Esa botella era su única solución, solo bastaban unas gotas para que Kardia cayera en los brazos de aquella bella doncella del reino... Después todo el reino sería suyo, así como el de Pandora.
Sólo tenía una piedra en su camino y ese era Degel, necesitaba una idea brillante para deshacerse de él ó bien sacarlo del castillo para que no esté presente en la fiesta que se llevaría para el cumpleaños de Kardia.
- Debo hacer algo para que Degel no esté presente en la fiesta - Pensó Radamanthys mientras obervaba a Kardia acostado completamente en el asiento del carruaje. Deuteros llevaba en sus manos un libro que Asmita le había prestado con tal de que tuviera con que entretenerse en el camino. A Radamanthys sólo le quedaba mirarlos con desprecio.
Ya no faltaba mucho para que llegaran al castillo, escasamente media hora... Casi era media noche, la luna llena estaba justamente en su punto más brillante acompañado de la bóveda estrellada. Kardia sabía que no encontraría a Degel despierto pero por lo menos tendría todo el día de su cumpleaños para disfrutar de su compañia... Claro, antes de que llegara Pandora.
Llegaron al castillo, fueron recibidos por los demás guardias del castillo. Afortunadamente no hubo ninguna novedad en el Reino, solamente que la invitación para la Fiesta había llegado a oídos de varias doncellas del reino, sin duda irían con sus mejores vestidos de gala para celebrar el cumpleaños del joven rey soltero de Caristeas.
Al día siguiente, parte de la servidumbre se despertó temprano, todavía no llegaba el amanecer completamente y ya estaban preparando los adornos y los mejores platillos para la fiesta de hoy.
Lo primero que hizo Kardia al amanecer fué ir a ver a Degel a su dormitorio, aunque aún no despertaba quería dejarle una nota para avisarle que le gustaría pasar tiempo de calidad con él y quizá de una vez formalizar algo mejor entre ellos antes de que Pandora llegara a la fiesta alborotando a todos diciendo que tiene que casarse con Kardia.
Afortunadamente el joven ayudante herbolario seguía en el mundo de los sueños, al verlo de esa manera tierna e inocente que le causaba una infinita calma. Tomó unos mechones de su largo cabello para descubrir un poco su rostro. Después dejo aquella nota en sus manos para que al despertar se diera cita con él en el lugar indicado.
Salió con sigilo y nuevamente cerró la puerta con tranquilidad pero no notó que Deuteros estaba justamente a lado de él, ambos terminaron chocando y cayendo al suelo.
- ¡Ah! Con que espiando a Degel - Respondió Deuteros levantándose del suelo y mirando a Kardia con malicia con tal de molestarlo.
- No lo estoy espiando Deuteros, vine a dejar una nota... Eso es todo - Respondió un poco nervioso, pero después desvió aquella plática incómoda - Mejor dime que necesitas.
- Quiero que me des permiso para ir a mi cabaña, allá tengo ropas formales para la fiesta y también quisiera invitar a mi hermano, lo he dejado solo desde que estoy aquí.
Kardia se llevó una mano a la cabeza pasando sus dedos sobre su cabellera azul - Adelante, no te puedo negar algo así, además si te sientes más cómodo trayendo a tu hermano... Pues hazlo. solamente te pido que regreses a tiempo, no quiero tener encima de mi a Pandora cuando llegue.
- Descuida, lo haré. Ahora si me lo permites... Debo irme Kardia, nos vemos en la tarde - Respondió Deuteros dando la media vuelta y caminando para poder irse a su cabaña.
Kardia lo miró marcharse y después se fué a su habitación para prepararse en su cita con Degel.
Degel despertaba al sentir los primeros rayos del sol sobre su rostro, hoy era en día en el que Kardia cumpliría años y además... El día que sería su acompañante ante la sociedad. Aún guardaba ese secreto de que pertenece al grupo de los hechiceros pero tampoco quería arruinar el momento bello que ambos comenzaban a experimentar, se sentía entre la espada y la pared por no saber que hacer.
A lado de su almohada se encontró una nota, se levantó de la cama para poder sentarse y leer mejor aquel papel... Grande fué su sorpresa al notar que era de Kardia.
Lo esperaba en el jardín de su castillo para tomar el desayuno a solas con él. Sin perder más el tiempo, tomó sus cosas personales y se fué a dar un baño para estar listo a esa cita con Kardia.
Radamanthys contaba con algunas pócimas más que les robó a los hechiceros, entre ellos estaba uno muy fuerte cuyo uso haría dormir a las personas... Sólo era cuestión de derramarlo en el ponche que se ofrecería esta noche en la fiesta para hacer las cosas a su antojo.
Kardia había ordenado a sus súbditos que nadie lo molestara, tenía todo preparado...
En el jardín estaba una mesa con dos sillas blancas, alrededor de todo eso... Distintas plantas y flores adornaban el lugar, el césped fué cortado días atrás, al fondo una fuente ¿Qué más podía pedir, era una infinita tranquilidad solo para ellos dos.Degel no demoró mucho en llegar, con su porte elegante y unos guantes blancos hacía juego con el detalle que llevaba en su cuello, se sentía muy extraño vestir de manera elegante pero desde el día que llegó... Kardia se había tomado la molestia de agregar prendas nuevas en su armario, después de darse cuenta que había llegado sin nada.
Dejó escapar un suspiro y se acercó a la mesa donde Kardia lo esperaba ansioso.
-Buenos días preciosura - Saludó Kardia depositando un dulce beso en el dorso de su mano, aunque llevara guantes sostificados.
Al verlo con más detenimiento no pudo evitar sentir su corazón latir con más intensidad... Degel era todo lo que necesitaba en su vida.
- Buenos días Kardia, gracias por invitarme al desayuno - Contestó Degel mirando a su alrededor pero notó que solo ellos dos estaban presentes - Kardia... ¿Y los demás no vendrán a desayunar? - Preguntó muy asombrado.
- No... Esta ocasión solo seremos tu y yo hermosura - Después de decir esto extendió su mano para guiarlo a la silla donde ocuparía su lugar.
Kardia hizo lo mismo, solo era cuestión de esperar el desayuno.- Kardia... ¿Cómo les fué ayer? ¿Pudiste arreglar algo a tu favor?
- No, esa mujer es necia... A fuerza quiere que me case con ella. Pero no puedo aceptar ese destino - Contestó Kardia mirando de frente a Degel.
- ¿Porqué? - Preguntó nervioso.
- Porqué alguien más ocupa un lugar en mi corazón - Después de esta confesión, Kardia tomó la mano del joven Degel y la colocó en su pecho, a la altura de su corazón, podía sentir como latía de manera repentina.
- Ahí estás... Eres la calma de mi ardiente corazón...
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Corazón Escarlata
FanfictionKardia es un príncipe que perdió a sus seres que más quería en esta vida. Degel es un hechicero que tiene que esconder sus habilidades tras perder injustamente a sus padres por un crimen que no cometieron. Un amor inesperado entre ambos surgirá para...