Después de aquella pesada noche hablando con Sasha, Degel regresó a la carpa de sus padres para poder descansar.
Mientras esperaba a Kardia quien había ido al río para poder darse un baño por órdenes de Sasha, mientras Degel esperaba se quedó profundamente dormido entre las frazadas que su madre le dejó listas para que descansara.Unos momentos después Kardia entró a la carpa, el amanecer no tardaría en llegar y nuevamente volvería a ser ese indefenso bichito.
Al bajar su mirada hasta donde descansaba su hermoso hechicero no pudo evitar perderse en la forma pacífica que dormía.— Sé que lo lograrás Degel, confío en ti.
Susurró Kardia esperando que su amado hechicero lo escuchara, afortunadamente los padres de Degel no se encontraban dentro de la carpa esto permitió que el joven rey de Caristeas tomara un pequeño espacio entre aquellas frazadas para poder descansar un poco.
Estando tan cerca de aquel joven hechicero el tiempo se detuvo para él, desde que lo conoció sintió una conexión inexplicable porqué al tenerlo a escasos centímetros de su presencia podía despertar una sensación reconfortante en su interior.
No podía dejar de verlo, de admirarlo; a pesar de que Degel se encontraba profundamente dormido no perdía ese sutil encanto que desprende, esos labios entre abiertos con un toque brilloso entre ellos fueron como imanes acortando esa distancia.
Poco le importó si el padre de Degel observara lo que estaba a punto de hacer, simplemente se dejó llevar por el momento al sentir rozar sus labios con el contrario.Un beso sutil donde Kardia dejó ir todo su sentir, uno como jamás lo había hecho con anterioridad con Degel; daría lo que fuera por volver todo a la normalidad para poder tener una relación más formal con su amado hechicero y quizá más adelante ambos gobernando Caristeas y dejando vivir en paz al resto de los hechiceros.
Su sueño se encontraba más allá de la realidad, primero tenían que encontrar aquella reliquia y en seguida Kardia necesitaba deshacerse de sus guardias de una vez por todas.
Lentamente tuvo que romper ese emotivo y dulce beso a causa de la llegada del amanecer, nuevamente se cubrió de una capa destellante en tonos cián y volvió a ser el pequeño bichito que Degel carga en su hombro, Kardia se acomodó en el pecho de su amado hechicero y lo acompañó en ese mundo de los sueños.
Garnet y Krest caminaban justamente a las orillas del campamento de los hechiceros, la bella dama intentaba calmar a su nervioso esposo después de enterarse que su único y amado hijo era el privilegiado por buscar aquella joya codiciada por muchos hechiceros y seres fantásticos que viven en la naturaleza.
— Es mucha responsabilidad para Degel.
Agregó Krest mientras recolectaba algunas frutillas de los arbustos por donde pasaban.
— Tal parece que no te has fijado que nuestro hijo ya no es un niño.
— Pronto alcanzará la mayoría de edad, sé que no puedo entrometerme en sus decisiones ni en su vida pero sigo sin confiar en ese tal Kardia.
— ¿Podrías darle una oportunidad al muchacho? — Imploró Garnet mirando a su esposo con un toque de dulzura — El chico también ha perdido a su familia y quizá en Degel encontró su complemento.
Krest estuvo a punto de responderle pero en ese momento se encontraron de frente con uno de los suyos.
— Señor Krest, señora Garnet, buenos días.
Se acercó con cautela aquel joven de cabellos castaños con una cinta rojiza en el cabello sosteniendo un arco y unas flechas en sus manos.
— Sísifo, buen día — Saludó Garnet — ¿A donde vas con tanta prisa?
— Necesito buscar a mi sobrino Regulus, me dijo la señorita Sasha que debe de estar en peligro... Cayó en manos del lich y temo porqué le haya causado daño.
En ese momento Krest comenzó a recordar las palabras de su hijo, les había mencionado que Fafner convirtió en piedra a Regulus y algunos conocidos de ellos, sería mala idea que Sísifo le hiciera frente solo a Fafner.
— No podrás hacerlo tu solo, déjame ayudarte.
Krest se acercó a su esposa para poder despedirse de ella, después de todo sentía ese peso por ayudarle con la búsqueda al joven de cabellos castaños; ellos fueron los que enviaron a Regulus a buscar a Degel.
— Con mucho cuidado — Susurró Garnet moviendo su mano en el aire a manera de despedida.
Se quedó unos minutos observando a su esposo y al joven de cabellos castaños partir hasta la cueva del lich, pero unos gritos que se escuchaban a lo lejos la alertaron.
Rápidamente sacó su varita y comenzó a buscar entre los árboles frondosos y ya maleza de donde provenían esos gritos y quejidos.No fue hasta que al mover varias ramas en su camino logró encontrarse con un joven casi de la edad como su hijo de cabellos azules y tez morena perdió el conocimiento en ese momento cayendo al suelo sin fuerzas.
— Jovencito... Despierta.
Garnet se acercó para tomarlo entre sus brazos y tratar de reanimarlo, podía observar que se encontraba muy mal, no parecía como los guardias del castillo que los atacaron sin razón alguna.
— ¡Despierta jovencito! — Exclamó Garnet dando ligeras palmadas en el rostro del chico de tez morena para que reaccionara.
— De... De... — Titubeó sin fuerzas — Degel...
"Degel" Susurró Garnet al ver como aquel chico nuevamente cerraba sus párpados sin fuerza en su cuerpo para despertar.
— Este jovencito adorable conoce a mi Degel, pero ¿Porqué?
Garnet guardó su varita y sacó de su pequeño canasto algunas de las frutillas que había cortado recientemente para ofrecerle a ese joven viajero que llamaba con desesperación a su hijo.
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Corazón Escarlata
FanfictionKardia es un príncipe que perdió a sus seres que más quería en esta vida. Degel es un hechicero que tiene que esconder sus habilidades tras perder injustamente a sus padres por un crimen que no cometieron. Un amor inesperado entre ambos surgirá para...