- Degel... ¿De donde sacaste eso? - Cuestionó Kardia mirando a su amado con asombro, no, claro que no se esperaba algo así.
Pandora esbozó una sonrisa con malicia - ¿No te das cuenta que es uno de ellos? - Lentamente fué colocando sus manos en su espalda, tratando de meterle ideas a su cabeza - Que mal que al que siempre quisiste te traicione de esa forma.
- ¡No lo escuches Kardia! - Gritó Deuteros tratando de calmar la situación - Tus queridos guardias más allegados traman tu derrota... A mi me encerraron en un cuarto, de no ser por Degel yo seguiría en ese obscuro lugar.
Kardia no podía creer lo que escuchaba, comenzaba a dar pasos retrocediendo lentamente.
- Perdóname Kardia por esto que haré - Respondió Degel alzando su varita y conjuró un hechizo que le permitiera dormir a Kardia, sería difícil convencerlo entre tanto caos que comenzaba a desatarse en el castillo.
- ¡Más te vale que te vayas Pandora, antes de que haga algo contra tí! - Gritó Degel apunando con su varita a la joven del reino del sur, quien comenzaba a ponerse nerviosa.
- ¡Yo me encargaré de que todos se enteren que tu eres una amenza! - Gritó Pandora de manera intimidante pero en ese momento Degel le lanzó un hechizo para que olvidara lo que había pasado, esto hizo que cayera al suelo perdiendo el conocimiento.
- Los dormiste Degel - Susurró Deuteros al verlos en el suelo inconscientes.
- Lo mejor será llevarse a Kardia lejos de aquí, no puedo dejar que le suceda algo... Si él muere, los míos serán acabados por los guardias - Al decir esto Degel apretó sus puños - Si mi familia volvió a la vida debo de encontrarlos, ellos deben saber que yo estoy bien - Esto último lo dijo en un susurro pero también con la voz triste.
- Degel... No te sientas mal, Kardia debe de comprender que tu no eres malo - Contestó Deuteros tratando de tranquilizarlo.
- Deuteros yo... - El joven hechicero no terminó de hablar, un disturbio proveniente dentro del gran salón llamó completamente su atención. Se acercó rápidamente para ver que pasaba, era Radamanthys a lo lejos destruyendo todo junto con los otros buscando a Kardia - ¡No tenemos opción Deuteros! Llévatelo de una vez.
- ¿Pero a donde quieres que me lo lleve? - Cuestionó tomando a Kardia entre sus brazos.
El joven hechicero comenzó a buscar con la mirada un lugar seguro para el joven rey, no puede dejarlo a manos de los locos desquiciados de sus guardias. Por fortuna a lo lejos miró una carreta que era del castillo, sin duda esa puede ser su salida.
- ¡Deuteros ahí! - Señaló - Llévate a Kardia, si te preguntan en la entrada diles que tienes de encargo ir por más materia para la cena, algo así pero apresúrate antes de que nos vean.
El gemelo menor asintió y caminó rápidamente con Kardia entre sus brazos, al único lugar que se le ocurría llegar era a su casa.
Degel suspiró más tranquilo, guardó su varita y se acercó a la dama del reino del sur para retirarle la botella con la poción.
Al analizar la botella se dio cuenta que esa pócima pertenecía a los suyos.
Como pudo la escondió, por lo menos con eso le daría tiempo de engañar a Radamanthys para evitar que vayan tras Kardia.Entró nuevamente al castillo, grande fué su sorpresa al ver que la mayoría estaba en el suelo inconscientes.
Albafica corría de un lado para otro tratando de buscar algún remedio que pudiera ayudar a despertarlos.- ¡Oh Degel! ¡Por los dioses tú estás despierto! - Albafica corrí hasta donde estaba su aprendiz y lo abrazó gustoso al verlo a salvo.
- ¿Que pasa Albafica? - Cuestionó el joven aprendiz preocupado.
- No se que rayos está pasando pero... Esto no es normal y no está en mi alcance despertarlos... Pero Radamanthys está buscando con desesperación a Kardia.
En ese momento Radamanthys se acercó a ellos dos intentando hacerse notar "Preocupado" - Aquí están, los herbolarios reales del castillo - Hizo una leve reverencia ante ellos.
Sin embargo Degel lo miraba con desprecio porqué él conocía a la perfección su plan.
- ¿Qué necesitas Radamanthys? - Cuestionó Albafica - Hace unos momentos estabas destrozando todo lo que estaba a tu paso.
- Siento mi comportamiento, quizá es todo este disturbio... Los invitados en su mayoría han caído en un sueño profundo. Mi gente me ha dado el reporte de que los hechiceros están rondando el castillo, debe ser obra de ellos. Es por ello que necesito saber donde está Kardia, hay que resguardar su integridad.
Degel al escuchar eso apretó sus puños molesto, quería poner de una vez por todas a Radamanthys en su lugar pero también tenía que ser cauteloso, de lo contrario las culpas recaería en él terminando encerrado en el calabozo por algo que no cometió.
Trató de controlarse y dio un paso al frente.- Yo también lo estoy buscando porqué hace unos momentos me encontré a la señorita Pandora desmayada en el suelo.
Esto comenzó a preocupar al guardia, no estaba en sus planes que Pandora también terminara tomando ponche - Idiota - Se dijo para si mismo, de todos modos el hecho que estuviera despierta o dormida le dada igual. Su prioridad era buscar a Kardia y deshacerse de él.
No sin antes hacerlo firmar un papel donde le deje el total poder del reino.- De acuerdo, si lo llegan a ver me avisan. Mi total prioridad es su bienestar y debo cuidar que no le pase nada - Con permiso - Nuevamente hizo una reverencia ante ellos y siguió buscando a Kardia.
Degel esperó a que se fuera para poder hablar en privado con Albafica.
- No confíes en ese sujeto, a Deuteros hace un rato lo durmió y lo encerró en un cuarto... Me di cuenta porqué estaba escuchando su platica junto con Valentine y los demás guardias, ellos quieren destruir a Kardia - Susurró Degel mirando a los lados esperando no ser escuchado por los demás.
Albafica se echó a reír, eso no podía ser cierto - Degel ¿De donde sacaste eso? Radamantys tiene mucho afecto por Kardia, sería incapaz de hacer algo así - Estaba por darse la vuelta cuando Degel lo tomó de la mano y se llevó a un lugar más discreto para evitar a los guardias curiosos.
Se aseguró de cerrar bien la puerta, habían entrado al cuarto donde guardaban las cosas de limpieza del castillo.
- ¿Me puedes decir que hacemos aquí?- Cuestionó Albafica mirando su alrededor.
- Esperando que me escuches... Kardia está en peligro, no podemos dejar que Radamanthys se lo lleve - Degel en ese momento sacó aquella poción que les quitó hace unos momentos - ¿Ves esto? - Se lo entregó a Albafica.
- ¿Esto que es? - Susurró tomándolo con delicadeza, lo abrió lentamente para analizarlo - Esto es... Es una poción de amor si no me falla la memoria, solo los hechiceros pueden lograr crearla.
- Se lo arrebaté a Pandora, su intención es dársela a Kardia para que se enamore de ella y Radamanthys a su vez aprovecharía para acabar con él de una vez por todas... ¡Ellos durmieron a los invitados! - Exclamó nervioso.
- ¿Cómo sabes todo esto? - Susurró Albafica impresionado.
Degel sacó lentamente su varita y se la mostró - Soy un hechicero y si trato de hacer algo por todos es porqué los míos corren peligro si Radamanthys toma pocesión de este lugar... Además también quiero proteger a Kardia - De pronto agachó su mirada - No quiero que le pase nada, por eso lo hago, aunque me odie por ser lo que soy - Esto último lo dijo en un tono muy triste.
Albafica notó que el semblante de Degel cambió, se acercó para abrazarlo - Tu no eres malo Degel, Kardia te ama con locura... Quizá sea muy imprudente a principio pero algo es seguro - Después lo miró a los ojos y colocó sus manos en sus hombros - El no puede vivir sin ti, así que no te sientas mal por ello.
Estas palabras animaron un poco más a Degel, todo lo hacía por Kardia y por los suyos.
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Corazón Escarlata
FanfictionKardia es un príncipe que perdió a sus seres que más quería en esta vida. Degel es un hechicero que tiene que esconder sus habilidades tras perder injustamente a sus padres por un crimen que no cometieron. Un amor inesperado entre ambos surgirá para...