No logro entender cómo un rostro tan angelical es capaz de hacer tanto daño sin pensar en las consecuencias de sus actos. Eso confirma una vez más que las apariencias engañan. Y eso era Camila Anderson Smith, un rostro angelical al cual muy pocas ve...
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CAMILA
Salí del baño secándome el cabello con una toalla mientras inspeccionaba la habitación para confirmar que Jayden ya se había ido.
Intruso
Suspiré agotada caminando con pesadez hacia la puerta para ponerle seguro, luego dejé la toalla en la cesta. Fui y saqué el cofre que estaba debajo de mi cama y me senté en la misma colocándolo en mi regazo. Repiqueteé los dedos sobre el mismo pensando en qué diablos habría querido buscar Jayden en mi habitación. Solo pensar en que si él hubiera logrado abrirlo no sabría como yo iba a reaccionar. Lo que estaba allí guardado, si salía, era no solo como volver a sacar nuevamente mi pasado, era mucho más que eso. De todos modos, acontecimientos del pasado ya me perseguían, aquellos anónimos estaban comenzando a volverme loca y paranoica.
Esa persona tenía una ventaja sobre mi teniendo en cuenta que yo no tenía la mínima idea de quien podría ser. No conocía su forma de proceder mas que aquellas notitas que me desestabilizaban en su momento. ¿Cómo una simple nota puede afectar tanto a una persona? No lo sé. Quizás el problema era que estaba consciente de que yo estaba en manos de alguien más y no podía hacer mucho.
¿Cómo luchar contra algo que no ves?
Yo ya tenía pensado en que lo mejor era deshacerme de todo eso porque ya no había necesidad de guardarlo. Cabe aclarar que eso era lo que pensaba hasta que comenzaran a llegar aquellos anónimos que parecían abogar por Jane, entonces supe que no era lo más conveniente deshacerme de eso ahora.
Odiaba esa sensación que estaba experimentando en estos momentos, odiaba el hecho de no poder tener el control de lo que estaba ocurriendo. Odiaba cuando todo se me salía de las manos y, eso es justo lo que estaba pasando ahora. Todo se estaba desmoronando frente a mis ojos y los problemas prometían llegar uno detrás de otro.
Maldita sea.
Me levanté de la cama con el cofre en mis manos y terminé ocultándolo en la parte superior del armario. Para asegurarme de camuflarlo bien coloque algunas cosas que pudieran cubrirlo.
Me detuve en seco cuando recordé que hace un momento me entregaron aquel sobre naranja. No le había echado un ojo hasta el momento y no podía culparme, estaba más distraída que de costumbre tratando de manejar todo lo mejor posible. ¿Y si era otro jodido anónimo? Recogí el sobre de donde lo había dejado y me senté en mi cama. Saqué el contenido, pero, no era ningún anónimo. No esta vez. Se trataba nada más y nada menos que de la información que pedí acerca de Jayden.
¿Así que por fin conseguiré algo para librarme de él?
Leí cuidadosamente el informe sin perderme ni un solo detalle que podría llegar a ser importante. A veces todo apunta en esos pequeños "irrelevantes detalles" que no somos capaces de ver y yo no quería cometer ese error. Todo se reducía en su información personal; su edad, donde estudiaba antes, leí que también vive con sus padres en un barrio que por obvias razones no conozco y... espera, ¿Jayden tiene una hermana?
