Caminaban de un lado para otro intentando pensar con claridad la última travesura que pasarían en ese lugar, después de todo ahora quedaría en el recuerdo lo que vivieron en ese bosque y aquel duelo que llevaron con Saori pasará a ser una historia que será contada con el paso de los años y con ello el nuevo surgimiento del reino de Caristeas, una nueva región dónde la alianza entre seres humanos y hechiceros sería pacífico.
- Aunque me la pasé corriendo con Dégel en este mundo, creo que extrañaré los buenos momentos entre tanta naturaleza, despejarse por unos momentos de la vida aburrida del castillo ha sido lo mejor que he vivido.
Respondió Kardia pasando la yema de sus dedos sobre la maleza del lugar mientras sonreía al volver a recordar aquellos momentos que pasaron huyendo de todo aquel que los atacaba, una persecución como ninguna otra.
- Bienvenido al mundo de los simples mortales como nosotros Kardia - Interrumpió Defteros colocándose a su lado - No todos tienen la posibilidad de nacer en cuna de oro como tú.
- Soy un mortal con una habilidad capaz de quemar a todo aquel que me moleste - Sonrió victorioso mostrándole su varita - Debo admitir que esta vida sencilla que muchos de ustedes llevaron la he disfrutado como nunca. Además creo que jamás me había pasado ratos amenos y de calidad. Fue divertido.
Kardia invitó a Defteros a tomar asiento a su lado sobre una enorme roca que daba una vista espectacular de aquel paisaje boscoso. Más allá de las montañas el sol comenzaba a ocultarse dejando ver un color naranja para que dentro de unos minutos llegue el velo de la noche.
- Me alegra que ya no seas el mismo mal humorado ermitaño que conocí. Pero mejor cambiemos de tema Kardia - Defteros alzó la mirada al cielo - ¿Usarás la piedra de la resurección que te otorgaron?
Aunque el joven rey no sabía a qué venía su pregunta - ¿La necesitas?- Cuestionó incrédulo, creyendo que el podría usarla para algún favor.
Defteros comenzó a reírse, no era lo que esperaba como respuesta - No, para nada. Solo tengo esa inquietud por saber si realmente lograrás traer de nuevo a aquello que más amas. Debe ser duro escoger a quien traer, si alguno de tus padres o...
Palabras que fueron interrumpidas por Kardia quien respondió de manera inmediata - Siempre he considerado tener de vuelta a mi hermana, además de mi Dégel, para mí Calvera es muy importante en mi vida. Quiero que ella esté presente el día más importante para mí.
- ¿Tu cumpleaños otra vez? - Preguntó Defteros - Ni siquiera pudimos disfrutar tu fiesta, todo fue un caos, deberías repetirlo.
Kardia sonrió ladino - Ya se que mi fiesta fue el pretexto perfecto para que muchos tomaran ventaja de ello pero no me refiero a mi cumpleaños. Primero necesito arreglar todo el reino que es algo muy difícil y buscar un sitio donde se puedan quedar el resto de los hechiceros. Cuando termine de hacer todo eso daré el paso más importante para todos... Pedirle a Dégel que se case conmigo.
- Me alegra escuchar eso, se lo merecen.
- Ja, lo dices muy a tu pesar por qué se perfectamente que tú querías a mi Dégel.
- Quizá en un principio así fue - Se defendió - Pero me agrada más saber que está en buenas manos. Además cuando regresemos al castillo, Asmita me espera, así que te falló tu comentario - Sonrió victorioso.
Un silencio corto se hizo presente en ese momento, el viento cada vez se tornaba un poco más frío, claramente era una señal de regresar con los suyos para la hora de la cena.
- Cuando amanezca quiero tu presencia aquí Defteros.
- Que ganas de hacerme madrugar tan temprano - Se quejó el contrario colocando su mano sobre el hombro del joven rey - Espero que sea algo que me convenga.
- Realmente solo quiero deshacerme de la estatua que quedó de esa bruja de Saori. No quiero que regrese con sus locas ideas y termine destruyendo mi reino.
