Albafica y Degel se habían despedido de Aspros, Deuteros y Manigoldo. Por fortuna quedaron de pasar otro día para poder platicar con ellos, esa reunión había sido grata para ellos... En especial para Deuteros quien esperaba volver a ver a Degel nuevamente.
Ahora caminaban entre el bosque.
-Kardia- Ese nombre tan misterioso para Degel, pero también con un poco de rencor... ¿Ese era el hombre que mandó asesinar a todos los hechiceros? Por órdenes de ese hombre perdió a sus padres.
Soltó un gran suspiro molesto mientras caminaba entre los árboles del bosque rumbo al castillo, junto a Albafica.
-¿Que pasa Degel? ¿Nervioso por llegar al castillo?- Cuestionó el joven herbolario.
-¿Eh?- Dijo un poco distraído- Ah si... Estoy algo nervioso, digo no sé como se lo tome el Rey al verme frente a él.
-Descuida... Le diré que en mi viaje te conocí y que serás mi aprendiz, además no creo que te diga algo malo. Solo te advierto que tiene un carácter especial-
-¿Especial?- Preguntó con curiosidad.
-Si, es un poco reservado. Te recomiendo que no trates de entablar una plática con él, suele ser algo frío y es muy orgulloso-
-Vaya- Susurró Degel mientras seguían caminando. Ya les faltaba menos, se podía divisar parte de la estructura del castillo.
-Ya casi llegamos Degel, no te separes de mi por favor- Albafica le guiño.
Unos escasos minutos más y habían llegado a la entrada del castillo, el viaje fué largo desde la cabaña de los gemelos, el reloj marcaba las cuatro de la tarde.
El joven herbolario se acercó a los guardias que custodiaban la entrada- Buenas tardes- Saludó.
-Oh Albafica que gusto que haya regresado- Respondió de mala gana uno de los guardias.
-Necesito presentarme con el Rey, así que si me disculpan- Albafica comenzó a caminar y Degel detrás de él, pero fué detenido por otro de los guardias.
-¿A donde vas niño bonito?- Dijo el guardia con voz ronca tomando del hombro a Degel.
-El viene conmigo y más les vale que lo dejen entrar y salir sin problemas porqué él es mi nuevo aprendiz-Contestó el herbolario llevándose a Degel con él.
Los guardias solo se quedaron mirando entre si y siguieron en su trabajo.
-Degel, de ahora en adelante estarás aquí y podrás entrar y salir sin problema de este lugar. Si alguno de los guardias no te deja pasar me avisas, les gusta estar molestando a los demás- Susurró Albafica mientras pasaban por los amplios jardines del castillo.
-Muchas gracias Albafica pero... Parece que no les agradé a los guardias- Esto ultimo susurró con la mirada al suelo.
-¡Oh vamos no te desanimes, ellos son así, además tu estará siempre conmigo para que nadie te diga algo malo- El herbolario tomó del hombro a Degel, ambos esperaron que la puerta principal se abriera y pudo contemplar toda la maravilla que el castillo guardaba, pisos de mármol, esculturas, pinturas de lo que suponía que eran los reyes que han pasado de generación en generación , cortinas blancas con detalles dorados y sobre todo las cosas en perfecto estado.
-Wow- Dijo admirando el lugar, jamás en su vida había estado en un lugar así, parecía un sueño hecho realidad, como en los cuentos de hadas...
-Es lindo el lugar Degel pero tengo que presentarte primero con el rey, ya cuando acabemos te mostraré cada lugar de este castillo y así no te me pierdas un día... Sigueme- Albafica le hizo una señal para que lo siguiera. Avanzaron por unos largos pasillos, llegando al fin en una puerta muy grande de madera.
-A ver Degel...- Albafica sacó una pequeña flor de su bolso y se lo colocó entre los cabellos verdes.
-¿Y esto para que es Albafica?- Preguntó Degel sin comprender el propósito de la flor.
-Fácil, te presentaré como el aprendiz del mejor herbolario del Reino, claro que debes traer algo referente a ello... Además así luce lindo tu cabello- Respondió el joven de cabellos cobaltos pero después fué llamado por uno de los mayordomos del castillo.
-Albafica que conveniente que estés aquí- Se acercó un joven de cabellos rubios.
-Asmita... ¿Qué ocurre?- Preguntó mirando al rubio.
-Necesitan tu ayuda en el área de entrenamiento de los guardias, al parecer uno de ellos se lastimó y no se puede levantar-
-¿Justamente ahorita?- Se llevó las manos a la cabeza- Lo que pasa es que llevaría a este joven con Kardia para poder presentarlo- Señaló a Degel.
-¡Oh vaya! No me había percatado de su presencia joven, me presento... Mi nombre es Asmita y soy el mayordomo del castillo, soy un empleado muy cercano a Kardia. Me disculpo si no lo noté, tengo unos problemitas con mi vista- Hizo una leve reverencia ante el hechicero.
-El gusto es mío Asmita, mi nombre es Degel-
-¿Vino a visitar al rey?-Cuestionó el rubio.
-No, de hecho el será mi ayudante Asmita, necesitaba un aprendiz y este joven tiene mucho talento- Halagó Albafica, mientras posaba su mano en el hombro de Degel.
-Te sentará muy bien Albafica, ya necesitabas ayuda, porqué solo no puedes. En fin necesitan tu ayuda, mejor ve de inmediato antes de que Kardia te llame la atención- Respondió Asmita.
-Pero ¿Y Degel? No puedo dejarlo solo- Preguntó preocupado.
-Descuida, puede esperarte en la biblioteca... Si lo que te preocupa es Kardia, no te preocupes, porqué salió desde hace rato-
-De acuerdo- El herbolario asintió y se giró para ver a Degel de frente- Espérame en la biblioteca, caminas al fondo y al llegar a la pared, tomas camino a la biblioteca, es muy vistosa, no podrás perderte. Yo en unos momentos te alcanzo para presentarte ¿De acuerdo?- Cuestionó Albafica más tranquilo.
-Claro, no tengo problema- Contestó.
-Bien esperáme entonces Degel, no tardo- Albafica comenzó a caminar junto con Asmita para poder ir al sitio donde requerían de su ayuda, dejando solo al hechicero.
Degel soltó un suspiro y caminó tal como se lo había pedido, pasó por el pasillo y luego dio la vuelta encontrando una gran puerta de roble, que decía biblioteca.
-Seguramente es aquí- Lentamente abrió para encontrarse la maravilla de un sin fin de libros, un espacio muy amplio. Había encontrado el sitio perfecto para poder matar el tiempo en horas libres.
Mientras entraba con pasos lentos y admiraba cada libro que tenía frente a el, no se percató de aquellos pasos que se oían a lo lejos.
Degel tomó uno de los libros, con solo leer el título se había emocionado, ese libro lo había atrapado. Deslizo con sus dedos la cubierta, estaba por abrirlo cuando de pronto escuchó una voz autoritaria detrás de él.
-¡Qué haces aquí!- Demandó aquella voz.
Asustado tiro el libro al suelo, en que lío se habrá metido ya...
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Buenas madrugadas mis querid@s lector@s
Espero que estén de lo mejor, le traigo otro capítulo más de esta historia que de verdad les agradezco que se la lean y sobre todo que sea de su agrado, si que si.
Los quiero mucho les mando un abrazo 🥰🥰🥰
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Corazón Escarlata
Fiksi PenggemarKardia es un príncipe que perdió a sus seres que más quería en esta vida. Degel es un hechicero que tiene que esconder sus habilidades tras perder injustamente a sus padres por un crimen que no cometieron. Un amor inesperado entre ambos surgirá para...