Corazón Escarlata

Capítulo 37

"Están destinados a encontrarse" Susurró Krest mirando a su hijo junto con el joven rey de Caristeas.
Garnet se recargó en el hombro de su esposo mientras miraban los dos riendo y dando vueltas emocionados como si nada les importara más que ellos dos.

- ¿Y que sugieres que hagan primero Sasha?

Cuestionó Krest mirando la joven de cabellos lilas con preocupación.

- Degel es inexperto manejando su magia. Para que tu hijo pueda llegar al corazón escarlata debe pasar por varios obstáculos donde tendrá que superar cada prueba junto con Kardia; es por ello que su único requisito es una pareja de nobles sentimientos... Sugiero que practique con los hijos del señor Garcia - Respondió Sasha llevándose su mano a su mentón mirando a los jóvenes.

- ¿Seraphina y Unity? - Susurró Garnet preocupada, aquellos hermanos de cabellos plateados que son muy distantes del resto de los hechiceros, era muy extraño verlos cerca de los demás; sin embargo el hecho que los hermanos se mantuvieran lejos del resto, eso les permitía manejar su magia y sus habilidades a la altura de Regulus.

- Si Degel supera a los hermanos, estará listo para ir en busca del corazón escarlata - Respondió Sasha sacando unas prendas que guardaba en su baúl viejo que guardaba en la zona donde creaba sus pociones.
Después se la entregó a Krest.

- Señorita Sasha... ¿Esto para que es?

- Para que Kardia se cambie de prendas, no nos conviene que siga usando ese atuendo tan llamativo entre nosotros. Espero que de esta manera pase desapercibido en las noches cuando vuelva a su forma normal.

En todo este tiempo, desde el incidente en la fiesta de Kardia siempre portó esas prendas elegantes que ahora lucían muy maltratadas debido al tiempo que han pasado a lo largo de la travesía del bosque.
Tenía que pasar como uno de los hechiceros, con atuendos sencillos sin ser tan llamativos como los que el joven rey de Caristeas usaba con detalles dorados en sus costuras.

No tuvo opción, Krest dejó escapar un suspiro en el aire resignado porqué ahora Kardia tendría que formar parte dentro de su círculo familiar.

- Kardia - Lo llamó con recelo.

El joven rey dirigió su mirada al padre de Degel quien le dedicaba una mirada fría e intimidante.
Dejó de abrazar a su amado hechicero y se acercó a su futuro suegro; eso si Krest no lo asesinaba primero por estar cerca de su amado retoño.

- ¿Si?

Con pasos firmes se fue acercando, en ese momento Krest hizo lo mismo; cuando los dos estaban frente a frente mirándose fijamente con un poco de molestia, Krest le entregó esas prendas en tono azul rey a Kardia.

- En primera te irás a dar un baño al río que pasa por aquí cerca y en segunda vas a usar estas prendas porqué las tuyas están en mal estado. Además la tela que usas para tu vestimenta es de lino, adornado con hilos dorados y eso lo hace muy llamativo para los demás.

- Solo espero que no me odien los suyos por verme en este lugar - Contestó Kardia tomando aquellas prendas en sus manos.

- No lo harán - Interrumpió Sasha tomando parte de esa plática donde había notado una ligera tensión entre Krest y Kardia, aunque el motivo era bastante fácil de descifrar si bien solo se trataba de un padre amoroso que busca proteger a su hijo y el joven enamorado que es capaz de pasar cualquier obstáculo por el amor de Degel.

- ¡Claro que lo harán! - Exclamó con molestia - Dirán que fui yo quien mandó a terminar con cada uno de ustedes cuando no fue así.

- ¡No lo harán! ¡Deja de ser tan impertinente Kardia! - Sasha se llevó una mano a su cabeza, después pasó sus dedos sobre la sien para calmarse un poco.

- Claro que si, dirán que yo soy el causante de sus desgracias.

- !No lo harán porqué les dirás que eres un colega mío que ha venido desde tierras lejanas! - Gritó Sasha desesperada por la actitud impertinente de Kardia.

Ante este regaño, el joven rey de Caristeas se quedó sin palabras, tomó las prendas que le entregaron.
El joven hechicero se acercó con la joven de cabellos lilas esperando que le mencionara el paso siguiente que debe de dar aún.

-Degel, busca a los hermanos de cabellos plateados. Por orden mía practicarás con ellos hasta poder rebasar su nivel. Te sugiero que sus combates sean en la noche, el poder de Seraphina y Unity incrementa en las noches, así que será un gran reto para ti.

El joven hechicero asintió, después dirigió su mirada a Kardia quien lo observaba muy entusiasmado, acercó su mano para entrelazar sus dedos sin dejar de perderse en los hermosos zafiros del contrario.

Aunque ese momento emotivo terminó justo cuando Krest pasó en medio de ellos, lo hizo con toda la intención de separarlos ya que aún no asimilaba la idea de que su hijo fuera pareja de Kardia.

- Lo siento necesito pasar - Mencionó Krest con recelo, sin embargo Degel no pudo evitar reírse por las acciones de su padre.

Exhausto se encontraba Deuteros quien llevaba algunos días caminando entre el inmenso bosque.
Por más que intentaba buscar alguna pista que lo llevara a Degel inclusive hasta Kardia, no daba con su paradero.

Se llevó una mano a su rostro mientras recargaba su espalda en la corteza del árbol para descansar un poco.
Cerró sus párpados esperando dormir un poco; aunque ese gusto le duró unos cuántos minutos, el crujir de las ramas en el suelo lo despertó.

Rápidamente se incorporó del suelo, tomó sus pertenencias y dirigió su mirada al causante del aquel ruido.
Era ese mismo ser horrible y repugnante con el que Radamanthys discutía en aquella ocasión a las afueras del castillo, al parecer llevaba consigo varias plantas en sus manos mientras se dirigía a una cueva.

- Esos imbéciles no debieron ir tan lejos - Se burló con malicia Fafner - Degel no es rival para mí ni mucho menos ese rey de quinta.

Deuteros frunció el ceño, ahora más que nunca necesitaba encontrar a Degel para avisarle todo lo que ha acontecido y el riesgo que corren.

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