Lo único que tenían era el apoyo mutuo, el camino no sería fácil de superar pero solo es sus manos estaba el destino del reino de Caristeas y de los demás aldeanos.
Mientras corrían desesperadamente entre los arbustos dejando atrás a los demás hechiceros, a Deuteros e incluso a Garnet, no tenían opción; era jugarla el todo contra todo.- Desearía saber dónde se encuentra esa molesta reliquia - Respondió Dégel recargándose en la corteza del árbol con la respiración agitada.
Llevaban un largo tiempo corriendo por qué el reloj corría en contra suya.
Cada vez más el Reino de Caristeas parecía como si alguien hubiera llegado a saquear el lugar, las personas habían perdido toda esperanza de que alguien llegara para ayudarlos.
Muchos de ellos emigraron a otras tierras para evitar los ataques de Fafner seguido de los guardias del castillo que se habían aliado al banco enemigo.- ¿Tienes alguna idea de dónde pueda estar el corazón escarlata?
- No lo sé - Respondió con desgano.
- Esto es absurdo Dégel - Contestó Kardia tomando asiento en el suelo - Debemos conseguir ese corazón rojo antes de que los demás lo hagan y lo peor es que no tenemos la más mínima remota idea de dónde se pueda encontrar.
Dégel llevó sus manos a su larga cabellera intentando pensar con claridad las palabras de Hakurei, si bien le dijo que buscarán en lo más profundo del bosque pero eso no les daba una idea o una pista para que los guíe a tan preciada reliquia.
Parece que están cansados y desesperados, viajeros.
Cuando Dégel escuchó aquella voz rápidamente sacó su varita de su abrigo para poder desafiar a lo que estaba por aproximarse.
- ¿Quien eres?
- Solo soy un viejo árbol que puede hablar contigo.
De manera inmediata Kardia se levantó del suelo, buscó con la mirada al árbol que les hablaba. Esperaba que se moviera, tuviera ojos, algo que lo delatara pero ante su mirada todos los árboles lucian perfectamente iguales.
- He escuchado de ustedes - Contestó Dégel colocándose frente a un árbol, para el no fue difícil encontrarlo dado a qué podía percibir su energía cada vez que se acercaba.
- Estás buscando el corazón. ¿No es así?
- Así es, dependemos infinitamente de él. El Reino y todo lo que coexiste en su alrededor está en juego.
Dégel pasaba sus manos sobre la corteza del árbol. Presentía que dentro de ese tronco podía haber una pista que lo llevará a su destino.
- ¿Eres capaz de dar todo por la persona que más amas?
En ese preciso momento del suelo comenzaban a salir unas largas y gruesas raíces que envolvieron en su totalidad al joven Rey.
El movimiento había sido demasiado repentino que a Dégel ni siquiera le dió tiempo de conjurar algún hechizo para detenerlo.- ¡Suelta a Kardia! - Exclamó molesto señalando al árbol apuntando con la varita en sus manos.
- Aún no has respondido mi pregunta.
- Claro que es importante para mí.
Una densa neblina comenzó a cubrir el cuerpo de Dégel, no entendía nada de lo que estaba sucediendo.
A los pocos segundos su cuerpo fue cubierto por un destello, al abrir los ojos se miraba a si mismo en el castillo de Kardia.Aunque no sabía que hacía en ese lugar, por un momento imaginó que se trataba de un viaje ocasionado por el mismo árbol.
Estaba situado en el mismo balcon dónde Kardia hablaba con la señorita Pandora justo el día de la fiesta en honor de su cumpleaños.
Se dió cuenta que él mismo se trataba de solamente una ilusión por qué Kardia y Pandora pasaron justamente sobre él, como su se tratara de un espíritu errante.Joven Kardia, yo lo amo.
Fueron las palabras de Pandora mientras colocaba sus manos sobre el rostro del contrario.
Quisiera decir lo mismo pero no puedo.
Al mirar esta escena de acercamiento entre los dos, Dégel alzó nuevamente su varita y con molestia apunto directamente a la señorita Pandora para poder retirarla de la peor manera de Kardia, o quizá mejor dicho, su Kardia.
Sin pensarlo demasiado, de su varita salió un destello que terminó por congelar aquella escena.
Cómo si de un mural se tratara, aquel mal momento se partía en pedazos y caían lentamente en el suelo mostrando nuevamente esa neblina densa que cubría su cuerpo.- Los celos no son buenos joven Dégel.
Nuevamente la misma voz del árbol se hizo presente, Dégel daba vueltas sobre si mismo para atacar el árbol pero ahora la niebla se había dispersado.
Aunque las raíces que habían atrapado a Kardia ya no se encontraban.- ¿Dónde dejaste a Kardia?
- Tranquilo, de esta manera no lograrás llegar a tu objetivo.
Dégel apuntó nuevamente con su varita al árbol pero este lo lanzó lejos de él.
El joven hechicero cayó entre las ramas de un arbusto, el golpe fue leve.- ¡No puedes dudar aún más de tus sentimientos Dégel! Quieres llegar al corazón escarlata y en el fondo de tu alma aún guardas inseguridades.
- ¿Que... Que quieres decir? - Cuestionó el joven hechicero incorporándose de aquella caída.
- Soy la luz y la guía de tu reliquia Dégel, sin embargo para llegar a ella no puedes dudar de aquel hombre que amas ni de tus sentimientos por qué al tocar el corazón escarlata probará tu lealtad y te querrá corromper mostrándote lo que puedes obtener con ese poder infinito.
Dégel guardó su varita entre sus prendas mientras escuchaba las palabras de ese viejo árbol.
Al parecer tenía razón, aún tenía ciertas incertidumbres en lo mas profundo ya que ni Kardia ni el habían formalizado una verdadera relación entre ellos.
Las circunstancias no se los permitían, han estado huyendo de todos los peligros que se les han presentado en el camino.- ¿Es necesario despejar toda duda que tengo? Sinceramente solo me interesa el paradero de Kardia.
- Hemos tomado lo que más valoras y solo tienes para llegar por el antes del amanecer.
Del suelo nuevamente se levantaron las raíces del árbol e inmediatamente cambiaron de forma.
Dégel se quedó impresionado al ver que esas raíces mostraban un pasadizo secreto; como una especie de cueva.Miró a su alrededor esperando no ser visto por algún curioso intruso y poco a poco se fue adentrando hasta que aquellas ramas nuevamente cubrieron su entrada.
Tenía que esperar a que sus ojos se acostumbraran a la obscuridad del lugar, saco nuevamente su varita para poder conjurar un hechizo que le permitiera iluminar con la punta de su varita.Grande fue su sorpresa al ver dónde se encontraba, ese lugar bajo tierra parecía otro mundo que se encontraba bajo los pies de las personas que viven en la superficie.
Repleto de gemas y minerales que destellaba con la luz de la varita cuando reflejaba.Bajo sus pies corría un pequeño arroyo que le marcaba el camino que debía seguir.
- Tengo que ir por ti Kardia... Espérame.
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Corazón Escarlata
Fiksi PenggemarKardia es un príncipe que perdió a sus seres que más quería en esta vida. Degel es un hechicero que tiene que esconder sus habilidades tras perder injustamente a sus padres por un crimen que no cometieron. Un amor inesperado entre ambos surgirá para...