-05 Secreto-

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Pov Hiro

-¡Miguel!- grité y corrí hacia ellos, no me importaba si era real o no, pero no iba permitir que se matarán. Me coloqué en medio de ellos, el gran lobo negro chocó contra mí haciendo que me estampara contra un árbol. El peso del lobo y el golpe, me hicieron sentir un tremendo dolor en mi estómago.

El otro lobo de pelajes cafés claros, comenzó a tranformarse en aquél chico moreno que conocía, aún seguía atónito a lo que estaba pasando, me quejaba porqué el otro lobo no se movía. Intentaba empujarlo pero me era muy pesado.

-¡Quítate Cabrón!-gritó Miguel también agarrando el lobo, pero extrañamente si podía jalarlo, con un leve gruñido, el lobo negro también volvió a su forma humana. Se quejaba también con algo de dolor, pues aún se podían ver las heridas que se habían provocado pero al parecer las del otro chico eran más profundas.-¿Hiro estás bien?.

Miguel se acercó pero por inercia quise alejarme de él, pero su expresión fue algo triste. Me dolió un poco que se pusiera así, él intento salvarme de alguna forma que nunca creí que existiera, pero lo hizo sin dudar.

-Eso creo...pero estoy bien supongo- una leve sonrisa se formó en su rostro, me tendió su mano para levantarme.

-¡Pinche Miguel!¡Aaghhhh!- gritaba el otro quién estaba en el suelo.

-¡Ya cállate!¡Y eso que te di quedito!

-¡Pero ese puto humano debe morir!¡Nos va a matar!.

-¡Pero no lo esta haciendo pendejo!¡Deja de chillar!.

-¿Qué...qué son ustedes?-pregunté en el mínimo silencio que inundo el lugar, ambos chicos sólo me miraron extrañados a mi pregunta. Era lo mínimo que podía yo hacer ante está extraña situación.

Después de unos minutos, nos encontrábamos debajo de una sombre de un árbol algo grande, pues el Sol ya comenzaba a calentar un poco. Sin embargo, el silencio entre nosotros, no dejaba de estar presente. Las heridas de Miguel y su primo Marco, comenzaron a desaparecer, cosa que me entró de curiosidad, mientras tanto aún mis raspones y el dolor del estómago apenas dejaban de cesar.

-¿Hombres Lobo?-al fin pude romper ese incómodo silencio, Miguel me miró algo sorprendido, pero su primo me miró con algo de seriedad.

-Si...éso somos...-dijo algo nervioso Miguel.

-Ya Miguel, no le sueltes más de lo que ya sabe...

-Pero si nos acaba de ver Marco, él tiene que saber...

-Y empezamos con tus pendejadas...¡Qué se quedé así!.

-Oigan...¡ya basta los dos!...entiendo que debe ser un secreto entre ustedes...pero también necesito explicaciones sobre esto...¿Cómo llegaron?¿Nacieron así o son experimentos?¿Sólo son ustedes? ¿Hay más?.

-Tranquilo Hiro...son muchas preguntas...con calma.

-Perdón...pero todo esto es extraño-me dejé caer en el tronco del árbol.-No se que hacer...

-Bueno podrías empezar a irte y olvidarte de nosotros- dijo Marco con los brazos cruzados y evitando vernos.

-Ya parale Marco...-de vuelta me miró Miguel un poco más tranquilo-yo te contaré...pero por favor jura por lo más valioso que tengas que no dirás nada de nosotros por favor...

-Yo...

-¡Ves!, hasta duda en su propia fidelidad para guardar secretos...

-Yo claro que lo haré. No soy tan tonto para dejarlos al descubierto...muchos locos científicos vendrían por ustedes...

El lazo de la Luna (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora