Capítulo 49

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- ¡No! Esto no puede ser cierto... Dégel yo merecía ese ataque ¡Era para mí! - Kardia intentaba reanimar a Dégel pero no obtenía éxito alguno.

No podía creer que su amado hechicero diera su vida por él. Dégel se ante puso a Kardia, colocó sus dedos en la altura de su cuello para verificar que aún tuviera signos vitales; para su fortuna aún podía sentir su pulso, ya más calmado retiró con suavidad unos mechones verdes, se acercó para depositar un beso en la frente de Dégel y lo dejó nuevamente en el suelo con sumo cuidado.
Molesto tomó su varita, se incorporó del suelo para poder hacerle frente a Saori.

Su mirada furiosa no pasaba desapercibida, solo tenía en ese momento un objetivo y esa era aquella mujer de la cual fue la causante de tantas desgracias en su vida.

- ¡Te atreviste a tocar a mi Dégel!

- El se interpuso - Saori extendió su mano para conjurar un nuevo hechizo, su palma estaba cubierta de un aura negra - Deja de llevarte por sentimientos absurdos y sin sentido, con tu poder y el mío podemos lograr lo que siempre hemos soñado... Puedo traer a tus padres a la vida, a tu hermana - Habló Saori con voz seductora - Solo entrégame esa reliquia y te daré de nuevo todo lo que tuviste.

Kardia dejó escapar una sonrisa ladina - ¿Acaso crees que dejaría de lado los mejores momentos de mi vida? ¡Dégel es mi luz, mi guía y mi todo!

Fue en ese momento que Kardia sintió de nuevo aquel inmenso calor en su cuerpo cubriéndolo totalmente, aprovechó para apuntar con su varita a Saori, sin embargo la mujer de cabellos lilas al ver que el poder de Kardia se duplicaba cada vez más comenzó a retroceder.
La reliquia estaba tomando posesión de su cuerpo, de su mente y de su poder.

- ¡Kardia, controla tus llamas! - Exclamó Saori observando como la mirada de Kardia cambiaba a unos penetrantes iris rojizos.

- ¡Tanto poder hace que me sienta invencible!

El joven rey lanzó un ataque que Saori no logró esquivar, sus movimientos eran increíblemente rápidos a la velocidad de la luz.

- No seas estúpido, Dégel está muerto... ¡Deja de intentar vengar su muerte!

Una segunda luz se hizo presente en ese momento, pero está era un aura demasiado fría, una temperatura relativamente más baja de lo normal.

- Te equivocas Saori - Tan solo intenté resistir tu ataque ¡No lograste superarme!

Dégel se había levantado del suelo, aunque se sentía un poco exhausto aún lograba mantenerse de pie, no pensaba dejar solo a Kardia con la batalla.

- Nos subestimaste Saori, la reliquia también nos da ventaja para curar las heridas en nuestros cuerpos.

El poder proveniente de la varita de Dégel y la de Kardia habían creado un inmenso destello dorado que envolvía el cuerpo de Saori.
Un fuerte estruendo se escuchó en el momento que colisionó el poder de Saori y la de los jóvenes.

La fuerza comenzaba a superar el poder de Saori debilitando su magia lentamente.

- No, esto no puede ser cierto - Murmuró molesta al ver cómo su varita comenzaba a quebrarse.

El poder de Kardia y de Dégel aún no alcanzaba el punto máximo, sin embargo lo que ambos les ayudaba era contar con el poder otorgado por el corazón escarlata.

En ningún momento sus deseos eran egoístas, tan solo buscaban que este mal momento terminara para que los dos pudieran retomar sus vidas y una mejor alianza entre los seres fantásticos del mundo de Dégel y los humanos ordinarios como Kardia.

- Se van arrepentir de esa unión entre Dos mundos distintos.

- ¿Por qué debería de ser malo? Yo haré todo lo que esté en mis manos para mantener esa alianza - Kardia dió un último movimiento a su varita para poder paralizar los ataques de Saori. Tan solo dejaba que su instinto lo guiara con sus habilidades.

Dégel conjuró unas palabras arrebatar su varita, una densa neblina negra comenzó a cubrir su cuerpo dejándola caer en el suelo de rodillas.

- La calma suele ser temporal - Susurró Saori cerrando sus ojos manteniendo su rostro al cielo - Yo no puedo morir, tan solo descanso para volver a reclamar lo que es mío.

- ¡La reliquia no es tuya! - Exclamó Dégel con molestia.

- Pero claro que me pertenece Dégel - Contestó con desdén - El corazón escarlata fue un hechizo fallido mío al querer crear una reliquia capaz de cambiar el pasado para darle a mi vida otro final en dónde la favorita no fuera Sasha, sin embargo jamás conté que la piedra fuera capaz de tener mente propia.

- Tu solo... - Murmuró Kardia intentando comprender sus palabras - ¿Querías tu reliquia para volver a tenerla?

- Eso no justifica tus malas acciones - Contestó Dégel - Tu mataste a muchas personas y seres inocentes por medio de Fafner ¡No te creo nada!

- Piensa lo que quieras Dégel - Saori se levantó del sueño esperando que el poder terminara de consumirla por completo, sus pies y la parte baja de su vestido comenzaban a transformarse en piedra - Mi deseo es egoísta y quizá la propia reliquia miró mis verdaderas intenciones, pero no te preocupes que volveré por lo que me pertenece.

Cuando terminó de decir estás palabras el cuerpo de Saori se cubrió totalmente de piedra. La densa neblina que cubría todo su entorno comenzaba aclararse poco a poco.

- Que molesta mujer - Respondió Kardia cruzando los brazos - Oye Dégel ¿Y si aventamos esta enorme estatua de piedra al mar? No quiero pensar que sus palabras sean ciertas, creo que ya hicimos lo suficiente como para soportarla de nuevo.

- Necesito hablar con Sasha, ella podrá aclarar esos puntos.

Kardia dejó caer su varita para tomar a Dégel de su cintura, lo acercó a su cuerpo para estrecharlo en un reconfortante abrazo.

- Creí que te perdía, yo... Yo no sé que haría sin ti, me cambiaste la vida Dégel, entraste en lo más profundo de mi corazón como una daga clavada en mi pecho para nunca salir de mi vida.

- Estos días que estuve practicando aprendí a tener mejor resistencia, un hechizo como el de Saori hubiera Sido lo suficiente para matarme.

Kardia tomó del rostro a su amado hechicero acercando su rostro al suyo - Si hubieras muerto yo... Soy capaz de arrancar mi corazón para seguirte en el sendero de la muerte.

- No pienses en eso Kardia - Dégel colocó sus brazos rodeando el cuello de su pareja - Estoy dispuesto a vivir mi vida a tu lado, amándonos hasta el final de nuestros días.

Un suave roce en sus labios fue lo suficiente para sellar esas palabras de amor, aún quedaba poner en orden todo el caos, pero por el momento solo existían ellos dos y nadie más.

- Te amo Dégel..

- Te amo Kardia.

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