23. Una ducha

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Abro el grifo de la ducha.

Addriano se acerca por detrás de mí y mete sus manos por debajo de la camiseta mientras se hunde en mi cuello. Sus manos suben por mi cintura hasta llegar a la base de mis pechos, que están libres porque no llevo sujetador. Mis tetas quedan totalmente tapadas por sus grandes manos y sus besos en mi cuello me hacen cerrar los ojos y apoyar mi cabeza hacia atrás sobre su pecho.

Sueltas mis pechos para tirar de mi camiseta y dejarme sólo con mis braguitas. Empujo con mi culo su abultado paquete cuando me agacho a quitármelas y entrar en la ducha. Mi cuñado hace lo mismo con su bóxer y camiseta y entra conmigo dentro de la ducha.

Debajo del agua nos besamos y comenzamos a limpiarnos uno al otro. Reparto jabón por sus duros pectorales tan masculinos, y que tanto me gustan él echa jabón en sus manos y masajea mis pechos, sonriendo con picardía.

Mis manos comienzan a bajar por su pecho, pasando por sus abdominales y bajo hasta la base de su pene, que ya está bastante despierto.

Él agarra con su mano mi barbilla y me hace subir la cara para besarme, mientras yo agarro su polla entre mis manos y noto como gime en mi boca al sentir mi tacto.

La mano de Addriano también baja para limpiar mi centro.

Nos enredamos en besos pasionales y tocamientos íntimos. Me arrincona contra un lado de la ducha y me penetra duro. Tengo que apoyar mis manos en la mampara de la ducha porque las piernas me flojean de puro placer.

 Tengo que apoyar mis manos en la mampara de la ducha porque las piernas me flojean de puro placer

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El italiano me alza agarrando mi culo y yo enrollo mis piernas a su cuerpo. Salimos de la ducha y aún empapados me lleva hacia mi cama sin dejar de besarme. Estamos en nuestro mundo, sin hablar, sin pensar, solo dejándonos llevar, y no podemos parar ni para coger una toalla y secarnos.

Sus besos bajan por mi cuello, mis pechos, mi ombligo, mi monte de Venus y finalmente besa mi centro.

Su lengua comienza a hacer círculos alrededor de mi clítoris.

– Dios!!

Tener a Addriano, a mi cuñado, a este pedazo de italiano entre mis piernas comiéndome entera me está volviendo loca.

Él absorbe, chupa y lame mi centro haciéndome gozar. Nunca en mi vida había experimentado un placer así. Hace cada movimiento justo y preciso para generarme placer.

– Madre mía!!

Tengo que coger una almohada para taparme la cara y morderla cuando un dedo se introduce en mí. Es tanto el placer que temo no aguantarlo y obligarle a parar. Pero yo no quiero que pare.

– ¡¡¡Dios, que gusto!!!

– Te gusta? – dice soplándome aún entre mis piernas.

– Me encanta. – digo entre jadeos.

Addriano continúa un buen rato. Parece que él tampoco se cansa de verme disfrutar Jamás pensé que el sexo oral diese tanto placer, ahora entiendo porque estaba tan valorado.

Conociendo a mi cuñado ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora