29. Sin palabras

3.9K 185 8
                                    

– ¿Qué ha pasado? ¿qué ha pasado? –pregunta Diana ansiosa nada más verme.

– ¿Vamos al baño y te cuento?

–  Siii. –  contesta emocionada cogiéndome del brazo.

En el baño le cuento a Diana toda la conversación con Addriano mientras nos fumábamos un cigarro fuera. Ella da grititos emocionada cuando la cuento lo que me ha dicho de que me ha echado de menos.

–  Uuuuh, seguro que después te pide que te vayas con él a echar un casquete. –  dice Diana haciendo un gesto bastante obsceno.

–  Pues no sé si esa es su idea, pero lo que tengo claro es que no me importaría para nada que eso pasase.

Después de ponerla al tanto de todo lo sucedido y fantasear como dos adolescentes en el baño, regresamos a la fiesta.

En nuestro grupito, los chicos siguen pasándoselo bien y Tomás me pide de nuevo un baile.

Sin encontrar un motivo para rechazarlo, accedo y comienzo a bailar con él. Addriano y yo cruzamos alguna que otra mirada y le noto tenso al verme con Tomás. Está claramente celoso y no puedo evitar que me agrade su reacción. Mi compañero de profesión pone sus manos en mi cintura mientras bailamos y la mandíbula del italiano se aprieta aún más.

Cuando termina la canción me separo de Tomás y sonrío al ver cómo Addriano relaja por fin la expresión.

A él también se le acercan muchas azafatas y alguna que otra piloto, desde luego que es la sensación del público femenino en esta fiesta.

Él baila separado y me observa. Yo le sonrío, me hace gracia ver a todas babeando por él. Los jefes empiezan a retirarse. Se van despidiendo de algunos grupos y Addriano sale del salón con ellos.

Con disimulo hace un gesto como de móvil antes de irse.

Cojo mi bolso y miro mi teléfono.

Mensaje de Addriano (cuñado):
Las promesas se cumplen. Te espero en la limusina blanca que hay saliendo a la derecha.

Mensaje Miriam:
Yo siempre cumplo mis promesas.

Ahora voy, espérame.

Bloqueo mi teléfono con una sonrisa de oreja a oreja. Me acerco a Diana y la hablo al oído.

–  Me voy a ir con él.

– ¿Ya?

–  Es que los jefes ya se han ido. Y me ha dicho que está esperándome fuera en una limusina.

– ¿Limusina?

–  Si, creo que me ha puesto eso.

–  Tía, mañana te llamo y me cuentas. ¡Qué suerte tienes cabrona! Me han dicho que la secretaria de nuestro jefe le ha estado toda la noche tirando los trastos.

–  Ah, ¿sí?

–  Sí, dicen que estaba desatada y tirándole indirectas todo el rato. –  Diana se acerca más a mi – ¿Te has depilado?

–  Jajajaja. Si. Estoy depilada, loca.

–  Jajajaja. Menos mal. Bueno venga, no le hagas esperar y disfrútalo mucho.

–  Lo haré. Mañana hablamos. Sé buena. –  digo dándola un beso en la mejilla.

Recojo mi bolso, mi chaqueta y Tomás se acerca apurado a mi lado.

– ¿Te vas?

–  Si, no me encuentro muy bien.

–  Te acompaño fuera.

Conociendo a mi cuñado ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora