18. La salvación.

252 41 26
                                    

Jane

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jane.

Estaba una vez más nevando, lo que ocasionaba que odiara el clima y quisiera estar encerrada en las habitaciones mientras me acurrucaba en mi cama, pero aunque quisiera, no podía. Sabía que no podría hacerlo con una Amy cacareando todo el tiempo a mi lado. Por eso, trataba de escapar de su presencia la mayor parte del tiempo, sobre todo cuando comenzaba hablar sobre Harry y su rescate de hace dos días atrás.

Necesitaba dejar de oírla solo por unos segundos.

—Bueno. Aquí estás —oí la voz de Dylan aparecer.

Él se sentó a mi lado, justo con una misma taza de café caliente. El vapor esparcía por su alrededor al igual que el mío mientras esperaba que se enfriara un poco.

—Hola... —traté de sonreí, pero al final terminó saliendo una mueca de ella—. Hace frío... —murmuré.

El chico me observó curioso al ver mis manos enrojecidas por esto mismo.

—¿No tienes algo para abrigarte?

Negué.

—Llegué con poca ropa y, esto... —apunté a mis prendas puestas—. Lo conseguí en la ropa usada que había en una bodega. Amy me ayudó. 

—Creo que tengo algo más en mi cuarto. Tal vez te pueda servir —dice.

—Eres muy amable Dylan.

Lo vi tomar un sorbo de su café. Hizo una mueca y sopló un poco fastidiado el agua de su taza. Y luego de eso, hubo un largo silencio mientras solo oíamos a los demás caminar por nuestro alrededor con sus desayunos.

—¿Puedo preguntar algo? —interroga al verme de reojo.

Asentí un poco insegura.

—¿Cómo fue el escape?

No esperaba esa clase de pregunta. De hecho, creí que ya era algo pasado al ver que estaba de su lado y no el de las otras personas. Y mierda, eso debería haber quedado claro después de matar a unos tipos con mi pistola. Se sentía como si aún estuviera en la mira por parte de todos en la base, sobre todo para Harry y Joseph. 

Apreté mis labios antes de soltar un gran suspiro. Apoyé mi espalda en la silla y lo observé mientras mis manos rodeaban la taza caliente, generando el calor suficiente para mí.

—No fue fácil. Y creo que eso lo viste en los videos de seguridad —le digo, notando como estaba de acuerdo—. Logan fue una gran ayuda. Pero... no sé qué fue lo que sucedió con las dosis de vacunas.

—Creemos que tu amigo estaba de parte de ellos.

Arrugué mi entrecejo.

—No lo creo... Él no era como esas personas.

—¿Cómo puedes confiar en tu amigo?

Dylan soltó un pequeño resoplido al ver que no deseaba seguir hablando de ello. Y, es que me fastidiaba el tema cuando se colocaban en contra de mí. Así que después de unos segundos de incomodidad, preferí tomar de mi café y guardar silencio por varios minutos, sin mirarlo ni prestar atención a lo que hacía. 

THE CODE [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora