as we fall; kayn×varus (league of legends)

Capítulo 4

Los chicos volvieron al cuarto por la noche. Rakan se cruzó con Kayn en el pasillo y lo invitó a una fiesta pero el joven se negó.

—Tengo una cosa importante que atender… ¿Tal vez la próxima?

—Claro, nos vemos chico guapo— dijo el rubio haciendo unas pistolas con los dedos al mismo tiempo que le guiñaba el ojo y se iba a buscar a su novia.

—¿Te está usando de cuerno?— preguntó Varus con cansancio.

—No, al contrario— explicó Kayn —Ellos y yo somos… Follamigos, supongo.

—Guaaau. Ha de ser tan genial ser tú— espetó el muchacho con sarcasmo.

—Al menos tengo buen sexo de vez en cuando— señaló el pelinegro de forma mordaz.

—No puedo extrañar algo que nunca hice— devolvió el otro en el mismo tono.

"Awww, es virgen. Qué adorable", se burló Rhaast en la cabeza del muchacho. "¿No era una de tus fantasías, Kayn, follarte una persona 'virgen' y 'sin experiencia'?". El alter soltó una fuerte carcajada de esas que hacían resonar el cráneo del joven.

"Cierra el pico Rhaast."

"Qué malo eres", rió antes de irse a lo que Kayn solo soltó un bufido.

—¿Qué, te frustra acaso?— dijo Varus devolviéndolo a la realidad.

—¿Qué? ¡No! Tu vida sexual me da lo mismo.

—¿Entonces por qué esa cara?

—¿Cuál cara..?

—Esa cara que pones a veces, como de ido, mirando hacia arriba.

"OH, GENIAL KAYN. ERES GENIAL". Rhaast ahora sonaba molesto. Kayn solo movió la cabeza un poco para centrarse.

—Tengo ADHD— mintió el muchacho a medias. Sí, okey, tenía déficit de atención por hiperactividad, pero no era esa la razón por la que se quedaba colgado mirando la nada.

"La esquivaste… Mejor me voy. Este chico se va a dar cuenta. No es como el rubio idiota aquél."

"Sí, Rhaast, vete."

El alter dejó de hablar a un punto en que Kayn apenas podía sentir su presencia en la mente.

—Con razón eres tonto— dijo abriendo la puerta del cuarto.

—Y tú tienes ansiedad, y de la grave— respondió el pelinegro sentándose en su cama.

—No intentes diagnosticarme si no tienes tu título aún.

—Es que necesitas…

—¿Ayuda?— interrumpió Varus. El otro solo asintió —No. No la necesito, estoy bien.

Kayn notó que el muchacho no iba a aceptar nada aún así que solo cerró la boca. Después de un rato de silencio incómodo pudo escuchar todos los huesos del peliblanco tronando. Se giró apenas para ver qué había causado el sonido pero se encontró con la visión de la espalda musculosa de Varus en todo su esplendor. Su rostro se puso primero rosa, luego rojo y por último fucsia. Su compañero jamás se dejaba ver de ese modo.

—¿Varus..?

—Haces deporte, tienes que saber hacer masajes. Tengo contracturas. Y te juro que si siento algo duro contra mí te lo arrancaré para usarlo de blanco.

Kayn asintió con la cabeza, aún sonrojado, mientras en el fondo de su cabeza se podía oír a Rhaast descojonarse de la risa.

Apoyó las manos sobre la espalda marcada de Varus y notó de inmediato los bultos duros en ella. Sí, tenía contracturas. Y cómo no tenerlas con la cantidad de estrés a la que se sometía el chico. Empezó a masajear y casi al instante pudo escucharlo suspirar, así que Kayn echó la cadera hacia atrás por instinto. De vez en cuando se escuchaban crujidos, seguidos de gruñidos de dolor. La cabeza del pelinegro se estaba llenando de imágenes poco santas, tanto por la vista como por los sonidos que escapaban de la boca de su compañero. Agradeció llevar puesto un jean bastante grueso. Escondía bien el desastre hormonal que era su entrepierna.

"Creo que lo hace a propósito para seducirte."

"¡CÁLLATE RHAAST!"