-16 Colmillos Quebrantados-

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Pov Hiro

Después de haberme quedado hablando con la señora Luisa, decidí salir un poco para tomar aire, no evitaba ver a Miguel allí inmóvil, sin poder recobrarse lo más rápido posible.

Coco y Leo aún estaban allá afuera perdidos en garras de esos asesinos que les encanta comer su propia raza. Miré a mi teléfono y me di cuenta que tenía más de 20 mensajes de mi hermano Tadashi, todas preguntando el lugar en dónde se encontraba Miguel, pero aquí entre nosotros aún es un secreto. Decidí apagarlo para que no interrumpieran y me descubrieran aquí en su tribu.

Al salir miré a Marco caminando de un lado a otro perdido en sus pensamientos, podía ver su ansiedad de hacer algo de inmediato para ir a recuperar a los chicos, pero, cuándo escuchó mis pasos me miró con preocupación.

- ¿Que pasó chinito?

-Nada, aún Miguel está dormido por la fiebre...- dije mientras dejaba salir un suspiro de mis labios.

- Chingada madre...- dijo para si mismo- no puedo quedarme aquí esperando que algo pase ...odio cuando me dan las órdenes de no moverme.

- Marco- dije mientras él me miraba esperando lo que le diría, yo tampoco iba estar allí ocultandome y no ayudar en encontrar a la hermana pequeña de mi novio. Así que tenía una idea loca, pero, debiamos hacerlo de inmediato antes que otro miembro se diera cuenta.

- Se que no es lo correcto pero, vayamos para buscarlo.

- ¡¿Qué?! ¿Se te safo un tornillo?

- Sé que es algo fuera de sí, pero, ¿Quién podrá saber ahora dónde están si todos están dispersos?.

- Me jalaran de las orejas ...- dijo Marco mientras pasaba su mano por su rostro- bien, entonces vamos nosotros dos.

- Gracias Marco, ahora, se que eres muy bueno con el olfato..

- Ay, ay, chino que cosas dices- respondió con una sonrisa ladina. Acerqué a su rostro un pequeño llavero que la pequeña Coco me dió la última vez que nos vimos. Marco la tomó y lo olió lentamente, se quedó unos segundos en silencio parecía tener mucha concentración, de pronto miró a una dirección hacia el bosque.

- Su olor está combinado con sangre...viene de allá - levantó su mano y señaló a donde miró- ¡Esos putos ya le hicieron algo a Coco!

- ¡Tranquilo! Ahora vamos por ello...- escuché que unos pasos se acercaban a ala cabaña de dónde estaba Miguel y su mamá , empuje a Marco de inmediato en dirección al bosque. Ya no podíamos esperar más, Marco tomó su forma en lobo y sin dudar subí a él, me lleve la capucha a mi cabeza para evitar que alguno de sus miembros viera mi rostro y supieran mi verdadera identidad. Sin embargo, el pelaje de Marco me hacía perderme en él, la oscuridad de esa noche nos estaba apoyando en nuestra mentira para poderme infiltrar para ver a Miguel.

Mientras Marco seguia corriendo con gran velocidad, observaba a mi alrededor para poder encontrar alguna pista del camino que hayan tomado, pero, el olfato de Marco era una gran ayuda en esta noche.

- Vamos a encontrarlos- hablé- y verás que todo estará bien ...no perdonaría darle una gran tristeza a Miguel.

Marco movía sus orejas en señal de que me estaba escuchando, estaba nervioso a lo que nos topariamos, lo que posiblemente me enfrentaría, no quería ponerme a pensar de que me topé con uno de sus familiares y sepan que no puedo transformarse como ellos. En mi vida cómo héroe me había sentido tan temeroso en un rescate, mi corazón latía con fuerza, sentía un hueco en mi estómago como si fuera una señal de mi intuición de que algo malo iba pasar. Tomé con fuerza el pelaje de Marco buscando un tipo de soporte para calmarme, pero, aún así no podía dejar allí a las personas más importantes para Miguel.

El lazo de la Luna (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora