Capítulo 34

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El rostro de Krest cada vez se tornaba de un color rojizo y no era precisamente porqué se sintiera apenado. Más bien era el hecho que no podía tolerar esa absurda idea que su único y preciado hijo tuviera una relación con aquel bueno para nada del reino.

— Y así fue como llegamos a la cueva de Fafner.

Concluyó Degel después de darles un resumen de todo lo que han pasado a lo largo de este tiempo, así mismo la manera en la que llegó sin querer al castillo, claro que sin mencionar la forma en la que Kardia lo trataba al principio cuando se conocieron.
De por si la mirada intimidante de Krest se posaba en Kardia, y el joven rey también le devolvía la misma mirada, parecía un duelo interminable donde el ganador sería para aquel con la mirada más seria y fría.

— Aún así no estoy de acuerdo que esté él aquí — Señaló Krest al joven rey de Caristeas.

— Sé que no nos conocemos pero es vital que me apoyen antes de que suceda una desgracia para todos — Contestó Kardia con preocupación mirando al cielo.

El amanecer no tardaría en llegar y solo tenía escasos minutos, todo este tiempo se les había pasado repentinamente por darle explicaciones a los padres de Degel, pero aún más a Krest quien no estaba del todo convencido.

— Joven Kardia... — Habló Garnet acercándose al él.

— Sé que mi hijo dice la verdad  confío totalmente en él pero no será fácil hablar con Sasha de este tema. Ella solo quería una vida tranquila para todos nosotros sin necesidad de estarse moviendo en caravana pero la orden que dieron para terminar con nosotros la tiene muy molesta.

— Pero... Los suyos nos lanzaron un terrible hechizo ¡Por culpa de ese calor insoportable en el corazón murió mi hermana Calvera! — Exclamó Kardia con lágrimas en los ojos de tan solo recordar aquel día.

— Kardia... Lamento decirte que nosotros no fuimos, ni siquiera Sasha. Los engañaron muy fácil.

En ese momento Kardia se quedó totalmente asombrado ante lo que escuchaba.
Rápidamente se acercó al padre de Degel para que le explicara sobre ese detalle.

— ¿Cómo dice?

— No estoy muy seguro pero aquella ocasión alguien más se hizo pasar por Sasha y les dejó a ustedes aquel terrible hechizo en en corazón, pero de una cosa estoy seguro, ella no pudo haber sido ya que se encontraba buscando un lugar seguro después de que tu padre no nos otorgó el permiso de quedarnos en su reino, siempre nos veía como fenómenos que tenían que ser aniquilados. Alguien más está tomando ventaja de esto.

— Y... ¿Sasha puede revertir mi hechizo? — Cuestionó Kardia manteniendo una ligera esperanza que así fuera.

— No Kardia, ella no puede hacerlo tampoco. Debes saber que no todos poseemos las mismas habilidades. Cada uno de nosotros podemos dominar algunas pero no todas y eso lo ganamos con dedicación siempre y cuando estemos dispuestos entrenar para ser mejores, aunque... Suele ser muy agotador.

— Pero eso no explica porque Degel pudo hacerlo y ya no puede volverme a mi forma humana — Kardia se mostraba cada vez más impaciente.

— Eso es porqué nuestro querido Degel siempre se la ha pasado leyendo, le gusta descubrir cosas nuevas, además que le gustan los retos, solo que no ha terminado de dominarlos — Contestó Garnet dándole más confianza a ese joven de la realeza.

Un poco más tranquilo Kardia, nuevamente recordó todo lo que sucedía con sus guardias, con aquel sujeto desagradable que los seguía, un sin fin de problemas.

— Por lo que más quieran...

Kardia tomó de las prendas a Krest — No soy el malo, ni mucho menos busco terminar con ustedes. Si me ayudan a detener esto, yo... Les juro que haré lo que mi padre jamás hizo.

Krest cerró los ojos y trató de calmarse para pensar con claridad las cosas. Pasó una de sus manos sobre su cabellera y después se giró para poder ver la reacción de su esposa.

— ¿Qué hacemos Garnet?

— A Sasha no le gustará verlo por aquí. Podemos hablar con ella y llevamos a Kardia, quizá sea de ayuda.

— El amanecer ya no tarda en llegar, solo tenemos un último día de luna llena, por lo tanto, si Kardia quiere hablar con Sasha tiene que ser precisamente hoy cuando caiga la noche. De lo contrario jamás podrá hacerlo de nuevo  — Respondió Krest un poco más calmado.

Kardia ya no tuvo tiempo de poder hablar, la luz de la luna se había ido totalmente escondiéndose entre las grandes montañas del lugar.
Un ligero destello cubrió completamente a Kardia volviendo a ser aquel bichito acompañante de Degel.

El joven hechicero rápidamente se acercó a su pequeño escorpión y lo tomó entre sus manos para colocarlo nuevamente sobre su hombro.

— Degel...

Al escuchar que su padre lo llamaba, se dio la media vuelta para saber lo que le diría.

— Los demás han preguntado por ti, sería bueno que les des un saludo. Solo no menciones que ese pequeño insecto es Kardia, de lo contrario lo querrán matar.

— Claro papá cuenta con ello — Después de decir esto, Degel salió corriendo nuevamente hasta el sitio donde se encontraban las carpas.

— Veo que ya te hiciste a la idea que Kardia es algo más en la vida de nuestro hijo  — Respondió Garnet colocándose en el hombro de su pareja mientras los dos observaban a lo lejos como su único hijo se encontraba totalmente entusiasmado de estar nuevamente donde pertenece.

— Aún me resisto, en primera no conocemos a ese sujeto, en segunda ¿Cómo fue posible que de la noche a la mañana esos dos sean pareja? ¡Pues de que me perdí! — Exclamó Krest molesto.

— Krest... Tu hijo ya no es un niño, ya alcanzó la mayoría de edad, solo es cuestión de que le brindes más confianza.

Krest se giró levemente para tomar las manos de su pareja, aún no podía tomar las cosas con calma.

— ¿Sabes todo el desastre que se puede ocasionar cuando se enteren que alguien de la realeza pretende a nuestro hijo?

— Si los dos terminan juntos, Kardia tendrá la oportunidad de ser uno de los nuestros. Puede tomar una habilidad — Respondió Garnet sin mostrar preocupación alguna.

— Pero nuestro código menciona que uno de los nuestros no puede unir su vida con alguien fuera de nuestro mundo. Tendríamos que desterrar a nuestro hijo.

— ¿Acaso la molestia no te deja pensar con claridad? — Preguntó la dama tocando el rostro de su pareja con dulzura.

— No...

— Al ayudar a Kardia y si sus palabras son sinceras respecto a los sentimientos con nuestro hijo, te puedo asegurar que esto sería una gran alianza entre nuestro mundo de magia y el reino de Caristeas.

— Más le vale que no haga sufrir a nuestro hijo, de lo contrario tendré que ocuparme de Kardia.

Garnet se llevó una mano a su frente después de darse cuenta que su esposo no ayudaba al cerrarse con sus ideas.

— Comprende a Kardia ¿Quieres Krest? Él también ha perdido todo lo que tenía en su vida y ha logrado llenar esa soledad con Degel. Además, parece que los dos se llevan bien y nuestro hijo siempre ha destacado por su valentía y su sencillez, así que deja de preocuparte por cosas en donde no las hay.

— Está bien, en la noche hablaremos con Sasha, ella sabrá que hacer.

Krest sacó su varita y retiró el hechizo que había  creado en sus alrededores para que nadie más escuchara aquellos temas que habían tratado minutos antes.

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