Capítulo 13

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Degel miraba con asombro como despertaba Kardia, podía ver su rostro cubierto de sudor, quizá fué la inmensa temperatura de su cuerpo.
Poco a poco fué abriendo los ojos, levantó su mano con mucha dificultad.

- Degel - Lo llamó en un susurro.

Albafica no podía creer lo que veía, estaba muy claro, Kardia necesita a Degel a su lado, es aquella chispa que le faltaba a su vida.

- Adelante Degel, acércate - El joven de cabellos cobaltos se hizo a un lado para dejarlo pasar.

El joven hechicero tomó su mano con ternura, a pesar de que Kardia ha sido un poco orgulloso y engreído ahora que lo pensaba bien, tenía su lado cálido y necesitaba alguien a su lado después de su triste pasado.

- Los dejamos solos... Vámonos Deuteros- Asmita tomó al gemelo menor del brazo,  salieron de la habitación junto con Albafica dejándolos solos a ese par, porqué lo único que necesitaba Kardia en estos momentos era la compañía de Degel.




Albafica caminaba con Asmita y Deuteros, el gemelo menor ahora formaría parte del personal del castillo, por lo tanto necesitaba conocer cada rincón del castillo.

- Bien, tengo muchas cosas por hacer... Asmita, lleva a Deuteros a recorrer el castillo y también le explicas su deber, ahora cuidará de Kardia por lo tanto tiene que estar detrás de él... Como un amigo incondicional - Mencionó Albafica, ya que tenía mucho trabajo por hacer, su deber lo necesitaba curando a los guardias heridos por el entrenamiento arduo.

- Albafica - Interrumpió el gemelo menor - Ves que Kardia no me tolera y quieres que sea su sombra, me odiará más de lo que ya lo hace.

- Fué mi culpa Deuteros, por salvarte es lo primero que se me ocurrió... Lo siento - Se disculpó Asmita al ver que la había regado con él, desconocía la razón por la cual tenía sus roces con Kardia.

- Descuida Deuteros, si Degel está cerca de Kardia no te odiará - Contestó Albafica sonriendo por su comentario, sabía que las actitudes de su rey eran por el simple hecho que no tolera ver a alguien cerca de Degel.

- Si,  cuando tenga la oportunidad querrá enviarme al calabozo - Se quejó el gemelo menor.

- ¡Oh! Vamos Deuteros, no pienses de esa manera... Para que ambos se vayan conociendo esta noche cenarás con él - Respondió el rubio regalándole un guiño.
Tomó a Deuteros del brazo y lo fué guiando por todo el castillo explicándole cada lugar, por su parte Albafica había tomado otro rumbo, donde requerían su presencia.




Degel se sentó a la orilla de la cama, tomó con suavidad la mano de Kardia.

- Degel - Susurraba a cada momento.

- ¿Qué necesita majestad? - Cuestionó el joven hechicero al verlo de esa manera.

Kardia comenzó a incorporarse de la cama para poder sentarse y hablar con Degel, ahora que lo pensaba bien sus actitudes no lo ayudaban en mucho y además así solo lograría que saliera huyendo de su vida.

- ¡Majestad, no puede hacer esfuerzo... Está muy débil! - Gritó el joven aprendiz.

- De ahora en adelante... Me llamarás Kardia. No quiero formalismos entre tú y yo, sé que empecé mal contigo y quiero remediar mis malos comportamientos, por favor acepta mis disculpas.

- No necesita disculparse majestad, yo... - Degel se tapó la boca al darse cuenta que le dijo majestad, justo cuando tenía escasos segundos que le mencionó esa parte de la formalidad - Lo siento Kardia - De disculpó un poco apenado.

- No tienes porqué disculparte Degel, si estoy pidiendo esto es porqué quiero que me tengas confianza... Además me gustaría que tu fueras mi acompañante en la fiesta que llevará a cabo en mi honor - Suplicó entusiasmado, si algo le gustaba era la compañía de ese joven a pesar de tener poco tiempo de conocerlo.

- Es mucho lo que me pides... Tan solo tiene poco tiempo que nos conocemos y de un momento a otro me pides ser tu acompañante, no me negaré solo porqué eres el rey de este lugar, sin embargo quiero que sepas que esto es muy repentino para mí.

- Lo sé, pero extrañamente me gusta tu compañía, después de haber sufrido mucho, jamás me había sentido tan pleno... Hasta que te conocí - Contestó Kardia con una sonrisa.

Esto a Degel le causó asombro, no lo había visto reír en el poco tiempo que lleva en el castillo, ahora se daba  cuenta que los rumores eran falsos... No era un sujeto amargado, más bien escondía sus sentimientos después del trágico incidente con sus padres y su hermana. Estaba por decir algo cuando uno de los guardias entró repentinamente.

- Mi señor, disculpe mi atrevimiento.

Kardia dirigió su mirada a la puerta de su habitación, estaba uno de sus leales guardias con un pergamino en mano.

-Pasa Radamanthys - Cerró los ojos y dio un suspiro, le arruinó el momento  bello entre Degel y él.

El guardia se acercó con pasos apresurados, hizo una reverencia y le entregó ese pergamino.

- Mi señor... Es una carta del reino del sur. Tiene que responder de manera favorable a esa petición - Contestó el guardia con seriedad.

- ¿El reino del sur? Bueno...Ahora que recuerdo, mi papá tenía alianzas con ellos... ¿Qué necesitará? - Lentamente abrió el pergamino  para ver de que se trataba. Conforme leía no podía creer lo que decía ese escrito.

- ¡Llama a Asmita de inmediato! - Demandó Kardia preocupado.

Radamanthys asintió y se dio la vuelta saliendo de la habitación para buscarlo.

Kardia dejó escapar un suspiro, después dirigió su mirada a Degel quien lo veía con preocupación.

- Degel por favor,  ve con Albafica, en la noche  nos vemos en la cena - Dijo Kardia tomando nuevamente ese pergamino con molestia.

- De acuerdo - Degel asintió y se dio la vuelta para salir de esa habitación, en el fondo quería saber que pasaba y porqué Kardia se preocupó repentinamente después de leer esa carta.








No demoró mucho en llegar Asmita acompañado de Radamanthys, ambos entraron a la habitación. Estaba en cierta parte tranquilo porqué dejó a Deuteros en la biblioteca hasta su regreso.

- Dígame mi señor - Asmita hizo una leve reverencia.

- Iré directo al grano... Eres el descendiente de nuestro mayordomo de confianza a lo largo de todos estos años, tu padre Shijima.

- Así es su majestad... Pero  no  veo una razón del porqué menciona a mi padre a estas alturas - Contestó el rubio sorprendido, no entendía porqué necesitaba saber de su padre quien había fallecido hace años atrás.

- Por qué quiero respuestas... Este maldito pergamino dice que tengo una unión arreglada entre la princesa Pandora y yo - Exclamó molesto aventando ese papel lejos de él.

- Bueno, mi padre solía decirme que el rey del Sur y su padre eran muy buenos amigos, pero jamás me enteré de ese detalle... Quizá lo hicieron por conveniencia.

- Esto es imperdonable ¿Sabes porqué? - Cuestionó Kardia molesto mirando a Asmita y a Radamanthys.

- ¡Quiero ser libre y casarme con quien yo quiera, no con una persona que ni conozco solo porque a mi padre se le pegó la gana hacerlo así! - Dijo en un tono autoritario.

Asmita y Radamanthys se miraban el uno al otro sin entender el porqué de la molestia de su rey.

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