Capítulo 22

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—Tienes que estar jodiendo— comentó Varus con una sonrisa incómoda.

—No, de hecho no, me da curiosidad, ¿a ti no?

El peliblanco se quedó callado. Sí, le provocaba morbo, pero... Era Rhaast...

—Oh, vamos, no te portes tan tímido. Sé que trepaste la pared de un hospital con tal de coger. Hay una palabra para eso hoy día. ¿Cómo era? Oh, sí. Simp.

—¡Ya, pero esto es distinto!— a Varus la cara se le había puesto roja a más no poder —Es casi como ponerle el cuerno a Kayn...

—Ah, no realmente. El cuerpo es el mismo.

—¡Ese no es el punto, Rhaast, el punto es que son dos personas distintas!

—Llámanos dos por uno.

Varus se quedó perplejo ante el comentario. Quería reírse, de verdad quería, pero no podía.

—¿Kayn ya sabe de esto?

El rostro del alter comenzó a tomar un tono rojizo. El peliblanco nunca dejaría de asombrarse por los detalles que diferenciaban a Kayn de Rhaast; la voz, el lenguaje corporal, y, ahora, descubría que hasta sus sonrojos eran distintos. Kayn se pondría muy rojo en cuestión de segundos para luego retomar su color pálido usual mientras a Rhaast el color le subía de a poco y duraba mucho tiempo.

—Bien, te ofrezco un trato. Me acostaré contigo con dos condiciones. La primera es que Kayn esté de acuerdo y la segunda es que me dejes tomar el mando a mí en caso de que suceda.

—Lo siento, guapo, mi culo no es negociable— espetó Rhaast echándose para atrás en el asiento, abriendo las piernas para ocupar más lugar y cruzándose de brazos.

—No tengo problemas en ser el pasivo. Mi problema es que te quieras sobrepasar conmigo.

—¿Y cagarle a Kayn la relación más sana que ha tenido? No creo.

—Entonces cambio mi segunda condición— hizo el gesto del número dos con los dedos, tocando cada uno de ellos a medida que explicaba el punto correspondiente —Primero, que Kayn esté de acuerdo. Sin eso no voy a hacer nada. Y, segundo, que conversemos sobre consentimiento y límites antes de hacer nada.

—Suena lógico y decente. Kayn es el que coge con chicos, yo solo tuve sexo dos veces y solo con chicas. También es nuevo para mí.

—Okay, entonces es un trato— dijo Varus ofreciéndole su mano. Rhaast alzó una ceja antes de estrecharla de modo firme.

—Entonces lo voy a conversar con Kayn.

—Voy a lavar los platos mientras. Sé que prefieren hablar entre ustedes sin público.

Rhaast asintió y fue al pequeño cuarto, cerrando la puerta tras de sí. Se echó en la cama, ¿qué era esto? ¿Nervios? Solo iba a preguntarle a Kayn si le molestaba que tuviera sexo con su novio, no era tan grave...

"Rhaast a Kayn, Rhaast a Kayn" llamó, rebuscando un poco en la mente hasta encontrarlo.

Era extraño explicar la sensación de "estar en la mente." Era una especie de vacío negro en el que ambos flotaban. A veces aparecían pensamientos en forma de sonidos incorpóreos o imágenes al azar. Metiéndose más adentro estaba el subconsciente, un lugar al que Kayn no quería ir, y Rhaast visitaba solo en ocasiones extremas. Ahí estaban los recuerdos reprimidos del abuso, de la guerra contra Noxus y muchas otras situaciones traumáticas. Probablemente las escenas del choque también.

"Aquí" replicó el host, apareciendo entre las sombras. Se había apartado del frente, no quería lidiar con Zed en ese momento.

"Oye, eh, estaba pensando..." Rhaast se rascó la nuca.

En la mente, él era un hombre un tanto más alto que Kayn y más tradicionalmente masculino, pero no del todo humano. Tenía rasgos que harían recordar a un demonio, alguien con quien no querrías meterte; alguien que podría proteger a Kayn contra viento y marea.

Su rostro, sin embargo, era similar al del muchacho. Sus ojos eran de un tono castaño rojizo y llevaba el pelo largo hasta los hombros con los lados rapados, peinado hacia el costado. Por lo general se visualizaba a sí mismo usando pantalones militares, botas de combate y una camiseta sin mangas.

"¿Pensando? Qué novedad" se burló el joven Shieda.

"Cierra el pico, Kayn" gruñó avergonzado. "Ngh... Tengo algo que comentarte."

"Adelante, te escucho" dijo Kayn de modo socarrón, cruzándose de brazos, mirando al enorme hombre frente a él.

"Por cierto, fue idea de Varus. Yo no tengo nada que ver, soy un observador inocente-..."

"Rhaast" canturreó el muchacho, alzando una ceja. El alter realmente era pésimo mintiendo cuando se trataba de sí mismo.

"Mmmmmgh... Mmmeatraetunovio" balbuceó entredientes, sonrojado.

Kayn soltó una risita.

"¿Qué? Otra vez, no te entiendo cuando hablas así" se burló.

"Me... Atrae... Tu... Novio..." gruñó el alter, forzándose a escupir cada palabra.

"Pensé que no te gustaban los hombres."

"Ni puta idea. No es como si me gustaran el resto de hombres que te gustan a ti."

"Entonces solo te gusta Varus."

"Solo Varus."

El host se encogió de hombros.

"¿Y qué quieres hacer al respecto?"

"Pueeees..." dijo Rhaast intentando evadir el asunto.

"Escuché algo de unas condiciones, que yo tenía que estar de acuerdo y conversar sobre consentimiento. ¿Te lo quieres follar acaso?" Kayn se cruzó de brazos y miró al alter, que estaba extremadamente incómodo.

"¡Me da curiosidad, okay?!" chilló, avergonzado.

"Depende más de Varus que de mí. Además ya me cogí a casi todo mi grupo de amigos, sería un poco hipócrita que me molestara si él quiere intentar algo contigo. Pero... Que sea la próxima vez que lo veamos. Esta es su última noche aquí y no sé cuánto tiempo pase hasta..."

"Sí, lo sé. Ahora te devuelvo el cuerpo."

Kayn abrió los ojos y se fue estirando de a poco para recobrar control de su cuerpo. Soltó un gruñido al sentarse, tronando su espalda. Se puso de pie para volver con Varus, abrazándolo sorpresivamente por la espalda.

—¿Rhaast?

—No...— susurró besando la mejilla de su pareja.

—Oh— sonrió el peliblanco apoyándose más en el otro.

—Quiero disfrutar este último ratito contigo.

—Mis tíos te quieren conocer. ¿Qué te parecería ir a pasar un par de semanas a Pallas? Quería preguntarte hace rato.

El rostro de Kayn se iluminó.

—Me encantaría.

as we fall; kayn×varus (league of legends)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora