Hasta pronto

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CAMILA

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CAMILA


"Es preferible la soledad digna y sin conflicto, que una relación incompleta en la que la carencia manda"
—Walter Riso

Tyler estaba aquí. Llevaba un abrigo deportivo gris oscuro con la capucha sobre su cabeza, su cabello suave, azabache; se escapaba un poco por su frente. Tenía una expresión afligida. No quería que estuviera triste, quería que se fuera con la mejor de las sonrisas.

¿Te estás escuchando, babosa?

—Tyler, ¿Qué haces aquí? ¿No se supone que están preparando tu fiesta de despedida?

—Siento llegar así. —murmuró apenado. Le hice una seña palmeando el colchón para que se sentara a mi lado. Él lo hizo sin rechistar. —Pero ese es el problema. Me agobia ver que están de aquí para allá, eso solo me recuerda que ya no queda nada para marcharme de aquí, donde literalmente hice mi vida.

—Todo marchará bien. —le aseguré apretando su hombro. Él embozó una leve sonrisa.

Quitó la capucha de su cabeza dejando ver su oscuro cabello por completo que contrastaba de una forma con la intensidad de sus ojos. Maldito chico atractivo. Al ver a Tyler era imposible no sentir atracción.

—Igual debo volver más tarde para prepararme.

—Soy fiel creyente de que las cosas pasan por algún motivo. —le dije mirándolo fijamente. —Si este viaje surgió de esta forma tal vez era necesario. Quién sabe, puede que lo entiendas más adelante. Solo piénsalo de esa forma.

—Confiaré en tus palabras.

Embocé una media sonrisa. Sus ojos se desviaron a mi libro y un rastro de melancolía pareció cruzar sobre estos.

—Recuerdo que desde que te conozco siempre andabas sumergida en algún libro. –comenzó a decir pasando los dedos sobre la portada. —A veces estabas tan concentrada y ajena a las conversaciones de todos mientras soltabas uno que otro insulto a los personajes, era gracioso ver como reaccionabas.

Reí levemente y golpeé su hombro.

—Que observador. Es irónico que tu siempre te percatabas de cada detalle en mí. Incluso te sentabas conmigo y me hacías preguntas acerca de lo que estaba leyendo.

Asintió de manera que ambos recordamos esos momentos.

—Me gustaba ver como te brillaban los ojos cada vez que me explicabas como se desarrollaba la trama. Realmente, te metías mucho en las historias.

Inevitable Destrucción (Libro#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora