A las 5 de la mañana me despiertan los ronquidos de Pablo.
Abro los ojos y tengo aún encima de mi pecho el libro que me estaba leyendo anoche. Me intento incorporar, pero me duele el cuello horrores. Me debí de quedar dormida mientras leía y me he ido resbalando hacia abajo hasta quedarme en una postura, que estoy segura de que debe de ser propia del nivel yoga avanzado.
Dejo el libro en mi mesilla, y después de estirar algunos músculos, me vuelvo a tumbar, pero esta vez, tal y como el fabricante de colchones aconseja.
Ya tumbada de lado y mientras escucho al león de la Metro – Goldwyn – Mayer a mi espalda, me da por pensar en esto del libro. Todo esto parece una tontería, pero esto quiere decir que Pablo ha venido a la cama y ni siquiera me ha mirado? No te digo que se quede embobado mirándome dormir como hacen en las películas, pero que me vea con el cuello torcido como el fantasma de "La maldición de Hill House" y le dé igual....
Yo cada vez flipo más con este tío.
La farola de la calle ilumina la zona de mi cómoda donde tenemos una foto de nuestra boda. Tampoco hace tanto tiempo de esa foto.
¿Cómo en dos años hemos podido deteriorarnos tanto como pareja?
Siempre dicen que cuando te casas te relajas, pero porque el cura dijera hasta que la muerte os separe, no quiere decir que tengamos que morirnos ya.
Calculo mirando al techo y con los ojos entrecerrados, yo creo que llevamos sin hacerlo como dos meses y algo. Entre que tuve la regla, después él decía que tenía mucho curro y que estaba estresado, después otra vez con la regla, el otro día que lo medio intenté y tampoco le debía de venir bien...
Realmente si fuera por él nunca lo haríamos. Pondría mi mano en el fuego y no la perdería que, si hubiera una aplicación en la Play para follar, lo haríamos todos los días.
Cansada me toco la cara y me seco algunas lágrimas que he derramado casi sin darme cuenta. Así cansada y muy triste me vuelvo a quedar dormida.
A la mañana siguiente me despierto a las 10.00 hs. Es esa hora exactamente porque me puse el despertador del móvil. El día que quedo con mi hermana me gusta llegar temprano. Como los niños se levantan muy pronto están muy activos desde bien temprano. Así que siempre voy pronto y disfruto de mis sobrinos mientras que Mel y Aitor preparan la comida.
Me doy una ducha, me visto cómoda con unos leggins y una camiseta ancha y sin desayunar me voy. Al pasar por la puerta del salón he visto que estaba todo muy oscuro así que supongo que mis cuñaditos seguirían durmiendo.
De camino a la casa de mi hermana le mando un WhatsApp a Pablo diciéndole que si quiere venga a comer donde mi hermana. Que lo lea cuando quiera que se levante. Estoy empezando a cansarme de estar pendiente de él.
– Hola Miri! – mi hermana como siempre me saluda con un abrazo y dos cariñosos besos.
– Hola Ahizpa*.
– Izeba! – me dice el pequeño Gorka abrazando mi pierna.
Aitor viene también detrás de él corriendo y sonríe al verme. Los dos me dan un abrazo y después de hacerles unas pocas cosquillas y hacer que se retuerzan por el suelo, su madre los manda a su habitación a vestirse porque siguen aún en pijama.
– Os he dejado la ropa encima de vuestras camas! – grita mi hermana desde el pasillo.
– ¿Tu marido?
– Ha salido a correr un rato y después se iba a limpiar el coche. ¿El tuyo?
– Durmiendo.
– ¿Un café?
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Conociendo a mi cuñado ✔️
RomanceMiriam es una piloto de aviones comerciales que está "felizmente" casada con Pablo. Ainhoa, presenta en familia a su nuevo novio. ¿Será el italiano uno más de la larga lista de conquistas de su cuñada? Poco a poco veremos como Miriam va abriendo lo...