Pov Miguel
-Te ves muy bien, mijo.- habló mi madre mientras seguía acomodando mi atuendo. Los tambores ya estaban sonando desde hace un buen rato, el tiempo estaba por acabarse y la boda ya estaba a la vuelta de la esquina. Suspiré y me vi en el espejo unos momentos, me veía muy bien, tal cómo en las fotografías de mis ancestros, sin embargo, mi rostro reflejaba una gran tristeza. Sabía perfectamente a que se debía, pero, no podía irme en contra de mi familia y arrebatarles sus vidas que tanto tanto forjaron en la tribu.
La imagen de Hiro venía a mi cabeza, aquella llena de lágrimas de dolor, pidiéndome que todo fuera una estúpida mentira. Volverlo a ver de nuevo aquí, parecía que la daga que me habían incrustado; iba yendo más y más profundo. Atravesando todo mi ser. Me estaba muriendo. Llevé una mano a mi rostro para limpiar mis lágrimas que comenzaban a brotar y caer por mis mejillas, agradecía que aún no estaba terminado de pintar las marcas en mi rostro. Pero, la mano de mi madre me hizo verla directamente a ella, sentía el dolor que tenía, aún sin habérselo dicho; su mirada estaba viendo completamente mi interior.
-Miguel...
-No pasa nada, mamá. Lamento interrumpirte.- sacudí mi cabeza para olvidar esos amargos momentos. Tomé un pequeño frasco con pintura artesanal, la cuál esta se preparaba para las ceremonias más importantes para la tribu, esta tenía un color carmesí. Algo similar al color de la sangre, esta significaba el poder y valor que el miembro se llevaría de su familia para sus futuros descendientes. En el cuál estás "marcado" cómo el líder que derramaría sangre por tu gente, sin importar lo que pasara, era el destino de la Luna. Llevé mis dedos para cubrirlos de la pintura, los dirigí a mi rostro para comenzar a trazar marcas, no había ninguno en específico; pero debías diseñarlo tu mismo, ya que este sería para tu nueva familia.
Mi mente no me estaba ayudando a pensar en alguna, solo la sonrisa de Hiro estaba presente en mí. Con lentitud, empecé a trazar un triangulo pequeño en mi frente. Este tendía el pico hacia abajo, debajo de mis ojos dibuje líneas en simulación de unas garras, mi madre solo observaba con detenimiento a lo que estaba haciendo. Podía ver su preocupación y miedo en su rostro, continué con mis marcas y esta solo iría en mi barbilla; haciendo una especie de media luna.
-Joven Miguel- habló una voz masculina detrás de nosotros. Era uno de los sirvientes de la tribu de Plata que había venido ya a dejarme el mensaje de que debía salir. En sus manos se encontraba un especie de collar hecho de colmillos, en el cual cada uno representaba cada tribu de hombres lobos que existían. No miré más a mi madre y me acerque a la salida. El sirviente solo colocó con mucho cuidado aquél collar en mí y en unos segundos me señaló para que continuara. Escuché que mi madre me llamó, pero, solo apreté con fuerza mi puño y salí a la ceremonia.
Seguí caminando mientras escuchaba los sonidos de los tambores, mi corazón estaba totalmente acelerado; no podía ni respirar calmado. Miraba a mis alrededores para ver por última vez a Hiro, pero, solo veía soldados andando algo desesperados por algo. Imaginé que lo habían descubierto y por eso estaban comportándose así, pero, solo eran unos cuántos, así que debió haber sido otra situación. Sin darme cuenta, ya estaba frente de las instalaciones en donde se haría la boda, todos los miembros de las tribus yacían sentados sin decir ninguna palabra. Con la cabeza baja.
Mi familia me veía con gran tristeza, en especial mi pequeña hermana; estaba llorando con fuerza evitando que sus gritos salieran de su boca. Leo solo me miraba sin ninguna expresión, pero cuándo nos miramos directamente, él solo desvío su mirada. Mis pasos continuaron su camino hasta llegar a donde estaban los líderes de los de Plata, solo me miraban con una sonrisa amplia y satisfecha, ya habían cumplido su meta.
-Qué bien le queda el traje de novio, joven Miguel.- dijo uno de ellos.
-Lamentablemente...-respondí algo desanimado.
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El lazo de la Luna (Higuel)
FanfictionEl amor puede ser tan fuerte pero peligroso. Enamorarte de un humano,¿Tomarías los riesgos que se vendrían? Miguel Rivera de 22 años, es un Hombre Lobo perteneciente a una tribu que ha estado oculta a las sombras de los humanos, su curiosidad hará q...