Verdades (Parte 2)

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CAMILA

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CAMILA

"Imagina que las respuestas están al final de un bonito arcoíris —enfatizó la última palabra— Mayormente, un arcoíris es algo que consideramos como hermoso, pero ¿quién dice que al final de este no existe la maldad?"

Esas fueron las palabras que me susurró Dereck aquel día, y yo no entendía una mierda en esos momentos.

Y para ser más precisa me seguía pareciendo una estupidez, ¿qué iba a saber yo que la palabra clave era un "arcoíris"? Por favor, lo único que consiguió fue confundirme y enredarme más, al final de cuentas el niño estúpido no era tan estúpido y jugó bien sus cartas.

Porque de haber querido o podido decirme quiénes eran estos imbéciles ya lo hubiera hecho desde un inicio.

Y lo entendí todo al ver a la chica frente a mi.

Melissa Walsh.

Siempre fue esa chica que cambiaba su cabello con distintos colores, y yo siempre le decía que era como un bonito unicornio o cabellos coloridos como me gustaba apodarla. Entonces, ella era el "arcoíris" donde al final se hallaban las respuestas.

Que idiotez. No entendía que estaba pasando, quería caerle a puñetazos a todo el que se me cruzara. La ira corrió por mi torrente sanguíneo y el dolor del puñal por la espalda como si atravesara mi jodido corazón estaba ahí, palpable.

Quiero vomitar.

Su expresión era una que nunca atestigüé. Estaba completamente seria. No veía frente a mi a mi mejor amiga, esa que se quedaba en mi casa para practicar peinados de internet porque amaba mi cabello. No veía a mi amiga la que me maquillaba y me acompañaba a hacer compras. No veía frente a mi a esa chica que era capaz de defender a sus amigas de cualquiera.

Esa chica ya no existe o simplemente nunca existió.

Antes de poder cuestionarle miles de cosas dejé de mirarla sintiendo mi corazón partido en miles de pedazos para ver al chico que estaba a su lado.

—¡¿Yo qué te hice a ti para que me jodieras de está forma maldito enfermo?! —Lo empujé sobre su pecho y él solo sonrió como un cínico.

Steven.

—Mírame —Se acercó más a mí, pero me quedé en mi lugar sin entender—. ¿Acaso no te acuerdas de mí?

—No entiendo... —respondí confusa.

—¿Acaso no te acuerdas del chico que humillaste frente a todos? ¿No recuerdas que le dijiste a tu noviecito Sean que me diera una horrible golpiza en el baño y hasta del agua sucia me obligaron a tragar? ¡Me ahogaron miles de veces! ¡¿No recuerdas que ese hijo de puta con otros me torturó horrible por mucho tiempo solo para que no me acercara a ti?!

Cuando soltó aquellas palabras pude recordar un poco lo que pasó.

No éramos amigos, solo fuimos una vez compañeros de química, atestigüé varias veces como lo sacaban de clases por andar fastidiando y llegamos a hacer un trabajo juntos pero nunca le presté mucha atención. Steven era de ese tipo de chico insistente que no aceptaban un no por respuesta. Ese tipo de chico que por más que lo rechazas siempre buscaba la forma de molestar e insistir con lo mismo.

Inevitable Destrucción (Libro#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora