JAYDENCambiar de colegio justo en último año había sido una decisión difícil pero necesaria. Extrañaría a mis compañeros con los cuales alguna vez imaginé que me graduaría, especialmente con mi mejor amigo de toda la vida, lamentablemente no será así. De un momento a otro todo había cambiado. Era como si durante toda mi vida hubiera tenido los ojos fuertemente cerrados y al abrirlos, darme cuenta de que todo quisiera o no, había cambiado, tenía que levantarme y ser fuerte para no preocupar a mi familia. Esa era mi nueva realidad, fingir que estaba bien y aparentar una sonrisa para no molestarme en dar explicaciones.
Es horrible sufrir en silencio. Es tan desgarrador que te consume.
Decidí simplemente no mencionar nada sobre ese tema. Los demás parecían entender que no quería hablar sobre eso y no se molestaron en hacer preguntas impertinentes.
Mejor así.
Lamentablemente lo de cambiarme de colegio era una condición para mi nuevo empleo ya que tendría que llevar a la hija de un empresario importante. Al final, después de debatirme tanto internamente mientras sentía aquella presión en mi pecho, terminé aceptando. Había una parte de mi que no quería hacerlo, no quería cambiar de rutina y otra parte sabía que tenía que hacerlo por muchas razones.
Como si estuviera atado a una promesa.
En realidad, lo estaba.
Además de eso, necesitaba dinero para ayudar a mis padres debido a que sus sueldos a veces no les alcanzaban para pagar todo y odiaba ver como debes en cuando tenían que hacer cálculos para los gastos y mantenernos. No lo pensé mucho y me puse a navegar por internet y solicitar algún empleo que estuviera disponible, no me importaba cual con tal de tener un ingreso extra para ayudarlos económicamente. Había solicitado en algunos, pero no me detuve ahí, seguí buscando hasta que uno en especifico llamó mi atención. Entonces, así fue como conseguí este empleo. Era uno como chófer, pero para una familia rica. Dudaba muchísimo que lograra conseguirlo pues, apenas había cumplido 18 años y teniendo en cuenta que se trataba de gente con mucho dinero sus exigencias debían ser altas. De todas formas, solicité. No perdía nada con intentarlo y si lo conseguía obtendría un mejor sueldo que no había imaginado. Habría sido el empleo perfecto.
Unos días después me llamaron para una entrevista y, juro que no lo podía creer cuando la secretaria del señor Anderson me indicó la hora y la dirección donde sería la misma. Por un momento me atreví a pensar que sería una mala broma, pero no fue así. Ese día que llegué a la mansión mi mandíbula casi cayó al suelo. Sabía que se trataba de gente con dinero, pero no imagine que tanto.
Tuve que llegar en un taxi y después de pasar por control de acceso porque era una zona obviamente de ricos y no dejaban pasar a cualquiera sin autorización, al fin estaba en el lugar que me indicaron.
A fuera todo lucia hermoso, tan organizado y bien cuidado. La mansión frente a mis ojos tenía una estructura moderna y nunca me imaginé que en algún momento de mi vida fuera a estar frente a algo así y que estuviera a punto de pasar a una entrevista para trabajar con personas así. Toqué el timbre y tras esperar unos segundos un señor vestido formalmente abrió la puerta. Le dije que tenía una entrevista a esa hora mientras sostenía un folder con mis documentos en él. Me hizo esperar un momento mientras confirmaba mi visita. Al cabo de unos minutos, me permitió pasar y me indicó amablemente que lo siguiera. Si desde afuera me parecía una maravilla, por dentro era aun mejor. Todo era ridículamente lujoso. El suelo era de mármol crema tan brillante, en el techo colgaban unas lámparas con luces de cristal de lo mas moderno, a mi derecha se encontraba una elegante escalera de mármol con curva y barandillas de vidrio. Dejé de observar todo embelesado y subí las escaleras hasta que llegamos a un despacho.
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Inevitable Destrucción (Libro#1)
Roman pour AdolescentsNo logro entender cómo un rostro tan angelical es capaz de hacer tanto daño sin pensar en las consecuencias de sus actos. Eso confirma una vez más que las apariencias engañan. Y eso era Camila Anderson Smith, un rostro angelical al cual muy pocas ve...