Palabras que fueron acompañadas por una gran carcajada de Kardia, ya que esa sería su travesura que pasaría hacer antes de irse de ese lugar al que ya le había tomado cariño.
Por el fuera, no le importaría vivir de esa manera con Dégel viajando de un lado a otro viviendo las mejores aventuras.- Tu dime lo que hay que hacer y te sigo en tus locuras mi gran amigo.
A la mañana siguiente lo primero que hizo Dégel fue buscar a Kardia ya que no lo encontraba desde que amaneció en aquellas tierras. Salió de su carpa repentinamente sin importarle que sus padres aún siguieran dormidos, por lo tanto no creyó conveniente avisarles a dónde se dirigía.
Comenzó a correr cuesta abajo de aquel bosque cuando a lo lejos logró divisar a Kardia junto con Defteros apoyándose el uno al otro sobre el hombro del contrario sin dejar de reírse mientras avanzaban.- Me diste un gran susto al ver que no estabas conmigo - Dégel se llevó una mano a su pecho mostrando su preocupación tras alcanzarlos en el camino.
- Dégel mi amor - Contestó Kardia con una cálida sonrisa aún con Defteros a su lado - Te veías precioso durmiendo, no quería despertar a un angel descansando pacíficamente - Palabras que hicieron notar un leve sonrojo en las mejillas de Dégel - Simplemente Defteros y yo fuimos a dar un vuelta antes de dejar este lugar para siempre.
- No te puedes quejar Dégel - Interrumpió Defteros - Además te cuidé muy bien a Kardia, siempre estaré al pendiente que no ande de loco traicionando tu confianza.
Pero muy en el fondo Dégel no se creía aquellas palabras, si era un poco ingenuo eso no lo negaba pero algo le decía que le estaban ocultando la verdad.
- ¿Solo a eso fueron? - Cuestionó cruzando los brazos
- Claro - Afirmó sonriendo - ¡Ah! Y también a dejar aquella molesta estatua en el fondo del agua para que no vuelva con sus amenazas locas.
- ¡Que hicieron qué! - Exclamó Dégel sorprendido con sus manos en la boca asombrado, era evidente que ese par había salido hacer sus locuras. Ahora entendía el porque no le habían mencionado nada al respecto.
- Como nueva alianza entre nuestros mundos Degel - Le contestó tomando su mano para llevarla cerca de su pecho - No quiero correr riesgos innecesarios, quiero hacer bien todo aquello que mis padres no lograron realizar.
- Yo me voy - Defteros siguió su camino dejando a los enamorados melosos de sus amigos.
- Kardia...
Interrumpió Dégel al ver que Defteros se había alejado de ellos dejando un poco de privacidad.
- Dime primor.
Dégel cerró sus párpados por unos instantes. Aún tenia sus dudas cuando regresen al reino de Caristeas, era evidente que aquella mujer perteneciente al reino del sur querrá seguir insistiendo con aquella idea de casarse con Kardia.
No fue hasta que su amado tomó sus manos acortando la distancia entre los dos mientras intentaba calmarlo al observarlo nervioso.
- Estás un poco distraído con la idea de regresar al castillo. No debes preocuparte por nada, siempre estaré yo para protegerte a ti y a los tuyos. Lo primero que haré será ubicar a tu gente, remodelaré el castillo nuevamente y haré una fiesta en honor a nuestra alianza.
- Pero... ¿Y aquel matrimonio arreglado por parte de tus padres? ¿No afectará en la economía de tu pueblo? - Preguntó nervioso.
- Para nada, las cosas de ahora en adelante cambiarán. Por lo mientras iremos recogiendo nuestras cosas para poder avanzar un poco más en nuestro arduo camino de regreso.
Con estas palabras Kardia tomó a Dégel en sus brazos para llevarlo de nuevo con el resto de los demás para partir a su nuevo hogar, todos juntos.
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Corazón Escarlata
FanfictionKardia es un príncipe que perdió a sus seres que más quería en esta vida. Degel es un hechicero que tiene que esconder sus habilidades tras perder injustamente a sus padres por un crimen que no cometieron. Un amor inesperado entre ambos surgirá para...