17. Problemas.

372 51 87
                                        

Harry

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Harry.

—Esto traerá una sanción —fue lo primero que dijo Hemlich al ingresar a la habitación en donde me encontraba—. No pensaste en las consecuencias. Arriesgaste la vida de personas. Arriesgaste tu propia vida.

Tenía razón. Arriesgué mucho.

—Sin embargo... Joseph logró recolectar información —me defendí. 

—Sí. Y tú lograste una infección —enarcó su ceja al sentarse en la silla que estaba a un lado de mi cama—. ¿Qué tal va eso? ¿Pensaste que todo saldría perfecto y sin riesgos? —soltó en forma burlesca. 

—¿No te hace feliz que por fin haya salido de la base por mi cuenta? 

Lo vi apretar su mandíbula con fuerza. Estaba aguantando sus ganas de decir alguna mierda más, su paciencia era menor a la mía, pero aquello no me impidió seguir hablando. Hemlich, solo era un tipo que había logrado llegar a ese puesto sin esfuerzo. Su propio padre se lo había dado en bandeja de plata después de morir, sin siquiera esforzarse.

—No estoy de humor para tus juegos Harry. 

—Ni yo estoy de humor para soportar tus replicas. 

—Cuidado con tus palabras. Estás hablando con tu capitán. 

Entorné mis ojos. 

—Joseph está preparando la sala de mando para revisar los discos y archivos —me ignoró al colocarse de pie, dirigiendo sus pasos a la puerta—. Te veo en quince minutos allá. Alístate o te dejaremos fuera de esto —fue lo último que dijo al salir. 

A pesar de que odiaba que Hemlich fuera el capitán, hice caso a sus ordenes. No pensaba quedarme en ese cuarto esperando por noticias. Ya era parte de la investigación y, arriesgarme en quedar fuera de todo lo que llevaba, no estaba en mis planes. Era un soldado entrenado, uno que cumplía ordenes sin contar las consecuencias. 

Cuando logré colocar la parte de arriba de mi uniforme, comencé abrochar los botones uno por uno mientras me levantaba de esa cama que me había acogido por la noche. Recordaba levemente que Susan también había estado en ese lugar, sin embargo, no hizo demasiado al ver que estaba agotado, por lo que posteriormente me dejó descansar sin hacer preguntas. 

La puerta de pronto se abrió de golpe, mostrando a dos chicas que conocía a la perfección. Una de ellas avanzó con lentitud hasta donde me encontraba, pero se detuvo antes de lograr el metro de distancia que nos separaba. Y, la otra mujer detrás de ella, la miró expectante para luego soltar un suspiro. 

—Harry... ¿Estás bien? —preguntó—. Estaba muy preocupada. Vi a Jane en su cama y supe que habían llegado... Me enteré que te habían dado con una bala. ¿Estás realmente bien? —interrogó nuevamente con rapidez, notándose en su mirada la preocupación que sentía. 

THE CODE [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora