Capítulo 5

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Kayn miraba el techo y trataba de dejar de pensar en el problema que se venía cargando desde que se le había ocurrido acceder a hacerle masajes a Varus. A este punto le dolía.

"De todas las personas del mundo… ¿por qué él? ¡¿POR QUÉ LOS DIOSES ME PUSIERON A ESTE TIPO DE COMPAÑERO DE CUARTO?!"

"Deja de culpar a los dioses por tu calentura. Hazte una paja y déjame dormir."

"Oh, ¡eres de mucha ayuda Rhaast!"

"¿Quieres ver qué tanta ayuda te puedo dar?", replicó el alter, metiéndole en la mente a Kayn una escena muy explícita que lo hizo temblar.

"Vete al carajo…" gruñó el muchacho resignándose, mientras, de fondo, sonaba la risa histérica de Rhaast. No podía sacarse la idea de la cabeza. Podía escuchar el sonido obsceno que hacía su compañero de cuarto casi de forma real. Pero… espera… Sí, sí era real…

Kayn giró apenas la cabeza para mirar a Varus, que se movía bajo las sábanas dándole la espalda, y hacía sonidos suaves. Probablemente pensaba que su compañero estaba dormido, puesto que era bastante tarde en la noche. No podía ver mucho, pero según lo que oía, deducía que el peliblanco estaba mordiendo la almohada. Por la posición, diría que estaba usando ambas manos. Parecía a propósito, hacía ya un largo rato la erección bajo su bóxer se negaba a irse. Ojalá le hubiera aceptado la invitación a Rakan.

—Kayn…

Este se quedó helado. Por la forma en que lo había dicho, asumió que el otro había terminado el trabajo. El sonido de la voz usualmente grave de Varus, agudizada por el placer, retumbó por su cabeza más fuerte incluso de lo que había oído reírse a Rhaast. Tendría sueños húmedos por meses con ese solo quejido, esa sola llamada a su nombre en forma de gemido.

Lo oyó ponerse lentamente de pie, así que se hizo el dormido. Escuchó el clic de la luz del baño, el grifo abrirse. Varus estaba jadeando otra vez, pero ya no por excitación, sino por ansiedad.

—Qué mierda acabo de hacer...— susurró para sí mismo. Kayn lo oyó sollozar en silencio. Se debatía internamente si salir de la cama e ir a abrazarlo, o quedarse en su escondite. Sabía perfectamente que la decisión que tomara cambiaría drásticamente su relación con su pseudo amigo y no estaba dispuesto a arriesgar una amistad, por más frágil y superficial que fuera. No quería sacrificar las tardes de videojuegos, los paseos ni los viajes a medianoche a por té de burbujas. No quería sacrificar ese diez por ciento de Varus que había logrado conseguir con tanto esfuerzo y tanta insistencia.

Por el otro lado, si tenía suerte, mucha suerte, podría ganar un poco más de él y tal vez, solo tal vez, hacer avanzar un poco su amistad a medias por una relación. Pero… ¿realmente valía la pena? Si Varus lo rechazaba, perdería todo junto.

Soltó un fuerte bufido sin darse cuenta, pasándose las manos por la cara. Había olvidado por completo que el otro tenía la puerta del baño abierta, y, sobre todo, no había notado que lo estaba mirando.

Los ojos de ambos se cruzaron, y los dos estaban igual de aterrados, sorprendidos y en blanco. Varus estaba en ropa interior y tenía aún el trozo de papel higiénico en la mano. El grifo seguía corriendo. Ninguno hablaba, solo se miraban como si un auto encandilara a un estúpido conejo.

as we fall; kayn×varus (league of legends)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora