Capítulo 18

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Habían pasado varios días. Varus iba a diario a revisar cómo estaba Kayn, quien aún no había salido al exterior. Usualmente solo iba, charlaba un poco con Rhaast y se marchaba.

—Ya hablé con Kayn. Le dije todo— explicó el álter al tercer día de hospitalización.

—Debe sentirse horrible...

—Sí. No quiere seguir con nada.

—No lo vas a dejar hacer eso, ¿verdad?

Rhaast negó con la cabeza.

—No soy tan marica.

Varus se quedó en silencio unos cuantos segundos, antes de sonreírse a sí mismo.

—Todavía me tiene a mí. No será mucho pero es suficiente. ¿Podrías conseguir que salga a eso de la una de la madrugada?

—¿Que planeas?

—Huh, nada, solo quiero estar con él a solas.

El álter lo miró alzando una ceja.

—Intentaré.

—Eres genial, Rhaast— sonrió dándole un beso en la frente antes de marcharse. El otro lo vio irse, aun con esa expresión en el rostro.

"Muy listo, muy listo, pero lo sutil no se le da."

∆~•~∆~•~∆

El arquero llevaba puesta una sudadera negra que ocultaba su rostro. Si lo cazaban iba a terminar bastante mal, pero no le importaba. Escaló por los ladrillos del hospital hasta el tercer piso, donde se encontraba Kayn.

"No puedo creer que esté arriesgando el pellejo por hacer esto."

Logró llegar a su ventana y entró de forma silenciosa. Kayn, al sentir la presencia, abrió los ojos de sobresalto.

—Shhh— lo tranquilizó el otro sacándose la capucha —Soy yo.

—¡¿Varus?! ¿Qué estás haciendo aquí?— susurró el otro, sin poder creer lo que veía.

—Perdón por entrar por la ventana, terrible etiqueta, lo sé.

—¿Estás haciendo una referencia a Heathers? ¿Es en serio?

—¡Shhh!— el peliblanco chequeó que la puerta estuviera bien cerrada y se sentó en la camilla —No sé cuánto tiempo tenemos.

—¿Tiempo? ¿De qué me estás hablando? Es la primera vez que salgo en días y así me recibe el mundo exteri-...

Varus lo calló de un beso, tomando su rostro con ambas manos.

—No hagas mucho ruido— ordenó subiéndose sobre él, procurando que las entrepiernas de ambos quedaran a la misma altura. Kayn se sentía bastante confuso, pero le siguió el juego por inercia. Nunca había visto a su compañero tan desinhibido. Sus manos se posaron sobre los lados de Varus. Tenía el cuerpo más cálido de lo usual.

La fricción estaba empezando a surtir efecto, porque el peliblanco sentía cómo Kayn se endurecía debajo suyo.

"Espero no arruinarlo" pensó, bajando su pantalón de gimnasia y su ropa interior hasta la mitad de sus muslos. Ahora la única barrera entre uno y el otro era el bóxer gris de Kayn.

—Qué haces...

—¡Tú-..! ¡Shhhh! ¡No me hagas arrepentirme!

El joven Shieda cerró la boca por completo, solamente dejando al otro hacer lo que venía a hacer.

Con unas manos temblorosas, Varus bajó el bóxer ajeno. Cuando sintió la longitud del muchacho contra sí, le recorrió un escalofrío. Era grande, suave y estaba caliente. Tragó saliva, cuestionándose por milésima vez si esto era una buena idea.

—Varus, no tienes que...

—¡SHHH! ¡Yo sé lo que hago!— dijo sacando un condón del bolsillo de su suéter. Lo abrió, temblando, y lo deslizó sobre el miembro de su, ahora, amante ilícito.

—Varus, me parece una mala idea, te va a doler...

—¡¿Crees que no me preparé antes?!— gritó en un susurro el joven. Sus mejillas tomaron un fuerte tono carmín, y Kayn se mordió el labio para aguantarse una carcajada —Si te burlas te parto el pene.

El chico se contuvo la risa y posó sus manos sobre la cadera de su acompañante. Varus se apoyó en el pecho de él, antes de respirar profundo y atreverse a bajar. Le clavó las uñas; incluso con la preparación previa y el condón, no era una tarea demasiado sencilla.

Frunció el ceño y soltó un gruñido. Nunca había tenido algo tan grande dentro y apenas ahora se daba cuenta de que lo había subestimado.

"En teoría la próstata es el punto G de los hombres... Solo debo enfocarme en eso... ¿No?" se dijo a sí mismo. "Agh, en qué estoy pensando, esto no es un examen  de anatomía..."

Estaba tan perdido en sus pensamientos que se sorprendió cuando Kayn tomó su cadera con más fuerza para empezar a moverlo. Lo recorrió un escalofrío, se sentía bien...

Se encogió un poco en el lugar y soltó un suave gemido, comenzando a moverse por cuenta propia. El pelo le caía en el rostro, escondiéndolo un poco de la mirada extasiada de Kayn.

El joven Shieda se estaba volviendo loco solamente con la vista que tenía. Podía sentir el cuerpo marcado del otro debajo del suéter, su interior cálido que ejercía presión sin siquiera darse cuenta. Podía escuchar esos gemidos para siempre y no hartarse nunca. Se notaba que luchaba por mantenerse dominante y en control, y eso a Kayn le encantaba.

Subió las manos por el pecho del otro para enfocarse un poco en sus pectorales. No podía ser que tuviera un cuerpo tan lindo.

Reprimió una risa cuando pasó los dedos sobre los pezones del otro, y este se retorció ante el contacto.

"Míralo, nunca me habría imaginado que eran tan sensibles", pensó haciendo un pequeño esfuerzo por sentarse. Lo tomó con un brazo y con la otra mano levantó su ropa, dejando así el pálido pecho al descubierto.

Varus se abrazó a la cabeza del otro, soltando un pequeño gemido tembloroso. Se estaba moviendo por cuenta propia y la lengua de Kayn sobre su pecho no hacía más que provocarle escalofríos. Quería pensar algo que lo frenara, que lo hiciera sentirse culpable o avergonzado, pero no podía.

Se sentía abrumado por el calor, por el placer que lo invadía. La boca de Kayn, explorando su pecho y su cuello. El movimiento incesante de caderas. La firmeza con la que su contrario lo sostenía, dándole una seguridad que no había sentido jamás. No dejaba de jadear, tratando de mantener su voz baja, hasta que sintió que ya no resistía.

Abrazó a su pareja, escondiendo el rostro en su cuello.

—K-Kayn...— gimió, clavando sus cortas uñas en la espalda del muchacho, al momento de liberar la tensión.

—Varus...— recibió por respuesta, junto con un agarre firme en su cadera que lo hizo sentir al otro hasta lo más profundo de su ser.

Se arqueó, mordiéndose el labio en un intento desesperado por reprimir un grito.

Se sintió como si el océano se calmara después de la tormenta, quedándose abrazados el uno al otro, recuperando el aire.

—Oye... Varus...— murmuró Kayn —Te amo...

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Merezco ir a la horny jail, ngl u.u
Dos capítulos en un día?! Si.
¿Como están a todo esto? 👀❤
Se me cuidan, les tkm uwu

as we fall; kayn×varus (league of legends)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora