Capítulo 2

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Se hizo lunes y Kayn se desligó de sus clases a eso de las cuatro. Ahora tenía toda la tarde libre para sí y planeaba gastarla jugando videojuegos o paseando por el extenso campus. Si hubiera tenido algún amigo con quien perder el tiempo se le habría hecho más sencilla la decisión.

"¿Yo no soy amena compañía?" espetó la voz rasposa y desagradable de Rhaast resonando por la cabeza del joven.

"Vaya… Ya me preguntaba por qué te tardabas tanto en aparecer", replicó Kayn con desgano.

"Tenía que explorar el terreno, ¿no? ¿Te divertiste en la fiesta? La chica era guapa."

"Sí, y el chico igual", pensó el muchacho, molesto. "Sí sabes que no te extraño, ¿verdad?"

"Oh, lo sé muy bien", dijo Rhaast en tono condescendiente antes de estallar en carcajadas.

"Entonces, ¿por qué vienes a molestarme? No hay amenazas aquí."

"Que tú sepas. Sabes que estaré alerta."

"No. Hay. Nada. Rhaast", pensó Kayn pausando las palabras.

"No había nada el día en el que regresaste a casa y encontraste a tus padres-..."

—¡Creía que habíamos quedado en que no podíamos hablar de eso!— gritó el chico en voz alta, atrayendo la atención de varias personas que andaban por ahí. Él intentó ignorarlas pese a sentirse humillado. Rhaast no dijo nada más después de eso, lo que equilibró un poco la balanza entre el mal genio y el buen humor que batallaban por tener el plano principal en la mente de Kayn.

Cuando pasaba por enfrente de la cafetería más grande del campus notó a Varus sentado bajo un árbol con la cara enterrada en un gordísimo libro de biología. El muchacho rodeó los ojos y compró un café para cada uno.

—Hey Varus— dijo dándoselo. El peliblanco lo miró un momento.

—¿Qué le pusiste? ¿Lo escupiste?

—Eh… No, idiota. Es una ofrenda de paz.

—Qué...— inquirió el otro mirándolo como si se tratara de una broma de mal gusto.

—Sólo tómalo, ¿okey?

Varus miró al muchacho de largo cabello negro y finalmente accedió a tomar el café. Este se sentó a su lado sin hablar. "Mierda, si vamos a ser compañeros de cuarto pues deberíamos socializar, ¿no?", pensaba Kayn.

Los universitarios regresaron juntos al dormitorio, donde Varus volvió a sentarse frente a su escritorio para hundir la cabeza en el libro de biología. Kayn solo suspiró y se resignó a abrir su computadora para jugar un rato.

—Oh, juegas ese… juego…— dijo el otro mirando apenas.

—Sí, me gustaría llegar al top mundial algún día.

—Es bueno. Lástima que tenga una comunidad tan tóxica.

—¿También juegas?— preguntó Kayn.

—Lo dejé hace más o menos un año, pero sí, jugaba.

—Eso es… Es genial— comentó el pelinegro. Al menos tenían una cosa en común.

—Sí, si te gusta perder el tiempo en cosas superfluas— "Y ahí está, el típico comentario de Varus."

—Me gusta divertirme de vez en cuando, no creo que la diversión sea… Perder el tiempo. Estudias medicina, deberías saber que no es sano estar todo el tiempo trabajando.

—Pero debo mantener mis notas altas. No todos entramos aquí por recomendación de Zed, sabes— dijo el muchacho pálido en un tono sumamente mordaz.

—¿Eres becado?

—No sé, ¿tengo cara de tener mucho dinero?— Kayn sonrió un poco.

—No, supongo que no… ¡Oh, vamos! ¡Maldición!— gruñó el pelinegro al morir. Soltó un bufido y se incorporó en la cama para esperar a revivir —Ese estúpido campeón siempre me mata.

—A ver... — murmuró Varus inclinándose a mirar la pantalla —Muéstrame tus estatus… Ya veo— dijo empujándolo a un lado para ponerse la computadora en las piernas —Debes comprar esto… Esto… Deshazte de esto… Mierda, deberías haberte leído las recomendaciones antes de jugar...— comentaba en voz baja. El avatar revivió pero Varus no le devolvió la computadora a Kayn, sino que regresó a la línea. En el término de dos o tres minutos ya había volteado la torreta enemiga y matado al campeón que molestaba.

—Guau, eres muy bueno...— comentó el chico, mirando a su compañero jugar.

—Dejé de jugar cuando estaba en Oro II. Consumía mucho tiempo de estudio— dijo Varus antes de apuntarse un asesinato triple, a lo que soltó una risa algo macabra —No son nada contra mí…

—Pero lo disfrutas.

—Claro que sí, es divertido jugar a ser Dios por un rato— replicó antes de que una voz en la computadora exclamara “¡Pentakill!”. Varus hizo un gesto de victoria con el puño.

—¡Debes enseñarme!

—No. Lo dejé porque debía estudiar más.

—Oh vamos… ¿Es lo único que te importa?— preguntó Kayn, empezando a preocuparse un poco.

—Me importa mi futuro. Entré aquí por la beca de arquería y no pienso perderla por nada del mundo— Varus miraba la pantalla con atención, enfocado en voltear la última torreta que quedaba antes de ganar la partida.

—Yo entré por la beca de lacrosse, no por recomendación de Zed. Me metí a psicología por estudiar algo, pero lo que en realidad deseo es poder entrar a un equipo profesional y vivir de eso.

—Al revés que yo. Me esforcé en arquería y en mis notas escolares para ganar la beca y estudiar medicina.

Varus finalizó la partida con un excelente resultado final y le devolvió la computadora.

—Solo debes aprender a usar los objetos, te ayudará— dijo volviendo al escritorio para enfocarse en sus libros. De ahí en más no pudo sacarle una sola palabra.

as we fall; kayn×varus (league of legends)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora