=11 Declaración=

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Pov Hiro

-¿Hombres...lobo?- dijo Kubo viendo un poco extrañado a lo que estábamos ya contando.

-Si...ellos son hombres lobo, y esa que está allí era aquella mujer llamada Renesme...

-Por eso había algo que no me cuadraba de ella... aún así no puedo creerlo.

-Emm Kubo se que ésto puede sacar algo de quicio, pero- habló Miguel- nuestro secreto es muy importante, sé que eres un buen amigo y no nos harías daño pero por favor debes de creernos.

- Olvídalo...se que no aceptará- susurró Marco

-Mmmm- miró a Hiro quién esté tenía una mirada suplicante, Kubo tenía sus pensamientos hechos un desastre, su amigo desaparecido, hombres lobos y demás, la confusión no se hacían esperar sin embargo, no eran tan malos chicos después de todo. La salvación de Hiro gracias a ellos estaba más que agradecido de alguna forma- agh...está bien, pero con una condición de que no nos metamos en peligro ya sea a Hiro o a mí.

- De eso, no habrá ningún inconveniente, digo no queremos que humanos inocentes salgan metidos en nuestros asuntos- respondió Leo dandole una leve sonrisa a Kubo, quién no tardó en mostrarle uno cómo respuesta haciendo que un color rosado apareciera en las mejillas del castaño. De pronto un sonido llamó la atención de todos, Kubo sacó su móvil y se congeló al ver el nombre de la llamada entrante: era la Tía Cass.

- Creo que debemos irnos lo más rápido posible Hiro.

- Tienes razón...creo que debe de estar muy preocupada por no regresar.

-Podemos llevarlos- dijo Miguel con una sonrisa, mientras que su primo lo vió con sorpresa.

- Epale primito, si los llevas todo el olor de la sangre de Hiro te va impregnar que le dirás a nuestra familia.

- Puede decir que atacó a uno- respondió Leo intentando apoyar la idea del otro.

- ¿Tú le vas a hacer el pare?

- Claro que sí, jamás he estado tan cerca de los humanos cómo el día de hoy. Además de aniquilar a una corrompida, es lo más atrevido que he hecho. Al menos dejanos llevarlos.

- Vamos Marco, no será mucho. En cuánto lleguemos a unos cuántos metros de la calle de Hiro nos venimos cómo cuete.

- Está bien, ya casi que andan allá. Corranle antes que cambié de pinche opinión- antes de darse media vuelta el moreno le dió un fuerte abrazo cómo agradecimiento. Sin más ambos lobos se transformaron para comenzar su rápido regreso de los jóvenes asiáticos, Kubo estaba sorprendido a lo que su ojo podía estar viendo en ese momento un lobo de pelaje cafés claros y el otro en un hermoso pelaje de gris con blanco cosa que le hizo fascinante.

Los dos jóvenes subieron en el lobo de cada lobo, por sorpresa tomó al asiático de parche, todo a su alrededor pasaba con gran velocidad, la brisa fría de esa noche pegaba en su rostro. Con fuerza tomaba el pelaje del lobo gris que había subido, podía escuchar las respiraciones de la bestia, parecía que iba a la par junto a sus latidos. Poco a poco el miedo parecía desvanecerse con el viento, un extraño sentimiento de libertad y confianza llenaban a Kubo al ir arriba de un nuevo mundo que yo no dude en seguir.

No tardamos mucho al llegar a unas calles cerca a mi casa, agradecía que la zona fuera demasiadas tranquilas y no hubiera ninguna persona que pudiera decir que un par de enormes lobos llevaban a dos jóvenes encinas de ellos. Kubo y yo bajamos de ellos para casi correr al cadete y no preocupar más a mi Tía, sin embargo una mano hizo detenerme de golpe.

- ¿A dónde crees que vas tan pronto?- era Miguel quién me miraba con algo de preocupación.

- Miguel, tenemos que llegar antes de que mi Tía se preocupe más...

El lazo de la Luna (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora