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CAMILA
—Camila —Me llamó Alexia manteniendo la voz firme.
La ignoré caminando en ropa interior hasta buscar algo cómodo. Al final me decidí por unos pantalones cortos de ejercicio y un abrigo negro. Fue lo primero que encontré y en la vida me he puesto lo primero que encuentro, siempre he cuidado mi imagen y me encanta vestirme bien. Pero ahora me vale.
Volví hasta mi cama y me acurruqué entre las frazadas, cubriéndome del aire acondicionador haciendo mi habitación un lugar demasiado gélido.
—Si sigues todos los días en la maldita cama se te va a dañar la figura de sirena que tienes.
Rodé los ojos.
Necesitaba estar sola. Estos días han sido los peores, no soporto más el dolor, me da impotencia haber perdido todo con el único chico que realmente he querido.
Y aquí todos tienen un empeño en fastidiar y no dejarme en paz. Creen que me voy a autolesionar o algo así, pero no es cierto. Ni si quiera se me estaba cruzando esa idea por la cabeza.
—Por favor, Cami. Tu vida no puede basarse en ducharte, comer una miseria y quedarte en la cama por siempre —Me decía la pelirroja cruzada de brazos, observándome entre enojada y triste.
—Alexia tiene razón —le siguió Emma igual de preocupada.
—Y ya te dije que le dimos su merecido, me dolió muchísimo, pero fue muy bajo lo que nos hizo a todas, sobre todo a ti. A Emma la amenazó con su privacidad solo para hallar esos malditos videos, a mi casi me arruina mi relación con Kedrick, y a ti te jodió con cosas muy fuertes para ti. La palabra Puta le queda pequeña. No puedo creer que haya hecho todo esto por un imbécil como Sean y por envidia.
—Aún sigo indignada por haber jugado tan sucio. Está muy mal de la cabeza, en serio. —resopló Emma.
—Y pensar que era nuestra mejor amiga de toda la vida, Emma. —Comentó Alexia.
—No me mencionen a Melissa, déjenla que se pudra y sufra lentamente hasta que ya no quede nada de ella y vea que es una miserable que merece estar donde está —Sonreí de lado con maldad—. Que disfrute sus años de vida antes de que la enfermedad la consuma, y que no se acerque a mi porque la voy a terminar quemando viva. Así que, no la mencionen más, no quiero saber de ella. —Solté con frialdad sin ningún tipo de sentimiento de por medio.
No voy a querer o preocuparme por una persona que simplemente quería verme mal sin razón alguna. Al menos sin ninguna razón válida.
Alexia me miró con desaprobación.
—Estas loca castaña, no puede hac...
—Si, si puedo hacer eso y más. Puedo hacer lo que me dé la gana y dañar a quien yo quiera y salir ilesa. Que no me ha dado la gana de hacerlo es otra cosa, pero estoy llegando a mi límite y van a terminar sacando lo peor de mi. Si Melissa sabe lo que le conviene no va a acercarse más a mi.
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Inevitable Destrucción (Libro#1)
Teen FictionNo logro entender cómo un rostro tan angelical es capaz de hacer tanto daño sin pensar en las consecuencias de sus actos. Eso confirma una vez más que las apariencias engañan. Y eso era Camila Anderson Smith, un rostro angelical al cual muy pocas ve...