Capítulo 17

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A los ojos de todos los demás, Kayn se había puesto muy violento de golpe. Solamente había dejado que se le acercara Varus, quien ahora, casi seis horas más tarde, le daba un vaso de agua.

-No nos pasó nada, ¿verdad?- gruñó Rhaast. Se veía muy mal, como para no estarlo -Creo que le di un puñetazo al vastaya ese, a Sett.

-Sí, lo hiciste, pero nadie te culpa.

-Me desesperé, hombre. No podía controlar el cuerpo, Kayn se había desmayado y todo daba vueltas. Ninguno de los dos podía pensar. ¡¿Tienes idea de lo que fue esa situación?! ¿Para qué queremos dos consciencias si se nos van las dos al carajo y ninguna sirve para nada?

-Debió ser muy jodido, sí. Estabas asustado- dijo Varus intentando calmarlo -Nos vinimos al apartamento de Xayah y Rakan. Aquí es seguro.

-¿O sea que puedo dormir?

-Sí, adelante.

El alter miró a Varus un momento antes de echarse en el sillón donde había estado sentado hasta ese momento y al rato roncaba. El albino le acomodó un poco el cabello y soltó un suspiro.

"Sí, debió ser horrible. Lo drogaron. Pero... Espera, ¿no había tomado del vaso de Neeko..?"

Lo recorrió un fuerte escalofrío y tomó el teléfono de Kayn para llamar a Sett, puesto que no tenía su número.

-¡Kayn, ya estás mejor!

-Está durmiendo, soy Varus. Sett, escucha, lo que le pasó a Kayn no fue por el alcohol. Estaba drogado, no sé exactamente qué habrá sido, pero seguramente fue una droga para violación. Ya sabes, de esas que les echan a las chicas en la bebida.

-Qué...

-Lo que pasa aquí es que tengo entendido que estaba en el vaso de Neeko. El que tú estabas sosteniendo.

Se hizo un silencio absoluto detrás de la línea.

-¿Acaso tienes la cara... De acusarme a mí..?- dijo en un tono severo, algo tembloroso.

-¿Qué? No, por supuesto que no.

-¡¿Entonces?!

-Voy a necesitar que hagas memoria para que sepamos quién pudo ser. Anoche tuvo suerte.

-Estuvimos con mucha gente... Dame un rato para pensar bien...

-Gracias... Y... Lamento la confusión. Confío en que tú nunca le harías algo así a nadie.

-Avisa cuando Kayn esté bien.

Cortaron la llamada y Varus se quedó en silencio un rato. Soltó un bostezo, no se había dado cuenta de lo cansado que estaba. Eran las ocho de la mañana, un sábado, y con todo el movimiento de la noche anterior no había conseguido pegar un ojo. Sin pensarlo dos veces se acurrucó como pudo sobre Kayn en el sillón y acabó por dormirse profundamente.

Al despertar, ambos estaban enredados entre las piernas y los brazos del otro. Su cabello se había transformado en una maraña blanca y negra, que tardaron unos cuantos minutos en desarmar.

Kayn estaba un poco mejor, aún ojeroso y pálido.

-¿Como estás?- preguntó Xayah ofreciéndole una taza de café.

-Todavía me duele la cabeza y estoy un poco mareado... Pero estoy bien. Mejor que anoche al menos.

Varus soltó un bostezo largo, intentando cubrirse la boca por cortesía.

-Se siente como una resaca al cuadrado...

Rakan soltó una pequeña risa ante el comentario.

-Por lo menos no te moriste.

-Te dije que no se iba a morir- gruñó Varus, haciéndose sonar la espalda.

-¿Qué me pasó?

-Alguien puso algo en el vaso del que tomaste- explicó el peliblanco, intentando mantener un ambiente calmado -Pero vamos a encontrar al culpable pronto.

Kayn se quedó en silencio unos minutos.

-Bueno... Eh... ¿Alguien quiere bollitos de pan? Encontramos una panadería que hace recetas de Jonia y se siente como en casa- dijo Rakan tratando de aliviar la presión.

-Eh... Sí, claro. Dame uno.

-Estás muy calmado para lo que te acabo de decir...- resaltó Varus, algo confuso.

-Sip, porque cuando encuentre al culpable...- hizo una pausa, su expresión se oscureció -... Le voy a partir las piernas.

∆~•~∆~•~∆

Esa tarde el grupo acompañó a Kayn de regreso a su habitación en el campus. La sensación en el ambiente era pesada, ninguno sonreía. El pelinegro particularmente tenía una expresión seria, poco usual en él.

Justo en la entrada principal, cruzando la calle, estaba el grupo de los noxianos.

El joven no dudó un instante. Cruzó la ruta, seguido por Sett y Varus que intentaron no perderlo de vista.

-¡Ustedes, hijos de puta!- gritó.

"Kayn, tengo un mal presentimiento..."

"¡Cállate, Rhaast!"

-¿Nosotros?- preguntó Vladimir, algo confuso.

-¡Sí, uno de ustedes pedazos de mierda le puso algo en la bebida a Neeko!

Los noxianos se miraron y Darius soltó una carcajada.

-Sí, qué lástima que el que se lo bebió fuiste tú.

El joniano no aguantó más. Le dio un puñetazo sin pensar en el medio del rostro, que el otro correspondió de inmediato.

-¡Kayn, no!

Draven saltó en defensa de su hermano, a lo que Sett se puso en medio para bloquearlo, enzarzándose también en una pelea. Vladimir y Varus se miraron, como decidiendo silenciosamente que ellos dos estaban por encima de ese comportamiento.

-¡Te voy a matar, noxiano hijo de puta!

-¡A ver, intenta, maricón!

Sett se giró un segundo.

-¡Kayn, sal de la calle!- gritó intentando alertarlo pero ya era muy tarde. Darius lo empujó, ardido por el calor de la pelea, y justo cuando Kayn iba a embestir otra vez un bocinazo lo aturdió. Rodó por encima del auto, cayendo inconsciente. Un camión venía hacia él, pero Darius decidió plantarse en medio para que frenara.


El joven Shieda soltó un grito de dolor, agarrando su cadera.

-¡Llama a una ambulancia, rápido!- ordenó Varus, pálido como un cadáver. Ya no había pelea, como si hubieran sido amigos de toda la vida, y el foco estaba en el chico agonizando en medio de la calle.

Varias horas después, Varus entraba en la sala del hospital para ver cómo estaba su amigo.

-Hablé con los médicos- dijo, con una voz que el muchacho reconoció como la de Rhaast. Sonaba débil, roto -Nuestra pierna derecha está hecha mierda. La rodilla, principalmente. ¿Sabes lo qe significa eso?

Varus se quedó en silencio un momento.

-Que no podrá jugar lacrosse de nuevo. ¡Carajo!


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Ola amixes, todavía no m suiside

as we fall; kayn×varus (league of legends)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora