THE CODE [H.S]

7. Camino a Houston.

Jane.

—¿Estás herido? —interrogué a Harry.

Él toco la herida de su brazo, mirando el rastro de sangre que había sobre el traje. Soltó un bufido bajo y observó a su alrededor, buscando algún indicio de personas que aún estuvieran ocultas. Estaba ignorando mi pregunta apropósito, lo que me hizo entornar mis ojos para luego observar por la calle ya desolada. 

—Volverán en cualquier momento.

Miré la pistola en mi mano, notando que tan solo le quedaban dos balas.

Harry en ese momento sacó de entre su chaleco antibalas una nueva pistola conocida para mí. Estiró su extremidad junto con ella y me la dio. Cuando la tomé, él tan solo giró su cuerpo y llamó a su escuadra con un gesto de su mano. Me quedé mirando mi arma en ese momento, verificando que todo estuviera en orden con ella. Prácticamente, era el único puto recuerdo que me había quedado de mi padre. No me perdonaría si la perdía por una estupidez. 

—¿Y Dylan? —preguntó hacia Max, quien llegaba corriendo con uno de los chicos de la escuadra. Ambos llevaban cargando fusiles, expectantes ante cualquier movimiento que surgiera.

—Dijo que estaba cerca.

Soltó un suspiro.

—Lo mejor es que caminemos pronto —sugirió Harry—. No quiero seguir gastando balas en ellos. Debemos tomar otro camino hacia Houston.

—¿Piensas continuar con el viaje? —pregunté.

—¿Por qué no?

—Estás herido —apunté a su brazo—. Debes curarlo.

Negó con su cabeza.

—No podemos volver a la base. Debemos llegar a Houston —dijo mientras caminaba por el camino por donde habíamos llegado—. Dejaremos el camión aquí ¿Ya sacaron todo? —preguntó hacia Max de nuevo.

—Todo en orden —asintió.

—Bien.

Miré hacia atrás, notando como los francotiradores se unían a nosotros con precaución. La escuadra de Harry era poca, pero podía ver que todos estaban preparados para cualquier situación. Era un gran equipo y, agradecía que nadie saliera herido en ese momento de tiroteos.

Harry me miró sobre su hombro cuando retomé la caminata con rapidez hasta él y, volvió su vista hacia el frente en cuanto observó que llegaba el camión militar.

—¡Ya era hora! —gruñó hacia Dylan, quien bajaba de un salto desde la puerta de copiloto—. ¡¿Por qué mierda demoraron?! —reclamó acortando la distancia.

Dylan, miró el lugar y pronto pasó su vista de mí hasta Harry.

—Max me informaba mientras sucedía todo. Llegué en cuanto pude, no reclames.