Pov Marco
Miguel y yo fuimos invitados al desayuno con la familia del chino, nunca me imaginé estar en un lugar dónde humanos llegan para alimentarse de paso.
Después de un tiempo llegó la señora Cass, primera vez que me presenté con ella, pues la última vez que estuve aquí, entré golpeando a mi primo y asustando a todo mundo. Lo bueno, es que la señora Cass no se molestó por aquél día, es muy amable y atenta, tenía razón mi primo, la idea sobre los humanos esta muy equivocada.
-Bueno ya que estamos todos aquí, ¿qué tal si desayunamos todos juntos?- dijo la señora Cass quién ya estaba tomando sus cosas del mandado.
- No habría ningún problema- respondió Miguel.
-¡Se ha dicho!, Hijo, ¿puedes ir calentando una tetera de café?- con que ella es su madre, para ser exactos si lo hizo con demasiado amor suegrita, para que saliera ese chinito tan interesante.
- Claro que sí- respondió Kyle, mientras entraba a la cocina del café, la señora Cass sonrió y caminó hacía la planta de arriba. El olor penetrante del café inundaba mis sentidos, jamás había estado tan cerca a estos aromas, ahora entiendo por qué mi primo tenía curiosidad en conocer su mundo.
Miraba a mi alrededor, viendo cómo la gente que apenas llegaba tomaba de sus alimentos, hablan de sus trabajos, relaciones, metas, estudios, bueno, un sin fin de cosas. Todo eso, nunca lo veíamos en nuestra familia, si somos muy unidos pero, todos estamos en nuestro propio mundo, nuestras reuniones familiares siempre eran temas de caza, órdenes de los de Plata, migración y trabajo en casa. Después de que en Santa Cecilia nos descubrieron, todos esos temas de conversación se terminaron y se volvieron serias.
Nunca dudé en darme una escapada a espaldas de Miguel, pero cuándo estaba a punto de cruzar la calle, el temor de que nos descubrieron me inundaron, y no lo hice. Sin embargo, por el coraje que me hizo pasar cuándo huyó de casa y se vino a meter aquí, hasta el temor se me fue y lo único que quería hacer es darle una paliza.
-¡Por todos los cafés del universo!¿¡Qué pasó aquí!?- oímos cómo los gritos de la señora Cass venían de arriba, Kyle salió espantado de la cocina para dirigirse a la cocina. Hiro se puso demasiado rojo acompañado de mi primo, ya sabía más o menos que dejaron allá arriba, el chinito se fue corriendo cómo si lo estuvieran siguiendo. Miguel y yo no tardamos en llegar arriba, pero cuándo llegamos me llevé una gran sorpresa, todo estaba desordenado cómo si un tornado hubiera pasado.
-¿Qué estabas haciendo enano?- preguntó Kyle al chino que estaba a punto de morirse de vergüenza. Mientras veía todo el desorden pude notar leves rasguños en la pared, me llevé inmediatamente mi mano a mi boca para no soltar la risa. Este par de culecos andaban cómo fieras.
- Es que.. estaba enseñándole a Miguel...un...proyecto pero este...se..
-Se salió de control porque Mochi emm...-termino mi primo la oración del otro.
- ¡Las paredes! ¡Dios bendito...!- exclamaba la señora Cass- ¿¡Pero de qué especie de proyecto!?
- Uno dónde se descontrola la calentura- respondíu con una sonrisa ladina, sin embargo, Miguel me dió un codazo en la costilla.
-Es un simple proyecto Tía, pero cómo dijo Miguel ammm batallamos un poco con Mochi.- siguió excusándose Hiro, a mí esas ni me las comería mamá Elena.
-Y...¿Dónde está Mochi?- preguntó Kyle mirándole sin expresión alguna.
-Oh quién sabe si ese gato no se llamé Mochi...- dije mirando a Miguel, él solo me miraba con odio al ver que estaba intentando dar mis señales de que ese "proyecto" fue símbolo de su descarriladas hormonas.
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El lazo de la Luna (Higuel)
Fiksi PenggemarEl amor puede ser tan fuerte pero peligroso. Enamorarte de un humano,¿Tomarías los riesgos que se vendrían? Miguel Rivera de 22 años, es un Hombre Lobo perteneciente a una tribu que ha estado oculta a las sombras de los humanos, su curiosidad hará q...