Capítulo 9

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—¡¿Qué carajos hiciste, Rhaast?!— gritó Kayn. Estaban a solas en el cuarto, Varus se había marchado a la biblioteca —¡Desde que saliste no me habla, y eso fue hace tres días!

El cuerpo del chico giró, caminaba de un lado hacia otro y tanto su lenguaje corporal como su voz tenían un cambio radical cuando cambiaban de dirección.

—¡Yo qué sé! ¡Ese Varus es jodidísimo! ¡Recuérdame de nuevo, ¿por qué te gusta?!

—¡¿Disculpa?! ¡Debiste decirle algo que lo ofendió!

—¡Ese llorón se ofendió solo porque le dije "pantalones ajustados"! ¡Sabes que no se me da bien hablar con la gente!

Kayn se echó en su cama mirando al techo.

—Dioses, Varus me odia— se quejó.

—¿Y por qué no le decimos la verdad? ¿No sería más fácil?

—¿Decirme qué?— dijo el peliblanco entrando al cuarto sin tocar, como siempre, cargando dos o tres libros de Medicina en los brazos —¿Tanto me extrañas que ahora habla solo, Kayn?

Ambos se quedaron helados y ninguno podía reaccionar, hasta que intentaron tomar el cuerpo al mismo tiempo. Se levantaron con dificultad, era como si Kayn y Rhaast estuvieran solapados uno con el otro creando a alguien nuevo, pero no del todo.

—Qué...— dijeron, sobándose la cabeza.

—Estoy harto de que te portes raro, ¿qué diablos tienes? ¿Te consigo un psiquiatra?

—Ya tenemos uno...— dijeron ambos a la vez. El tono era extraño porque trataba de imitar la raspa en la voz de Rhaast sobre el sonido dulce de Kayn.

Varus, contra todo pronóstico, se sentó en la cama contraria y los miró.

—Te escucho.

—Ja... No nos vas a creer esto.

—¿Eres esquizofrénico?

—¡No! Por suerte no... ¡Ash, déjame presentarme!— gruñó el alter a mitad de la frase, separándose por fin para tener el control —Soy Rhaast, la segunda personalidad de Kayn, un gusto.

Varus abrió sus ojos morados en una expresión de asombro genuino.

—¡Ja! ¡Ja, ja! ¡S-si, c-claro!— rió de forma nerviosa perdiendo la compostura, pegándose a la pared —N-no eres como... Una segunda personalidad malvada que quiere asesinarme... ¿No?

—Alguien ve muchas películas— gruñó Rhaast mirándolo con una expresión de fastidio —No, pantalones ajustados, mi razón de existir es cuidar de Kayn. Nunca haría nada que lo jodiera, sabes.

—Tienes que estar actuando. T-tiene que ser una broma...

Rhaast se levantó. En la mente, él era un hombre grande y musculoso, tradicionalmente masculino y mucho más alto de lo que sería Kayn. Esto se reflejaba dándole una posición diferente al cuerpo, ocupando más espacio y estirando mejor la espalda. Se tronó el cuello y rebuscó en la caja donde Kayn guardaba sus papeles importantes.

Sacó uno, una nota firmada por un psiquiatra. Se la extendió a Varus, quien aún temblaba en su lugar.

—Ten, firmado y todo.

—Esto es... Una lista de diagnósticos psiquiátricos... Trastorno de déficit de atención por hiperactividad... Trastorno de estrés postraumático... Trastorno de identidad disociativa...— los ojos del arquero viajaban a toda velocidad por la hoja, leyendo las notas, las prescripciones de medicinas. Finalmente su mirada descansó en un certificado —Trastorno de identidad disociativa completamente funcional, sin rasgos de fantasías antisociales. Apto para la beca. Kayn, yo no sabía-...

as we fall; kayn×varus (league of legends)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora