría su forma de ser.









Radamanthys había escuchado parte de la plática, en especial esa parte donde mencionaba que sería el acompañante de Kardia para ir a presentarse al Reino del Sur.

— Esto puede mejorar — Sonrió con malicia mientras guardaba unas pequeñas botellas con un líquido extraño entre sus prendas.

— ¿Qué puede mejorar? — Preguntó Valentine acercándose a él.

— Escuché que Kardia necesita que lo acompañe al Reino del Sur. Pero esto saldrá de maravilla si hablo con Pandora, solo necesito quitarme a ese nuevo sujeto de mi camino

— ¿A Degel ó a Deuteros? — Preguntó Valentine con curiosidad tomando una de las botellas de Radamanthys.

— Ahora que lo mencionas es buena idea... Ese nuevo sujeto parece estar muy interesado en Degel, si tan solo pudiéramos quitarlos de nuestro camino, todo nos saldría muy bien. Terminar con la vida de Kardia será como un simple juego de ajedrez, donde nosotros por supuesto tendremos la victoria.

— Hay que idear un plan que nos sirva...

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