-18 Investigaciones Hamada-

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Pov Kyle

Hace un par de días que Hiro nos había sorprendido al llegar con una herida en una de sus piernas acompañado de aquel chico llamado Miguel. Cosa que nos sorprendió Hiro había dicho que estaba en el hospital por un accidente.

Nos habían salido con el pretexto de que no había pasado nada grave y que no pasó más allá que un susto. Pero ahora quedaba la explicación de cómo tenía esa inmensa herida, según ambos, después de todo el alboroto en el hospital fueron a divertirse. Dónde Hiro se había caído en una de sus intentos de acrobacia con la bicicleta, cosa que hasta aquí yo nunca creí. Hiro no era de ese tipo de chico que le gustaba los juegos extremos y mucho menos en una bicicleta.

Tadashi estuvo preocupado ya que su robot Baymax dedujo que tenía ADN de un animal similar al can. Cuando el supo Hiro estuvo evitando y cambio sus excusas sin sentido y que no iban al caso.

Lo que se me hacía curioso era que hasta el día de hoy aquella herida no hay rastro alguna. El hambre de Hiro ha estado cambiando también, con decirles que hasta una noche llegó oliendo a perro mojado. Hasta el mismo Mochi negó estar con él.

Quería saberlo lo antes posible de que es lo que le estaba pasando a mi primo. No es que sea muy unido a el, pero me preocupa en cierta forma. ¡Rayos ya estoy sonando como Tadashi!.

-Kyle....¡Kyle!- gritó Kubo quién estaba frente de mi haciéndome señas- al fin regresaste.

-Lo siento Kubo...¿De que hablabas?.

- Estaba diciendo que necesitaba un luckychocolate.

-Ah en un momento te lo preparo.- dije mientras me daba vuelta para comenzar a preparar la bebida.

-Hoy estás muy perdido, ¿Pasó algo malo?.

-No solo estaba pensando en algunas cosas por hacer.

- ¿Saldrás con alguien?- dijo Kubo con una sonrisa amable. Yo lo miré yvle negué con la cabeza y le entregué el pedido. Sin embargo lo que no me esperaba era cuando la campanilla de la puerta sonó. La persona que había llegado era nada más al mocoso que me ayudó la última vez con los tipos del callejón: Marco.

-¡Ey par de chinos! - dijo mientras llegaba al mostrados.

-Hola ...Marco, ¿Que te trae por aquí?- respondió algo nervioso, cosa que me hizo despertar mi curiosidad.

-Calma chinito con parchesito, solo venía de visita haber que había de nuevo por acá...- respondió sentándose en una de los bancos que estaban cerca del mostrador. Tenía esa sonrisa sonsa que me hacía sentir una cierta desconfianza, como si tramara algo. Seguí con la preparación de otros pedidos dejando que ambos terminarán de charlar, hubo un momento en que inició un silencio incómodo.

Me di media vuelta para solo toparme con un par de ojos afelinados mirándome directamente acompañada con esa sonrisa ladina.

-¿Qué? ¿Qué tanto me miras?

-Los monos pintados que traes en la cara- lo miré algo confundido por su comentario, lo cual soltó un suspiro de resignación- ¿No me entendiste?

-No, pero es mejor que vayas dejando de verme tanto tiempo.

-A caray, soy libre de hacerlo. Además ...¿Los tipos ya no te han molestado?

-No, ya no he ido para allá desde aquella vez.

- Ah eso es una buena noticia- oí que estaba comenzando a masticar algo. Al parecer había tomado una galleta de las que estaban en el mostrador, negué con mi cabeza y seguí preparando el café.
De pronto, un olor a perro mojado llegó a mi nariz. Rápidamente miré a donde estaban los clientes, cada rincón del lugar en busca de uno, pero, no había ninguno.Una de las cosas que no soporto es que haya un animal cerca de la cocina, siempre han hecho sentir algo incomodo.

El lazo de la Luna (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora