29. Lo indeseable.

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Harry.

Se sentía como un crimen, pero no podía retroceder atrás, no cuando ya había logrado salir de la base. Podía oír los latidos de mi corazón retumbar contra mis oídos mientras veía desde la lejanía las puertas blindadas del lugar en que nos refugiabamos. Tal vez habían aumentado la seguridad en ese día, pero la distracción sobre el virus dentro de la zona, había logrado que me diera el pase para hacer lo que tal vez lamentaría más tarde.

Paseo mi vista por los arbustos, recordando el momento en que dejé a Joseph herido. Y el vago sentimiento de culpabilidad me invade al pensar que lo abandone sin remordimiento.

Últimamente estaba haciendo todo mal, sin embargo, por primera vez en esos días, quería barrer los pensamientos amargos por haber entregado a Jane cuando no se lo merecía.

Doy un resoplido antes de volver a colocar mi capucha, para luego acomodar mi chaleco y armas que rodean mi cinturón. No tengo pensado en luchar con alguien, pero sabía muy bien que era algo imposible, no cuando aún aquellas personas seguían libres por ahí.

—¿Estás lista? —interrogo.

—No entiendo por qué me ayudas.

Ignoro su comentario.

—Te dejaré en la salida de la ciudad. Después de ahí, te irás por tu cuenta. No puedo acompañarte más que eso.

La veo entornar sus ojos, al mismo tiempo que suelta una pequeña risa.

—¿Tienes claro que te extrañaran en la base? —me pregunta con curiosidad—. Puedo hacer esto por mi cuenta. No es necesario tu ayuda.

Comienzo a caminar, dejándola atrás antes de que comience arrepentirme por lo que estaba haciendo. Jane suelta un resoplido, pero aún así me sigue de cerca y con cautela. Sé que aún no confía, pero debería hacerlo.

—¿Hacia dónde irás? —la veo de reojo, notando como saca algo de comida guardada en su bolsillo—. ¿Tienes algo en mente?

—No debería importarte. Ya no me verás nunca más.

Lo tengo muy claro. No debería importarme, pero aún así lo hace.

—Necesitaba rescatar a Dylan... —comienzo a explicar, sin que me lo haya pedido cuando paso por encima de unos troncos, esperando que Jane haga lo mismo—. No tenía otra opción en mente. Me sentía presionado.

La miro desde una distancia al detenerme, notando como sus hombros se tensan cuando me observa con su ceño fruncido. Tal vez no debería haber sacado el tema, pero era necesario si quería arreglar esa mierda en la que nos encontrábamos.

—No me interesan tus explicaciones. No ahora. Es muy tarde —suelta con molestia—. Tus consecuencias me hicieron pagar por algo que no merecía.

Sus últimas palabras me hacen sentir incómodo, sobre todo cuando veo su rostro con hematomas.

—Una disculpa no bastará Harry.

—Lo sé —confieso antes de retomar la caminata por el sendero—. No estoy pidiendo que me perdones.

Ella suelta una risa pequeña.

—Sé que haces esto para limpiar tu conciencia.

—Sí, lo hago justamente por eso —encogo mis hombros de manera obvia—. No voy a mentirte.

Observo hacia atrás para ver la cantidad de pasos que hemos avanzado y, es la suficiente como para salir a la carretera y caminar de manera recta hacia la zona de la ciudad. Desde ahí nadie podría vernos desde la base. Teníamos solo un par de horas para salir de esa situación. Pronto se darían cuenta de nuestra ausencia.

THE CODE [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora