as we fall; kayn×varus (league of legends)

Capítulo 13

—Kayn, no me vas a creer esto— dijo Sett, corriendo para alcanzar a su amigo que acababa de salir del aula.

—¿Eh? ¿Qué pasa?

—Tenemos al jugador que nos faltaba.

El torneo era en una semana. El muchacho ya había perdido la esperanza de conseguir al último para su equipo.

—¿Que? ¿Quién?

—¡Aphelios! ¡Está en Oro II! Charlamos sobre eso esta mañana y estaría feliz de que lo incluyéramos!

—Puta madre, Sett, de verdad eres el Jefe— exclamó el joven Shieda, corriendo a la oficina del centro estudiantil. Se anotaron como SKAVeX porque no tuvieron una mejor idea, acomodando las iniciales de sus nombres.

Ahora sólo faltaba esperar hasta el día del torneo.

Esa noche, Kayn se echó en la cama a descansar. Se sentía completo, realizado. Cerró los ojos de frente a la pared, como siempre, hasta que un ruido proveniente de los auriculares de Varus llamó su atención. El sonido se transpasaba bastante, debía de tener el volumen alto. Reconocería esa mierda en cualquier lugar.

Era el audio inconfundible de un video porno, y, a juzgar por los gemidos, bastante hardcore. Distinguió la voz aguda del pasivo y los jadeos exagerados del activo.

"Dime por favor Kayn que esta vez no te vas a perder la chance", rogó Rhaast. Estaba harto de jugar con la cabeza de su host provocándole erecciones con imágenes muy explícitas.

"Sabes una cosa Rhaast... Esta vez no."

En silencio, el joven Shieda se pasó a la cama ajena. Varus ni siquiera se dio cuenta, tenía el volumen sumamente fuerte. El muchacho le sacó un auricular y se lo puso.

—A ver qué tipo de cosas miras— dijo espiando por sobre su hombro, llegando a vislumbrar un muchacho pequeño, un twink, atado a una cama mientras otro bastante más musculoso se lo fallaba entre palabras obscenas.

—¡NO ES NADA!— gritó Varus, escondiendo como pudo el celular. En el intento, este salió volando, desprendiéndose de los auriculares. El sonido retumbó por el cuarto mientras el peliblanco intentaba desesperadamente bajar el volumen, pausarlo o lo que sea.

Kayn tomó el aparato con cuidado, enchufó de nuevo el cable y abrazó a Varus por la espalda, obligándolo a ver la pantalla otra vez.

—No sabía que te iban este tipo de cosas— comentó bajando la mano por el vientre de su compañero, mirando el video con curiosidad. Ya había visto porno con amigos antes, no le daba mucha importancia, pero jamás así.

Varus por su lado se estaba muriendo de vergüenza. Sí, se masturbaba mientras Kayn dormía por el morbo que le provocaba la idea de que se despertara y lo viera. No, jamás se imaginó que realmente sucedería. ¿Darle ese beso había sido un error? No, llevaba meses fantaseando con hacerlo. Sin embargo su baja autoestima le había evitado hacerse cualquier tipo de ilusión, estaba dolorosamente consciente de que Kayn nunca le correspondería... O al menos eso pensaba.

Dejó el cuello al descubierto para que el otro lo besara, mientras la mano ajena bajaba y subía por toda su longitud. Le daba escalofríos. Hacía años de la última vez que alguien más le había hecho una paja.

Dejó salir un suave gemido. El ruido de fondo del video ahora no era más que eso, ruido de fondo, puesto que se hallaba totalmente centrado en su sentido del tacto. Los dedos largos y delicados de Kayn lo acariciaban con destreza. Bajó su mano por el cuerpo del muchacho, sintiendo su marcado abdomen, hasta tomar su miembropara masturbarlo de vuelta. La posición se le hacía un tanto incómoda pero le daba igual, la erección del otro aguardaba ansiosa por su tacto. Estaba húmeda.

Varus jamás había tocado el pene de otro chico. Le sorprendió la diferencia con el propio. Tenían más o menos el mismo tamaño. A lo mejor él le ganaría por algunos centímetros, pero el otro compensaba con el grosor y su textura. Mierda, ¿cómo describiría esa textura? Suave... ¿Tal vez esponjoso? Diría blando, pero estaba totalmente erecto. No pudo evitar compararlo con el suyo, que se sentía más duro y firme. Nunca se le había pasado por la cabeza que la sensación sería diferente.

No pudo resistir más. Acabó por correrse en la mano de Kayn, que tan solo se permitió una risita antes de girarle la cara para besarlo. No fue lento como antes, ahora fue voraz. No le daba tregua. El video había terminado hacía ya un rato pero, ¿quién quiere escuchar a dos desconocidos follando cuando podían escucharse el uno al otro?

—Varus...— murmuró el jugador estrella en un breve intermedio.

—Kayn— respondió el otro buscando tomar el control, girándose para quedar entre las piernas del joven. Este no pareció mostrar resistencia alguna, ninguno separó sus labios de los adversos. Su ropa interior bajó hasta colgar de una de sus piernas. Bajo las sábanas, estaba expuesto.

No fue hasta que sintió la presión del miembro de Varus sobre su entrada que abrió los ojos de golpe, como si no fuera él mismo.

—¡NO!— gritó dándole una patada en el pecho al otro que lo mandó a volar, bajándolo de la cama. Se encogió en posición fetal intentando protegerse —¡RHAAST, ¿DÓNDE ESTÁS?!

El arquero se quedó sentado en el piso, aún con los calzoncillos bajos, intentando entender qué sucedía en la mente trastornada de Kayn.

"Kayn, cálmate, no estás en peligro" dijo Rhaast en el tono más suave que pudo. Trataba de hacerse paso entre el torbellino de pensamientos que surcaban la cabeza de su host. Incluso comenzaban a afectarlo a él, metiéndole imágenes de los soldados noxianos ese día fatídico, el día de su nacimiento. "¡Kayn!".

El muchacho temblaba. Cuando Varus se le acercó, lo miró con unos ojos desorbitados. Estaba aterrado.

—Kayn... Kayn, lo siento mucho, pensé que tú también querías... M-mierda...— dijo el peliblanco en un tono roto. Lo cubrió con las sábanas para proteger una intimidad que con él ya no tenía. Su rostro se deformó en una mueca antes de comenzar a llorar —Perdóname...

Kayn bajó la guardia poco a poco, atreviéndose a mirar a Varus.

—Lo siento... L-lo arruiné...— gimoteó, sintiendo una culpa enorme.

—S-Solo dime qué te pasó...— pidió el muchacho ya más tranquilo.

El joven Shieda reunió todo el valor que pudo. Era hora de hablar.