13. Mala suerte.

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Jane

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Jane.

Harry continuó caminando delante de mí, sin su capucha y casco que lo cubrieran. Parecía estarse arriesgando de más. Nadie nos aseguraba que estábamos a salvo. Estábamos rondando un sector peligroso y, él lo sabía, pero aún así continuaba sin protegerse. No sabía cuántos minutos llevábamos recorriendo ese bosque, pero estábamos cercanos al lago, por lo que sabía perfectamente que tal vez podríamos encontrar un lugar en donde refugiarnos. Recordaba que por ahí, había un bunker vacío, uno en el cual nos habíamos ocultado con Logan y la policía cuando escapamos del laboratorio. Era un bunker oculto de manera subterránea. 

Hice una mueca cuando mi herida punzó en el brazo. Miré la zona y solté un resoplido al notar que la sangre se había secado en mi abrigo. Además, me ardía como el infierno por el roce de la bala que había amenazado con mi vida. 

Observé la espalda de Harry detenerse. Miró hacia ambos lados y continuó caminando por entre los arboles. Sin embargo, volvió a parar la caminata cuando miró al suelo. Dio unos saltitos pequeños y se agachó apoyando una rodilla en el suelo. Lo vi llevar su mano al lugar, escarbó un poco y frunció su ceño mientras continuaba escarbando ahora con las dos manos.

—¿Qué ocurre? —pregunté. 

Él no me dijo nada. 

Avancé hasta donde estaba, mirando la parte metálica que relucía.

—¿Qué es eso? —interrogué de nuevo.

Ese no era el bunker que conocía. Era otra cosa. 

Harry tomó de una manilla que sobresalía. Trató de ejercer fuerza, pero no logró abrirla. Me dio una mirada y me indicó que lo ayudara. Y sin rechistar, lo hice porque también tenía curiosidad de ver lo que había dentro. Y cuando logramos abrirla, miramos el lugar oscuro junto con una escalera que llevaba hacia el fondo. 

Él volvió a observarme. 

—¿Sabes qué es? 

Fruncí mi ceño. 

—¿Por qué debería saberlo? 

Lo vi colocar su capucha con su casco de protección, dejando solo sus ojos verdes a la vista. Sacó su pistola y apuntó hacia la escalera a la vez que avanzaba con pasos lentos. Y, antes de ingresar detrás de él, saqué mi linterna, apuntando por donde Harry caminaba. 

Tres escalones más y estuvimos dentro de un tipo de pasillo oscuro y deteriorado. Solo la luz del exterior se hacía presente por esa entrada que habíamos ingresado. Harry apuntó hacia ambas partes del pasillo para verificar que no hubiera nadie acechándonos. Sin embargo, el lugar parecía estar vacío y sin rastros de vida. 

—Parece otro tipo de laboratorio —murmuré. 

Mi linterna cayó por el suelo, en donde papeles esparcidos recorrían parte del lugar. Harry tomó uno de estos, viendo con su propia linterna lo que decía. Fruncimos el ceño al mismo tiempo mientras volvíamos nuestra vista por toda la zona desconocida. 

THE CODE [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora