37. Vuelta a Roma

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MIRIAM

Como siempre Carlo nos está esperando a la salida del aeropuerto.

Después de saludarle con dos besos y percatarme de la mirada graciosa que se echan entre ellos por mi saludo cariñoso, montamos en el coche. Por el camino Addriano le pregunta cómo ha ido todo por la casa en nuestra ausencia.

– Eh...bien. Después le pondremos al día, pero todo bien– contesta Carlo mirando por el retrovisor a su jefe.

A mí me parece algo rara la respuesta, como con cierta tensión, pero como tampoco conozco a Carlo lo suficiente, lo dejo pasar.

Llegamos a casa de Addriano, dejamos las maletas en el vestidor y justo cuando me estaba preparando para ponerme cómoda, me llama mi hermana.

– Hola Mel.

– Hola Miri. Oye, ¿tienes a Addriano por ahí?

– Eh... sí, ¿por?

– Pásamelo, por favor.

– Pero ¿qué vas a decirle?

– Y ¿a ti que más te da? – contesta divertida– ¿Puedo hablar con tu novio, o qué?

– Vale, vale. Ahora te lo paso.

Voy a buscar a Addri, sigue en el vestidor y ahora solo lleva unos bóxer. Cuando me ve aparecer sólo con la braguita se le iluminan los ojos.

– Mmmm– dice acercándose a mí como un león a una gacela.

– Jajaja, no flipes, que vengo así porque me iba a poner el pijama. – digo pasándole el móvil– Toma, que mi hermana dice que quiere hablar contigo.

Me doy la vuelta para irme a la ducha, pero él me agarra del brazo antes de que salga y me sienta en su regazo en el banco del vestidor.

Pone el altavoz del móvil para que lo escuchemos los dos y contesta a mi hermana.

– Hola Melisa.

– Hola Addri. Oye, tengo aquí unos enanos que quieren hablar contigo.

– Ok.

Me sonríe y yo le hago gestos de no entender nada. Mientras esperamos a que hablen mis sobrinos, Addriano juguetea con mi pezón entre sus dedos.

– Paaraaa– digo dándole un manotazo.

– Gracias tío Addi!!– gritan Aitor y Gorka a la vez.

Mis ojos hacen chiribitas cuando escucho a mis sobrinos llamar así a Addriano.

– Hola niños.

– Ha llegado Papá Noel! – exclama el pequeño Gorka emocionado.

Miro sorprendida a Addriano. No sabía nada.

– Ah ¿sí? ¿Y qué os ha traído? – pregunta obviamente fingiendo.

Los niños explican con entusiasmo a Addriano los juguetes que él mismo les ha hecho llegar. Los dos nos reímos mucho escuchando sus vocecitas contando las proezas que hacen sus nuevos juguetes. Nos cuentan hasta el más mínimo detalle hasta que mi hermana tiene que intervenir quitándoles el teléfono de las manos.

– Bueno, ya. Que si es por ellos están todo el día aquí colgados al teléfono explicándoos hasta cómo caminan los playmobil.

Los niños agradecen una vez más a Addriano que le haya escrito una carta a Papa Noel pidiéndole regalos para ellos y se despiden. Menos mal que a mi hermana se la ocurre decirles que yo también estoy allí, y recordarles que uno de los regalos del Olentzero es de mi parte...

Conociendo a mi cuñado ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora