Jane.
Llevé los dedos a mi frente, tocando con suavidad y arrugando el ceño al darme cuenta de que estaba húmeda. Y, cuando los observé para verificar lo que era, liberé un resoplido. La sangre escurría por mis dedos al igual que mi frente. No había manera de que mi mala suerte empeorara.
Me senté en el sueldo con pesadez y dejé la mochila entre mis piernas, buscando algún pañuelo con el que limpiarme. Cuando lo encontré, lo pasé por mi frente y rostro, logrando soltar unas cuantos quejidos y muecas de dolor. No tenía idea si había dejado limpia mi piel. Necesitaba una ducha con urgencia y, tal vez, unas aspirinas.
—Mierda —gruñí al percatarme que mi brazo dolía cuando me acomodé en el suelo—. Lo que me faltaba...
Hace unos momentos atrás, había caído por un tipo de barranco no muy alto, logrando que me diera unos buenos golpes en mi cuerpo mientras caía sin intención de parar. El suelo, en ese instante, estaba húmedo por la llovizna reciente y, no había tenido el suficiente cuidado para evitarlo. Además, estaba jodidamente cansada de caminar sin un rumbo aparente.
Dejé caer mi espalda hacia atrás, colocando mis manos sobre el abdomen mientras miraba las copas de los árboles moverse por el constante viento. Estiré una de mi extremidades al cielo, y miré por entremedio de mis dedos el cielo nublado, como si aquello fuera el mayor placer de mi vida al estar recostada ahí.
Quería creer que quizá ya había llegado a mi destino, pero sabía que tal vez me faltaban más de un día para lograrlo. Solo tenía una brújula y un mapa para guiarme. Las personas que habían estado viajando conmigo, habían muerto en el camino. Aquella enfermedad los había destruido al igual que la mayoría de los demás humanos. Por lo tanto, ahora me encontraba sola y a mi suerte. Sabía que quizá no tenía sentido seguir caminando, porque no tenía nada que perder ni en nadie en que preocuparme, pero la verdad era... que no deseaba que siguiera muriendo gente.
Volví a sentarme en el suelo y moví mi cuello un par de veces, sintiendo como los huesos sonaban ante el movimiento; era algo satisfactorio hacerlo. Y luego, volví a mi vieja mochila y ya casi vacía. Busqué mi botella de agua, pero al comprobar que no había nada, maldije al cielo que había estado observando por un largo rato.
Me levanté de ahí sintiendo un pinchazo de dolor en el brazo izquierdo, sin embargo, traté de no prestarle atención. Necesitaba salir del bosque cuanto antes, ya no creía seguir soportando pasar una noche más en ese lugar. El frío por las noches caía como si fuera un tempano de hielo, sobre todo porque ya venía el invierno.
Dejé las tiras del bolso descansar en mis hombros y me sostuve de ellas a la vez que retomaba la caminata hacia donde me llevara ese camino sin sentido. Y, cuando percibí que alguien me observaba, miré hacia el lugar sacando la pistola que llevaba guardada detrás de mi pantalón. Apunté a su cabeza, pero al darme cuenta de que era solo una niña, la bajé de inmediato sin ocultarla aún. No pretendía causarle un susto, pero tampoco me fiaba mucho.
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THE CODE [H.S]
FanfictionEl mundo se volvió un caos; Muertes, guerras y enfermedades. Pocos fueron los que lograron sobrevivir, por eso, ellos habían creado una organización, la cual, se instaló en cada ciudad del mundo. FA-K30, ubicada en Kansas, era la base militar princi...